¿Por qué no viene un ventarrón
y nos lleva a todos lejos
fuera de este instante
de esta estación del año
de este gélido infierno y
nos deja despeinados
con los ojos dando vueltas
las manos torcidas y
sonriendo como estúpidos?

¿Por qué no sopla el viento y
levanta algunas faldas y
esparce el aroma salvaje de
sexos estremecidos
de miembros amputados
de cometas apagándose
el aroma de tu vagina después
de haber estado copulando
toda la noche?

He estado esperando el estruendo
ebrio en esta mesa
platicando con las moscas acerca de
Huidobro
gritando:
“¡Altazor, Temblor del cielo!”
y las moscas ni se mosquean
no aletean como libélulas
sólo beben de la espuma de mi vaso y
eructan tufos de Paz

un borracho se muere en la cantina
y nadie lo sabe
la lluvia moja afuera
trituradas expresiones de ciudad
de las casas sale el bullicio de
la novela de las seis de la tarde
y en el espejo se reflejan los
estigmas de nuestra indiferencia
las certezas de la desazón

¿Por qué no llueve para arriba
mientras lo hacemos en el panteón
sobre una tumba sin nombre y
bailamos como locos sobre huesos y
gusanos
bailamos y gritamos poemas
hermosamente brutales
y te desnudas como si te quitaras
la piel que te encarcela y
me desnudo como si se estuviera
cayendo el cielo
como si mi cuerpo se estuviera
consumiendo
por qué no nos desnudamos
como si nos estuviéramos
muriendo o matando
o naciendo?
¿Por qué no viene un ventarrón y
nos corta en pedazos, nos
hace pedazos y caemos sobre el mar
como cae la basura espacial?

¿Por qué no retumbamos como truenos?

Tendría que venir un ventarrón y
llevarme mientras estoy escribiendo.