La furia alumbra la avenida central
Como un farol del mil grados
Asqueando al deferente
Al transeúnte post modernista
Al empleado fecal
A las maniquíes centollas
Que salen a la calle a vender su postura
Sus nalgas redondas
Sus pechos redondos
Su boca redonda
Sus ojos redondos
Su vagina redonda
Lo redondo de su vida redonda
Ofreciéndose al primer mameluco
Con su caminar de pasarelas
Con sus labios que parecen tetas
con la silicona que se desparrama en la acera
deslizando su brillo banal.
Las corbatas se balancean como falos elásticos
Con el viento primaveral del entorno
Con el ovular de los árboles
Que se mecen en el calidoscopio natural
Aspirando smog para no enfermar
De tanta cosa tribal
De los decadentes del amanecido
De la noche , del suicidio
De la promoción de medio día
Del motel con olor a sex and the city
De las estatuas que burlan la mierda de las palomas
En este espanto urbano
Dolorosamente sutil
Dolorosamente humano.
Lejía