Ni la forma ni el origen comprendo
De ese tronco seco que decidió encadenarse a la tierra
O a la crudeza del asfalto humano

Truene, granice o se caiga el sol a pedazos
El tronco nació con los ojos desfigurados
Nació decapitado por su propia sombra
Y por la sombra de otros
que tienen la gracia de haber sido hechos un poco más altos
(y con bellas ventanas)

/Impávido espera la muerte/

“Es extraña esta sensación de silla de ruedas
sin embargo, no hay nada nuevo
tras la cortina de la muerte
tras aquel disfraz solemne con el que visten cada día,
esas miradas atrapadas en una anestesia permanente
y esos oídos atravesados por una especie de demonio sordo/

es cierto que le abrí las piernas a la personalidad colectiva
y que me fundí hasta quedar preñado
de sonrisas amorfas aprendidas en el momento
pero aún así queda una cosa tras aquella trillada cortina;
quizá el sonido que corta
y luego por fin el relámpago”.