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:El diario de los sueños

¡Quedan 10 segundos solamente!, Pepe Sánchez la abre para Delfino, Ginóbili corta por debajo del aro, la intercepta O´neil, la balón queda suelta; ¡Oh no! Pilnik la logra capturar, lanza un tiro de tres puntos; ¡se va!, ¡se va!, parece que la pelota va entrar y...
Tic tic, tic tic, tic tic. ¡Con un demonio! ¿Quién fue capas de poner el despertador a las 9 de la mañana un viernes de vacaciones? ¿He? …
Mientras acomodaba el desorden de mi pieza, producido por el shock que me dio ese maldito aparato tan aturdidor, descubrí el motivo de que porqué había hecho una cosa tan atroz, sí amigos, aunque ni yo me crea culpable de haber interrumpido un sueño tan lindo, fui yo quien puso el despertador a las 9 en punto.
Era porque debía encontrarme con analía; una amiga que tengo de toda la vida. Casi siempre nos juntamos, ¡bah! cuando la Facultad nos da un respiro. Somos de reunirnos en plazas, bares o en la misma facultad, ¡bue! En fin como hoy era un día apacible y soleado, concordamos encontrarnos a las 10hs en la plaza Alvear, para hablar de nuestras cosas, ya sea amigos, familia, algún chico/a que nos guste, en fin, para ponerse al día uno con el otro de su vida personal.

Pero había algo que no entendía, si la cita con Analia era dentro de una hora, entonces ¿porque puse el despertador una hora antes? Le pego un pantallazo a la pieza, y de reojo veo algo que sobresale, una lápida gigantesca de cuadernos tamaño oficio, carpetas que no daban abasto con hojas y sus anillos que pedían a gritos un poco de aire, y mas que todo, unos 35 anotadores de todos los colores posibles, desparramados por todo el piso. Es obvio ¿no? Tenia que ordenar por fecha todo ese tumulto de hojas de papel escritas con birome negra, ¡Si! Por fecha, leyeron bien, es que en ese amontonadero de cuadernos, carpetas y anotadores, se encuentran detallados, cronológicamente, todos o casi todos los sueños o pesadillas que me han transcurrido al dormir, desde los 15 años.
¿Un pasatiempo? Puede ser, pero de esto, le saco provecho. Lo encuentro útil ya que mi gran pasión, luego del básquet, es escribir.
Mis relatos, cuentos y hasta poesías, están hechos en base a lo que he soñado. Gracias a Analía, empecé a anotar lo que me acordaba de lo mucho que soñaba, ya que siempre le contaba mis sueños y ella, agotada de siempre vivir, en nuestras reuniones, la misma monotonía; un día me dijo: “ Máximo ¿porque no transcribís en alguna hoja de papel todo esto que me tas relatando? Digo, te serviría como disparador para formular alguna idea sobre un nuevo cuento o novela y me dejarías de quemar la mente ¿no? Pensalo y después me decís. Y fue así como empezó todo esto, de escribir a la mañana temprano, antes de ir al cole, a la tarde luego de la siesta, etc.

¡Bueh! Luego de un motivo encuentro con “mi pasado dormilón”, apilé por fecha, como era previsto, los cuadernos y demás. Me apresuré a vestirme y desayunar, para que el trayecto hacia la plaza no sea agitado y rápido, ya que disfruto la tranquilidad de mi caminar.
Después de gozar siete cuadras, el sol y el aire fresco de la mañana, llegué a la plaza con una sensación extraña. Me sentía desconcertado, no por no haber encontrado a Analía, ya que ella tiene la costumbre de llegar elegantemente tarde, sino porque sentía una rareza en mi conciencia, a la que no le encontraba explicación.

De pronto, ¡Pafff! Si querer encontré, al llevármelo por delante, un libro. Era gordo y muy viejo, pero que se conservaba; era de tapa dura y color azul brillante, bordeado en sus esquinas con una holgada franja dorada. Le saque un poco el polvo que le había dejado el tropiezo conmigo, y pude leer claramente el nombre del libro: “El Diario De Los Sueños”, y su autor era Emili Pharrel.
No alcancé a reflexionar sobre, si conocía a este autor o de que trataría el libro, si seria una novela o no, que éste se abrió de una forma tan tranquila y celestial, que parecía que el mismísimo Dios estaba moviéndolo con sus dedos. Yo estupefacto, y con las manos atormentadas del miedo, lo hice caer. Congelado y con la cara hecha una piedra, (producto del shock que me causó la abertura del libro) me le acerqué y vi que se dejó de mover, clavado en la página 53. Lo alcé y quise serrarlo; pero mi intento fue inútil. No podía ni cambiar de página ni cerrarlo, estaba poseído.
En la página, se encontraba un escrito que se titulaba: “Sueño Nro 1.739”. No entendía nada de lo que decía, estaba en latín, y yo de ese idioma sé poco y nada.

¡De pronto! , por si fuera poco, una voz parecida a la de mi padre, ronca pero muy clara; empezó a leerme -mejor dicho, traducirme- dentro de mi conciencia, lo que decía en la página:

Sueño Nro 1.739

Estimado Señor Máximo Pilnik:

Ud ha sido destinado, desde su nacimiento, a cumplir uno de los sueños que demanda este libro. En el efecto de informarle a ud, de que trata esta misión a la que ha sido encomendada, le pediré por favor que guarde silencio y escuche con atención las instrucciones que recibirá del autor del libro.

“El Diario De Los Sueños”, es un libro que se basa en la narración, creación y realización de los sueños pertenecientes a los seres humanos.

Ud, según el día de su nacimiento, está ubicado en el sector “Realización de Sueños”, el cual te indica que tienes como objetivo principal: “cumplir el sueño de una persona humana”.

La persona, es decir, la víctima, fue elegida por el “Parlamento De Ensueño” integrado por Magos, Héroes y Dioses Mitológicos.

Según indica esta página, su sueño a cumplir es el nro 1.739, la persona elegida es una niña de 15 años llamada Rocío Patricks.

Su único objetivo es lograr cumplir el sueño de la niña para poder después, llegar a concluir el suyo.

Esta misión es de carácter obligatorio. Dispondrá de una semana para poder llevarlo a cabo. En caso de dudas y desorientación, ud contará, en todo momento, con el “Manual De Auto-Ayuda”, destinado pura y exclusivamente al servicio del usuario.

Aclaraciones: no se preocupe por lo que valla a provocar su ausencia en la vida que lleva normalmente, nuestro “Equipo Especial De Espejismos y Alucinaciones” se encargará del tema.

Gracias. Le deseo mucha suerte…


Emili Pharrel

No entendía nada, me sentía desorbitado y muy mareado. Cuando quise, de algún modo, poder encontrarle alguna lógica a este acontecimiento, una sensación muy extraña recorrió mi cuerpo. Me sentía ligero, parecía que había perdido todo el peso de mi cuerpo. Empecé a notar que se desvanecían mis manos y que perdían la imagen. Mi cuerpo tintineaba entre luz y oscuridad, me parecía a un foco roto que poco a poco se iba consumando.

En abrir y cerrar de ojos, el libro desapareció de entre mis manos. El día se ocultó y el cielo le dio la bienvenida a una noche estrellada. ¿Qué pasó? Me dije a mi mismo. Estaba muy nervioso, desesperado y desconcertado; mi cuerpo se transparentaba como el de un fantasma, pero con la diferencia que no era invisible, era un tipo de holograma muy empañado. Es como si una nube pasara todo el tiempo por mi cuerpo, dándole un efecto borroso a mi imagen.
Me encontraba en un lugar parecido a un club campestre, lleno de árboles, arbustos y con un césped acolchonado. La noche era la responsable de darle al lugar un aspecto tenebroso.
Mas adelante, pude divisar una cancha de hockey. Se escuchaban muchos gritos y bullicio ya que había muchas personas en las tribunas, la mayoría eran niñas, muy alborotadas y emocionadas por el partido que acaba de concluir.
Supe ese dato porque alcancé a escuchar el pitido final del árbitro. No me encontraba tan lejos de la cancha, pero tampoco tan cerca, temía que me vieran.
De pronto, escuche un par de niñas que se dirigían a lugar en donde me ocultaba, un arbusto enorme que me protegía muy bien.
Escuche, entonces, lo que le decían tres niñas a otra. Esta última estaba muy enojada, aparentemente por haber perdido el partido. Veamos que dicen:

-¡Haay Roci!, ya fue, ¡siempre es lo mismo! No te sientas culpable ni responsable. Son todos unos corruptos, nunca nos van a dejar ganar nada aca. Siempre cuando estamos a punto, nos joden en algo. ¡Que porquería loco!... ¡Siempre lo mismo!
-Magali, dejame sola por favor, Uds. también chicas, quiero estar sola un rato. (Con voz muy determinante)
-¡Okay! Pero no te me suicides aca, mira que estamos lejos de casa ¿como llevo tu cuerpo difunto hasta Paraná? ¡Jajaja! (se rié sola)
-Bye, dentro de un ratito estoy con Uds.
Las tres chicas se fueron sin chistar, una retándola a Magali por el chiste muy malo que había hecho.

Rocío, la chica que quiso quedarse sola, se sentó en el pie de un árbol y se hecho a llorar rápidamente. Era la primera vez que veía a una persona llorar de esa forma. Parecía el llanto de un ángel, era muy suave y tranquilo. Las lágrimas se le caían suavemente sobre el rostro sin emitir sonido alguno. Sacó debajo de su camiseta una cadenita dorada y empezó a mirarla y observarla como si fuera lo único que tuviera en la vida. Era dorada y muy brillante, pero no podía distinguir lo que tenía en su extremo ya que estaba a 5 metros de ella.
Sentí, en ese momento, un impulso inexplicable de consolarla, de acercármele y hablarla. No sabía que hacer, ya que si me veía pensaría que sería un loco o un extraño maníaco de otro mundo. Pero de algo estaba seguro, había encontrado la víctima, es decir, a la persona que tenia que hacerle el sueño realidad.

Me dejé llevar, con mucho pudor y vergüenza, y empecé a acercarme a ella. Me le puse enfrente y le dije (con mucha seguridad): ¿Sos Rocío Patricks, no?
Ella no contestó; volví con aun más seguridad y con una tranquilidad de templo religioso y le insistí: Perdoname, ¿Sos Rocío Patricks? ¿Puedo ayudarte en algo?
Pero otra vés volvió a conservar el silencio. Ahora yá un poco alterado, le grité: contestame, ¡por favor!
No se movió para nada, seguía sumergida en la cadenita, que ahora sí pude ver claramente su extremo; era un cristo crucificado muy hermoso. Sin perder tiempo, le quise secar las lágrimas con mi mano. Pero algo sorprendente ocurrió: traspasé su cachete con mi dedo.
¡¿Qué?! Estaba horrorizado, la quise abrazar pero fue inútil, volvió a ocurrir lo inexplicable.
Mi cuerpo no era un cuerpo. Era un fantasma perdido en un mundo que desconocía, no podía tocar a nadie ni ellos a mí, nadie me veía ni mucho menos me oían. ¡Con un demonio! ¡¿Que es todo esto?!
No lograba entender en donde me encontraba, la época; ni mucho menos que era lo que me pasaba, ¿sería una pesadilla? …

A todo esto, la niña levantó la mirada de la cadenita y me miró muy fijo a los ojos. Me quedé totalmente sorprendido por su mirada: una encantadora expresión de ternura que, al tener los ojos lagrimosos, éstos parecían de vidrio.
Mi desilusión fue inmediata, ya que al darme vuelta por quien sabe qué, la luna se encontraba exactamente clavada en mi espalda, y suponiendo mi invisibilidad, Rocío estaba seguramente contemplando una medialuna fantástica, muy similar a las que muestran en los cuentos.
Ella, estaba todavía con la ropa del partido: sus patines, las rodilleras, la camiseta, el short y quien sabe cuantos accesorios más. Una camperita color azul, la abrigaba de una noche tan encantadora como el pelo recogido de la niña, cayendo una colita fina de pelo por sobre su espalda.

Luego de dos minutos sin hacer ningún movimiento, me dispuse a pensar y reflexionar todo lo que estaba viviendo. Pensé las mil y una maneras de despertarme de un posible sueño, ¡pero no!, era real, ¿como es que caí acá? ¿En donde estoy?...
En ese vaivén de preguntas sueltas, me acordé que “técnicamente” tengo el apoyo y la ayuda constante de un “Manual De Auto-Ayuda”, ¿pero en donde está ese maldito manual?

De pronto, otra vez escuché una vocecita en mi interior, era más aguda y refinada que la otra voz que me leyó la página 53:

Manual- ¿Me has llamado? (con tono muy amable)
Máximo-¡eeeh!, no sé. ¿Quién sos? (con un tono algo desesperante, tenía miedo)
Manual- Soy tu “Manual De Auto-Ayuda” Máximo, ahora dime, ¿que necesitas? (con mucha cortesía)
Máximo- ¡ha! así que sos el manual ese, bueno; ahora decime, mejor dicho, explicame ¡¿Que es todo esto?! ¿En donde estoy? ¿Es verdad que tengo que cumplir un sueño y todo eso?
Manual- Esto es un mundo constituido paralelamente al tuyo, es decir La Tierra. Todas las personas que habitan La Tierra también habitan, de algún modo, este mundo. La diferencia está en el modo de vivir, mejor dicho, en el modo de soñar que tiene este mundo y no el tuyo. ¿Me entiendes?
Máximo- ¡No entiendo ni jota!... ¡Explicate mejor librito!
Manual- claro, o sea, las personas en la Tierra se olvidan de sus sueños, esos que alguna ves tuvieron de chicos. Acá, en este mundo, se los hacemos realidad.
Máximo-Sigo sin entender… ¿queres decirme que en este lugar te cumplen los sueños que son imposibles de realizar en La Tierra?
Manual- No exactamente todos los sueños, y no a todas las personas obviamente. Fíjate que si en La Tierra, el sueño de una persona es robar un banco o matar a alguien, éste es perjudicial para otros, por ende no se lo cumplimos. Además estas personas se tienen que merecer los sueños que anhelan. Es decir, lo tienen que querer con todas sus fuerzas y que éste constituya el punto máximo de su felicidad, ¿entiendes? Lo que quiero decir es que no cumplimos simples fantasías, sino sueños. No porque quieras conocer en persona a una estrella del espectáculo, nosotros nos vamos a molestar en cumplírtelo, prendes la TV y listo.
Máximo- ahora entiendo, pero me quedan dudas, muchas...
Manual- para eso estoy Máximo. Haber, me habías hecho tres preguntas; sólo te he respondido dos. La última es un ¡sí! , tienes que cumplir el sueño de Rocío Patricks si o sí, bah! Esa es tu misión, depende de vos querer cumplir el tuyo o no. Si te rindes ahora, tu sueño nunca podrá ser posible de realizar, ya que estarías desertando uno de los tres pilares fundamentales que necesitas tener para lograr el mismo.
Máximo: ¡ha!... así que si cumplo el sueño de la niña, ¿se me hará realidad el mío también? ¡Cool!... pero espera, cuales son esos “tres pilares fundamentales”?
Manual- el primero es la Solidaridad (es decir, tienes que dejar tus prioridades para ayudar al otro, “tienes que dar para recibir”), el segundo es la pasión (es decir, la manera o la forma que quieres que ese sueño se te haga realidad, tienes que demostrar que es contundente y que significaría tu felicidad total y eterna) y el último , el amor incondicional de una persona ( no necesariamente tienes que encontrar el amor de tu vida para que tu sueño se cumpla, sino aquella persona que te apoye, te acompañe, sea tu fuente de inspiración y viceversa, que sean dos y no uno). Por eso tantas personas, a lo largo de toda su vida, nunca llegan a concretar lo que más anhelan. Porque no ayudan a otras, porque capas que son simples fantasías o porque lamentablemente, nunca encuentran su media naranja.
Máximo: ¡haaaaa! Entendí perfectamente. ¿Pero porqué a mí? O sea, ¿porque me eligieron a mí y no a otro terrestre?
Manual: todos son elegidos en alguna oportunidad Máximo, ¿que piensas que tienes coronita? Si se demuestra tener ganas y ansias todo el mundo puede llegar a encontrar sus tres pilares o eslabones como le llamo yo en este mundo. ¡Ups! Te di una pista, que tonto soy… bueno si no tienes más para preguntarme. Adiós!
Máximo: ¡NOO! Esperá… ¿como hago para…? (el Manual no le dio tiempo a nada, cuando iba a formular otra pregunta Máximo, se le esfumó dentro de su conciencia)

Máximo ya no sentía ese cosquilleo en su mente, ya que el “Manual De Auto-Ayuda” se había ido.
La niña seguía ahí abajo, mirando la Luna como si nada, no me veía, no me oía, no me sentía.
Me pregunté cuanto tiempo habría durado la charla con el Manual; bueno… no lo hubiera sabido de todas formas, ya que él no me lo hubiera dicho (lo intuía) y mi reloj está clavado en las 19hs. Pero si la cita con Analía fue a las 10hs de la mañana… suponiendo que el reloj se halla parado a esa hora ¿Cómo puede ser que esté el reloj clavado a las 19hs? ¡No entiendo! ¡Con un demonio!...

A todas las dudas dentro de mi cabeza, las hice a un lado cuando vi que Rocío se levantó y se fue corriendo muy rápidamente hacia el lado de la cancha, la seguí. Era muy fácil seguir sus pasos, ya que este ligero cuerpo era muy fácil de manejar. No podía volar, pero parecía que lo hacia de algún modo, ya que era tan rápido que con unos pasos la seguía sin problemas a la niña. Ésta, había cambiado la cara rotundamente, se notaba un puñado de felicidad en sus ojos y en la expresión de alegría en su boca… ¿que habrá pasado por la cabecita de Rocío al mirar la cadenita y la Luna? Aun no lo sé. Tendré que saber si o sí todas estas cosas, ya que tengo que saber cual es su sueño.

Ella se metió a una Traffic, en donde todas sus compañeras la estaban esperando. Le recriminaron los 20 minutos que tuvieron que esperarla, y trataron de consolarla un poco. Pero ella no se veía mal, no estaba tan mal como en la ocasión del árbol; cambió rotundamente su rostro. Percibí en ese momento, que ella y Magali se hicieron una especie de miradita cómplice; me quede un poco sorprendido al ver que las dos sonreían.
¿Que escondían?, bueno… a entre todo esto, la Traffic empezó a moverse, las cortinas se cerraron, la luz roja del foquito de arriba de los asientos le daba a mi cuerpo un aspecto muy tenebroso, me morí de risa cuando me vi por primera ves en el reflejo de la ventana.
Las chicas no tardaron en dormirse, yo quise descansar y comer algo, ¿pero que pasaba? no tenia ni hambre ni sueño, ¿saben porque? porque era un fantasma… me reía solo cuando quise comerle el alfajor a “Valee” (supe su nombre porque estaba inscripto en su palo de hockey). De ves en cuando me paseaba de bolso en bolso: escuchaba música, jugaba con la comida… ¡bueno! hacia que jugaba, ya que todos los objetos los traspasaba, ¡no los podía ni siquiera tocar! … solo me limitaba a, como les decía, escuchar música, pasearme por todos lados y pensar muchísimo en Analía, ¿que habrá sido de ella?... seguramente habrá visto que nunca llegué al encuentro y se habrá vuelto muy fastidiosa a su casa, ya que odia las plantadas; me sentí culpable y un poco melancólico… en un momento pensé abandonar todo esto para ir con Analía y abrazarla fuertemente… la extrañaba mucho y necesitaba escucharla; pero después me acordé de que “tenia que dar para recibir” , entonces intenté pensar en otra cosa e hice oído sordo a mis sentimientos; ya que una niña me necesitaba.

El viaje fue largísimo, no sabía a donde nos dirigíamos, ni en donde estábamos. Era muy desconcertante, el maldito Manual sólo me había dicho que nos encontrábamos en un mundo paralelo al nuestro, pero ¿en que lugar de ese mundo? …
Había muchas dudas que necesitaba consultarlas con el Manual, lo estaba por llamar cuando vi que la traffic paró; se estacionó y se abrieron las puertas de par en par. Todas las chicas salieron muy exaltadas, dejé el Manual para otro momento, cuando este mas tranquilo. Llegamos a destino, me di cuenta enseguida ya que todas las niñas se abrazaban a sus familiares, ya casi todas habían dejado la angustia y la impotencia que tenían por haber perdido el partido ese. Pero me supuse que era por otra cosa también, estaban jugando seguramente un campeonato muy importante y muy lejos, ya que el viaje había sido agotador (no para mí, sino para ellas), tendré que saber también, cual era ese campeonato.

Empecé a buscar a Rocío, no tenia que perderla de vista un segundo, ¡ya que significaba mi presa!. . . Se metió en un auto, se sentó en la parte de atrás y empezó a relatarles con muchos gestos y muecas las andanzas de su viaje. Yo sin perder tiempo, me dedique todo el tiempo del viaje, hacia su casa seguramente, a observar a sus familiares, y si podía por ahí encontrar algo que me ayude en mi búsqueda del sueño de Rocío.
Y dicho y hecho, logré rescatar de la conversación que tuvieron, algo que dijo la mamá: “…quédate tranquila hija, vos hiciste todo lo posible, no te sientas culpable, ya vas a ver que se te va a dar, es sólo cuestión de práctica y tiempo para que madures tu juego (pausa). Hija yo sé como se siente perder otra ves la oportunidad de lograr tu sueño, pero de esas vas a tener miles, quiero que sepas algo amor: la vida te da innumerables oportunidades, es cuestión de saberlas aprovechar… y estoy segura que hasta ahora, las cuatro oportunidades las has aprovechado de algún modo, fíjate que siempre le podes sacar lo positivo a estos campeonatos tan grandes… y sé que te servirán para la próxima…”

¡Listo!... ¡gracias mamá! Grité a los cuatro vientos, ¡estaba clarísimo!... el sueño de Rocío Patricks era ganar ese campeonato, seguramente a nivel nacional o aun mas grande.
Con eso de “las cuatro oportunidades”…. La mamá quiso decir, deduzco yo, que ella lo ha jugado ya cuatro veces… y en ninguna ha logrado lo que quería: salir campeona.
¡Por fin! , había encontrado cual era el sueño tan anhelado por la niña, el cual yo tenia que cumplirlo.

Llegamos a la casa de ella…, el auto se estacionó y toda la familia marcho directo hacia el interior de la casa; yo en cambio, me quede afuera del vehículo para observar un poco el vecindario, me sonaba muy familiar, le veía algo cotidiano, no sabia que era lo que tenía este barrio que a mi entender, en mi vida terrícola yo anduviera por estos lados. Estaba otras ves un poco desorbitado…
Llegó la noche muy rápido, yo me hallaba en la pieza de Rocío, un dormitorio no muy grande pero llenos de peluches y almohadones por todas partes, la cama era muy cómoda, la envolvía una funda color rosado clarito. . .
Ella estaba abajo, cenando con los padres y hermanos, yo decidí quedarme acá por qué pensé que seria de gran ayuda revisar todas sus pertenencias, algún dato importante tenía que encontrar … ¿no?. Empecé por debajo de su cama: zapatillas, patines, el palo de hockey y una media tirada, luego seguí por su armario donde guardaba toda su ropa: ropa, ropa y más ropa, y sí… era lógico ¿no? . . . pero lo que yo buscaba era algún diario intimo, alguna carta de un supuesto enamorado, un “te amo” en la carpeta del colegio,… ¡pero nada! Ni en su armario, ni debajo de la cama, ni en su mochila, ¡ni en ninguna parte de la pieza!… poco a poco me daba cuenta que esta niña posiblemente padecía un vacío voluntario o mas bien, sería anti-sentimientos o mejor dicho, un poco autista. Pero si jugaba al hockey, ¡así que autista no es!. . . hem, ¡anti-sentimientos no es tampoco, ya que la vi llorar con mis propios ojos, y aparentemente tiene muchas amigas, por hockey digo ¿no? . . . entonces, ¿que es esta niña?. . .
¡Ha! y sí, se habrán dado cuenta ¿no?, es muy reservada… ¡eso es!, pero a mi no me ayuda en nada, todo lo contrario, me dificulta la búsqueda, será casi imposible seguirla todo el tiempo en las conversaciones con sus amigas, sus padres, sus hermanos, sería agotador, tendré que buscar mas profundamente en sus pertenencias.

A todo esto, Rocío entró tranquilamente al dormitorio, yo estaba sentado en la cama pensando las posibles maniobras “espías” que tendría que hacer para averiguar más sobre su sueño, el campeonato, sus amigas/os… ¡algo tiene que haber!

Se sentó exactamente al lado mío, obviamente no percibía mi presencia, eso me desilusiono un poco. Prendió la computadora, puso música romántica y se apoyo suavemente en el espaldar de la cama. Semi acostada, empezó a llorar muy despacio, era tan pero tan tierno y doloroso al mismo tiempo observarla; parecía un rito que te brindaba un sin fin de sentimientos y emociones encontradas: ternura, dulzura, tristeza y un poco de impotencia por no poder abrazarla y contenerla. ¿Tan significativa y definitiva fue la pérdida de ese partido?
Cada vez me cautivaba más el paradero de ese campeonato, tenía que saberlo a toda costa, ¡me desesperaba más y más!
Rocío, se empezó a tocar otra vez la cadenita, y a jugar con el pelo; algo tenia esa condenada cadena… ¿Qué sería?, ¿regalo de alguien? ¡No lo sé! Hay tantas cosas que no sé, pensé automáticamente en llamar al Manual, pero otra ves fui interrumpido… la niña se levantó como dormida, miró la computadora; secó sus lágrimas y se puso a escribir en el teclado. Pensé instantáneamente: debe estar chateando con alguien. ¡Pero no!, estaba escribiendo algo, pero no parecía que mantuviera una conversación en línea; me le acerqué y me puse a mirar muy detalladamente la pantalla, sin querer o por animal que soy, choqué su cachete con el mío y mi boca quedó totalmente expuesta a la de ella. La miré y me entro un deseo descomunal que pudiera suceder algo: que en ese momento me pudiera ver, me pudiera tocar, oler y sentir, en cambio, solo podía mirarla y “traspasarla” todo el tiempo. ¡Bue! . . . dejé de lado mis impulsos y me puse a ver claramente lo que escribía: lo hacia aparentemente en un documento de World, vi que anotaba frases muy largas y sueltas. No entendía nada… quise leer pero la luz de la pantalla me flasheaba los ojos, o mejor dicho, me los cegaba.
¡Entonces caí! . . . es ahí donde guardaba su diario intimo, ¡si! claro, que tonto que fui a descuidar y olvidar la computadora, yo que pensé que seguramente una niña no era de hacer esas cosas, pensé que hubiera preferido el lápiz y el papel antes que el teclado. ¿Como fui tan estúpido de ignorar algo tan obvio?
¡Bue! Mejor dejarme de joder con planteos y reproches estúpidos y me pongo de una buena ves a leer lo que escribe la niña.
¿Pero que pasó? ¡Hay no! ¡Ahora no!, no te vallas a dormir Rocío, por favor, ¡ahora no! Escribí algo más (le gritaba desesperadamente).
Fue en vano, apagó la computadora y se durmió enternecidamente debajo de todas las frazadas de la cama, dejándome a mí sin poder ver lo que escribió. Obviamente no podía prender la computadora, ya que mi cuerpo traspasaba todo; de todos modos hice el intento de traspasar el monitor, pero fue en vano también, ya que solo pude ver cables, mugre, y muchos enchufes y plaquetas verdes.
Necesitaba de urgencia al “Manual de auto-ayuda”. Pensé en mi interior, muy profundamente, intenté calmarme y como en una especie de proclamación o invocación a un conjuro susurré: “necesito tu ayuda Manual, por favor ven…”. Al instante, éste respondió:

Manual: ¿Me has llamado señor Patricks?
Máximo: si, así es. Necesito tu ayuda, necesito aclarar muchísimas dudas que tengo… (Con mucha paz, tanta que me sorprendí de mi mismo. Se ve que la conversación con este libro me trasmite mucha tranquilidad)
Manual: esa es mi función Máximo, por favor, pregúntame lo que quieras.
Máximo: bueno, primero quiero saber donde estamos, es decir, ya sé que en un mundo paralelo al nuestro; pero ¿en que parte de ese mundo?
Manual: estamos en tu ciudad Máximo, hace cuatro años atrás. Así que ten cuidado con encontrarte con tu otro yo, ya que te sorprendería la apariencia tuya a los 15 años.
Máximo: ¿Qué? Increíble, sencillamente fascinante, pero espera, ¿como sabes que tengo 19 años?
Manual: sé todo acerca de ti Máximo, ¿que piensas? ¿Que a los sueños los destinamos a personas desconocidas? Para nada. Sigue preguntando por favor.
Máximo: bueno, quiero saber sobre el campeonato que jugo Rocío, cuéntame sobre el por favor.
Manual: no puedo Máximo, va contra “Las Reglas de Ensueño”, no puedo darte de ninguna manera datos sobre el paradero de la víctima, solo lo básico: el nombre, la edad, donde vive, etc. Cosas así ¡si!. . . pero no me pidas que te datos concretos sobre posibles datos del sueño, eso lo tienes que hacer por tu propia cuenta. Pero déjame darte una pista más: “Tienes acceso a absolutamente todo lo referido a Rocío”. Solo me limitaré a darte esa pista, piensa y búscale la lógica Máximo; y verás que todo será más fácil. También recuerda lo que te dije sobre los “Tres Pilares Fundamentales”, si lo olvidas será imposible encontrarle la vuelta al asunto. ¿Algo más?
Máximo: si, si, ¿porque el reloj esta clavado en la hora 19?
Manual: Es porque es tu hora de regreso a la Tierra. Hoy es sábado ¿no? Bueno, tendrás hasta el viernes a las 19hs para cumplir el sueño de Rocío, el reloj no se mueve porque acá, en este mundo, no necesitarás más el reloj ya que eres un fantasma; solo te complicaría las cosas y te desesperarías más. Deja de lado la vida cotidiana que llevabas y concentrarte en tu objetivo ¿okay?
Máximo: Okay, entendí perfectamente. Gracias Manual, tengo aun dudas pero son referidas explícitamente al sueño, entonces, puedes irte tranquilo; has cumplido tu labor. Muchas gracias y buenas noches.
Manual: no, gracias a vos por tu cortesía. Hasta la próxima Máximo. Adiós.

El manual se había ido. Me había aclarado varios asuntos, pero todavía en mi cabeza rondaban preguntas sin respuesta todavía. Rocío dormía plácidamente, era un osito de peluche tan lindo que a veces me rondaba por el dormitorio con cuidado, por el miedo de no molestarla; irónico ¿no?
Me puse a pensar muy detalladamente todo lo que me dijo el libro, reflexioné y formulé toda clase de conjeturas posibles: si este campeonato es tan importante se debe jugar una ves al año, o una ves cada dos o tres años. Pero, ¡yo tengo una semana para cumplirle el sueño a la niña! , ¿Como demonios voy hacer para cumplírselo si el sueño es el año que viene? Por otro lado, el Manual me dijo que pensara en los “tres pilares fundamentales”, entonces fue ahí donde se me prendió la lamparita. Si tuviera los tres, es decir, si tuviera el amor incondicional de una persona, si era solidaria y si deseara el sueño con todas sus fuerzas; no me necesitaría ¿no? ¡Claro! ¡Es obvio!, a Rocío le falta alguno de estos tres pilares, el problema es encontrar cual de estos tres es.

Me sentía muy satisfecho de mi mismo, lo había deducido muy fácilmente, ¡bah! luego de casi 4hs me supongo. Era mas claro que el agua, a la niña le falta alguno de los “tres pilares fundamentales” necesarios para el cumplimiento de su sueño, por eso no lo logró en el campeonato anterior. Ahora bien, me encantaría saber cual es el restante ¿no?, ¿Cómo demonios voy hacer para saber cual de los tres pilares le falta si no puedo entrar a los datos de su computadora? Es ahí donde supongo yo, que guarda su diario íntimo o confesiones diarias de lo ocurrido en su vida. Pero hay algo que no entiendo, si el Manual me dijo, muy contundentemente creo, que “tengo acceso a absolutamente todo lo referido a Rocío”, hay algo que esa frase esconde, y no sé que es.
¡Que ganas de despertarla que tengo! y si pudiera también la obligaría a prender la computadora así se exactamente lo que quiero; seguro debe estar soñando algo, como me gustaría saber lo que sueña. Se está sonriendo de algo, seguramente debe estar soñando algo muy lindo.
¡De pronto! Una voz que no era la del Manual, sino la que me leyó la carta, me susurró: “Tienes acceso a todo lo referido a ella, no lo olvides, piensa en eso Máximo”. Sólo eso me dijo, me quedé sorprendido al escuchar esa voz tan peculiar y tranquila, verdaderamente era hermosa.
Comencé entonces, a buscar descubrir el acertijo que escondía esa frase. YA sé que tengo acceso a todas sus pertenencias, es decir, pude revisar sin problemas todo su dormitorio, ¿pero que tiene de incógnito eso? , no puedo prender su computadora y entrar a…. ¡Ya sé!
¡Wauuuu! Como no se me había ocurrido antes, ¡que bobo que soy! ¡Puedo entrar en sus sueños y saber lo que sueña, lo que no, y que pesadillas tiene!

Me puse rápidamente manos a la obra, la miré y dije muy fuertemente en mi interior: deseo con todas mis fuerzas introducirme en el sueño de Rocío, concedémelo por favor.
Sentí que me desvanecía, que desaparecía y que mi cuerpo de consumía en solo unos instantes. De pronto, estaba sentado en la tribuna de una cancha de hockey. Al lado mío estaban centenares de personas, todos alentando y gritando muy fuertemente, había bombos, papelitos, porras, y toda clase de insultos también. Miré hacia el medio de la cancha y estaba ahí: Rocío Patricks se encontraba jugando, tenía la número 3 en su espalda y como la vez anterior, vestía una camiseta color azul marino.
Pero yo quería estar dentro de la cabeza de Rocío, no me conformaba este lugar privilegiado entre los fanáticos: “Deseo entrar en el sueño de Rocío Patricks, en su cabeza y en sus pensamientos…”. Otra vez sentí que mi cuerpo estaba desapareciendo y que todo se nublaba.
Al instante tenía puestos patines y rodilleras, y parecía que estaba volando con mi palo de hockey en la mano. Me encontraba por fin, en el cuerpo y alma de Rocío.

Rocío- pasamelá Magali, ¡estoy acá! (Magali le concede el pase). Yo, o sea ella, llevaba la pelota con el palo, me sentía superman porque verdaderamente parecía que volaba y que el palo de hockey era mi arma contra los malos. Rocío, o yo, tenía la bocha, corría y pasaba a todas sin problemas, era impresionante el poder de juego de esta muchacha. En una especie de giro con freno, se mueve despacio por detrás del arco contrario. Le da un pase a una tal Mika, ésta hace una maniobra muy difícil (se escuchaban abucheos múltiples que provenían de la tribuna del equipo contrario), pierde la pelota y le dedica un grito muy peculiar a Dios, en una especie inconfundible de insulto. La numero 8 logra, por suerte, rescatar la bocha y ésta le da un pase espectacular a Magali, esta se va con una velocidad impresionante y supera a dos de sus jugadoras contrarias. Por poco pierde la pelota, pero levanta la cabeza y la ve a la número 9: -Valee!... (Le grita y la numero 9 la logra agarrar con un poco de dificultad). El partido estaba bárbaro, yo me encontraba (Rocío) corriendo para todos lados, pensaba en mi interior: “tenemos que lograrlo, por favor diosito, no me la quiero perder esta vez, quiero darle este trofeo a mi club y poder darle a mi provincia algo que nunca tuvo… o Dios”. La numero 9, no pudo contener la presión que venia de la tribuna, se desespera y le logran quitar la bocha. Una de las jugadoras contrarias (la nro 6), se va y nos pasa a Magali y a mí, estaba cerca del arco, iba a tirar y… como un milagro del cielo, la chiquitita de la Mika se escabulle por detrás y logra robarle la pelota. El partido estaba muy emosionante, ¡me traspiraban las manos!... todos aplaudieron a Mika por su gran hazaña, ésta soltó una sonrisita y de reojo sin que nadie de las adversarias la viera, hizo un pase magistral a la Valee, ésta que también se reía y se le notaba la felicidad en la cara, algo que a mí me sorprendió mucho, ya que nunca se reía para nada (no se olviden que yo soy Rocío). La valee va con muchas ganas hacia delante, patinando de una forma muy explosiva, logra esquivar a una y se la pasa a Magali. Quedamos solo ella y yo contra dos del equipo rival y su arquera. Magali se desplaza con gran categoría por sobre una de las rivales y la logra pasar haciendo rebotar la bocha en la baranda. La numero 7 se adueña de la pelota y me la pasa a mi; quedo mano a mano con la arquera y la defensora, miro hacia atrás y veo a Magali tirada contra un muro, y la Valee y Mika estaban muy lejos.
Dejando de lado mis compañeras, veo un ángulo abierto en el arco y tiro: la pelota se va con una velocidad espectacular hacia las manos de la arquera, la defensora logra tocarla con el palo y descoloca a portera dejando entrar la bocha dentro del arco. ¿Gol? Susurré en mi cabecita perdida entre la emoción, me doy vuelta y veo al arbitro que acaba de dar por terminado el juego. Rowing 1-0 Unión Vecinal Trinidad (mostraba un tablero del lado izquierdo de la cancha). ¿Lo logré? Susurré muy exaltada.
No me dieron tiempo a reaccionar mis compañeras que ya estaba arriba de las manos de todas ellas y me zamarreaban de arriba abajo. Mi felicidad era totalmente incalculable, sentía que había tocado el cielo con las manos cuando...
Mamá de Rocío- Roci ya son las 10 de la mañana, a levantarse. . . (Que le tenia preparado un desayuno americano de sorpresa)
Rocío- Okay, ahí voy (muy dormida)

Yo, ¿donde estaba? Debajo de la cama de la niña, tirado, muy pero muy feliz gritando a cuatro vientos: ¡Gracias!
No paraba de reírme, estaba emocionadísimo, acaba de jugar un partido de hockey espectacular. Salgo de la cama, asomo mi cabeza por la frazada y la veo a ella, sentada desayunando. Tenía una sonrisa de lado a lado, hasta largo una pequeña carcajada. No sé porque pero ese momento me pareció muy conmovedor, era una niña tan buena, tan tierna, que me dio tanta impotencia que no pudiera lograr su sueño la ves anterior. Pero me puse muy feliz luego de pensar que era yo el responsable de que ella lograra salir campeona.
Este sueño me fue de tanta ayuda, era domingo y ya sabia perfectamente cual eran los dos pilares que tenia y cual era el único que le faltaba:

1ro) el pilar que mas esta a la vista que posee es el de “la pasión”, ya que con este sueño me demostró que anhela profundamente ese campeonato y que con éste lograría su felicidad absoluta y eterna. El llanto de la primera vez que la vi, y después de verla lo mal que estaba en la cama ayer a la noche, me hicieron dar cuenta de esto, era obvio.

2do) el pilar de la Solidaridad. Me di cuenta de esto, gracias a las palabras que pronunció en el medio del partido: “tenemos que lograrlo, por favor diosito, no me la quiero perder esta vez, quiero darle este trofeo a mi club y poder darle a mi provincia algo que nunca tuvo… o Dios”. Ella con este trofeo, pone en segundo plano la fama y como máxima prioridad pone el honor de poder llevarle y darle el campeonato a su provincia y club de origen, ya que nunca pudieron conseguirlo. Es admirable la verdad, algo impresionante, cada ves me empieza a gustar más esta chica.

¿Qué? ¿Que dije? . . . si es una niña a comparación mía. ¡Bue! dejemos de lado la barbaridad que acabo de pronunciar y aclaremos lo obvio: el pilar restante, el del “amor incondicional de una persona”.
Todavía no puedo comprender como una persona de tantas virtudes no halla podido conseguir algún chico que la quiera, que la apoye, que la mime. Y al pensarlo bien, esta claro porque no consigue algo para ella; todos los chicos a la edad de ella son unos bobos y no valorarían ni un poquito todo lo que significa esta muchacha.

¡De pronto!, un susurro en mi conciencia me dijo: “todos menos uno (Pausa). Piensa quien podría ser Máximo”. Era la misma vos que me había dado la última pista, ¿quien sería?, pensé en llamar al Manual, pero después de pensarlo bien, le reste importancia y lo dejé de lado.
Pensé y pensé, pero siempre me encontraba en un circulo vicioso, ¿como podría encontrarle algún chico que compete con los gustos de Rocío?, si no sé los gustos de ella, ni menos conozco chicos en este mundo, un mundo hace cuatro años atrás.
Me pregunto como era yo a los 15 años, estaba en esa duda, hasta pensé en olvidarme por un rato la búsqueda del sueño y poder encontrarme, por simple curiosidad, a mí hace cuatro años atrás.

¡No otra vez no! ¡Que genio que soy por Dios!, ¡pero claro nene! , ¿Como no se me ocurrió antes?, soy yo el chico que necesita Rocío para completar su 3er pilar. ¡Si, si! Cada vez me convencía más.
Ahora tendré que buscarme a mi mismo, por toda la ciudad, ¡bah! los lugares que circundaba a los 15 años, para tratar de hacer conocer a Rocío y a mi yo quinceañero. Ojalá que se produzca amor a primera vista, porque tengo una semana solamente. Cada vez me preocupaba más y más, esa cuestión del tiempo.

Rocío ya se había levantado, cambiado (me tapé los ojos cuando entro a la pieza con la toalla envuelta en su cuerpo, semi-desnuda. Me dio mucha vergüenza y pensé que sería mejor no espiarla porque me daba tanta ternura que pensé que podría llegarla a herirla, absurdo ¿no? Bueno, ese espectáculo se lo dejo a mi yo de 15 años, ojalá que lo sepa aprovechar y que no sea tan estúpido y bobo de ignorarla). Ya hace dos horas que no ha vuelto a la casa, se fue a correr, no quise seguirla porque pensé que no encontraría lo que buscaba allí. Tenía que revisar mí pasado adolescente y pensar en que lugares me rondaba en esos tiempos.
Revise en mi memoria, las actividades que realizaba comúnmente, a que lugares concurría, si estaría en mi casa, o en lo de un amigo. ¡Bue! en fin, salí decidido de la casa, con la intención de encontrarme y poder hacer conocer a Máximo Pilnik con Rocío Patricks. Ojalá todo salga bien y como lo tengo planeado (pensé al escaparme por la puerta principal).

Comencé a caminar, la gente me pasaba por encima, los autos me atropellaban, y yo feliz de la vida, me reía sin parar, era muy pero muy emocionante tener esa capacidad. Hasta logré pasar sin problemas un edificio y salir por la otra calle. Me topé con oficinistas, empleados, sillas, escritorios y demás.
Me dirigía hacia mi casa, el domicilio era “Santiago Del Estero 123”. Me tomó muy poco tiempo llegar hasta mi casa. Estaba parado en frente de la puerta de entrada, cuando; como sin pedir permiso, la puerta de madera recientemente barnizada se abrió y salió mi mamá a barrer la vereda. ¡Claro!, como olvidarlo, mi mamá tiene el hábito (heredado de sus padres, o sea mis abuelos ya difuntos lamentablemente), de barrer la vereda absolutamente todos los domingos a la mañana. Me sentía con unas ganas incontrolables de abrazarla, mimarla y contarle todo lo que me estaba sucediendo. Todavía no podía caer, no entendía como es que estaba pasándome todo esto a mí.
La miré unos minutos, con un aire muy profundo de melancolía, la extrañaba y mucho, era mi mamá hace cuatro años. Largué una pequeña risita cuando ésta se puso a silvar, ¡hay má! ¡Como te quiero! (grité a todo lo que daba mi garganta).

Sin previo aviso, salé a la puerta un niño, con todos los pelos despeinados, con una pelota de básquet, short y una camiseta de los Orlando Mágic.
Máximo: Mamá, me voy al club, ahí te dejé la ropa sucia en el cesto. ¿Okay?
Mamá: Esta bien, hijo. Valla a picar la pelota toda la mañana. No vuelvas tarde. Estate para el almuerzo ¿esta bien?
Máximo: si… a las 13hs estoy acá mamá. Chau

Era mas petiso, no tenia barba, estaba tan flaco que tenía miedo que se quebrara algún hueso caminando. Así era yo a los quince años, morocho, risueño, alegre y muy picaron. Intuí al instante a que seguramente iba a jugar al básquet un domingo a la mañana, siempre lo hacia, bueno ahora no lo hago más porque salgo el sábado a la noche.
Que hermoso que era vivir esta situación, por fin le agradecí a Emili Pharrel por haberme metido en esta aventura. Era tan pero tan espectacular e impresionante verme a mi mismo hace cuatro años atrás que me emocioné de una manera que salieron de mí ojos unas pequeñas lágrimas.

Lo seguí obviamente, tenía que encontrarle alguna concordancia en los horarios con los de Rocío. ¿Cómo hacer para que se conozcan? , porque de la química entre los dos estaba garantizada, porque yo sé lo que sentía a los quince años. En ese momento yo necesitaba a alguien que sienta lo mismo por mí en el deporte, que me apoye, que me entienda, que me escuche, que platiquemos de todos los temas de la vida hasta cansarnos; y por experiencias pasadas, me sentía algo frustrado por que no había podido todavía encontrar lo que buscaba en una mujer.
Entró al club, y como de costumbre, empezó a lanzar al aro. Siempre los domingos hacia la misma rutina de tiro, primero empezaba con triples, luego con dobles a media y corta distancia, después bandejas y estrategias de penetración, y por último, tiraba libres. Nunca había nadie a esa hora, la mayoría de mis amigos dormían, pero en cambio yo, odioso de acostarme hasta tarde, prefería ponerme las zapatillas y practicar un poco.
Mi yo fantasma, de un cuerpo transparente, pero que se distinguía mucho de mi cuerpo a los 15 años, estaba sentado en el medio de la cancha mirando como practicaba el otro.

Pensaba todo el tiempo, mientras el otro tiraba al aro, de que manera podía juntarlos a Rocío y Máximo. Ninguno salía a boliches en ese tiempo, además, no era la mejor forma de comenzar lo que iba a significar el 3er pilar. Las escuelas tampoco coincidían, los deportes practicados por cada uno menos, la lejanía de las viviendas no ayudaba tampoco (si bien me tomó poco tiempo llegar hasta la casa de Máximo viniendo desde la casa de Rocío, sacando todos los atajos que tomé y mas o menos serían fácilmente 15 cuadras de diferencia). No encontraba ninguna coincidencia en los gustos de cada uno. ¿Cómo podía ser?

Luego de dos horas aproximadamente, el chico se cansó, juntó sus cosas y se dirigió de vuelta para su casa. Éste se tornó algo aburrido y denso, mi otro yo estaba agotado y por eso caminaba muy despacio y además cantaba una canción muy pegajosa de una telenovela.
En un momento, Máximo se agachó y recogió un folleto el cual decía: “Feria Del Libro, viernes 18hs. Calle San Juan 223, entrada libre y gratuita…”

Noté un poco de interés en la mirada de Máximo al leer el folleto. Se veía muy interesado en concurrir en esa feria.
¡Pero claro! , ¡Como pude olvidarlo!, yo a los 15 años recién empezaba a transcribir en hoja de papel todos mis sueños y anécdotas nocturnas. Seguramente estaría interesado por el hecho de encontrar esa manía poco común, posiblemente en algún autor, en la feria. Estaba mas que convencido de que el concurriría a ese lugar. Tenia el lugar y el momento exacto para que se conozcan los dos y que por fin se produzca (ojalá) la química necesaria para complementar el 3er pilar y que éste se manifieste en la muchacha.
Me pareció inútil seguirlo hasta la casa, si total lo que había venido a buscar ya lo había encontrado. Ahora lo que más me preocupaba era el hecho de que ¿cómo iba hacer para que Rocío se entere de esta feria? , posiblemente ya lo sepa; pero ¿y si no? Tendría entonces, que buscar alguna forma, teniendo en cuenta mis limitaciones con el tacto en este mundo, para solucionar la cuestión.

Llegué sin problemas a la casa de Rocío. Ésta ya había vuelto, se estaba duchando cuando yo entré a su habitación. Y ahí lo vi, ¡la felicidad que sentí fue inmensa!, estaba justo al borde de la mesita de luz: el folleto ya había llegado a manos de ella; por fin un problema menos (suspiré hondo). Seguramente lo habrá recogido en la vereda, o se lo habrán dado cuando corría.
Al cabo de unos minutos, Rocío entra secándose el pelo con un toallon blanco, no alcanza a poner la música que la madre la llama para el almuerzo, se viste y se dispone a comer con los padres.

Yo me quedé toda la siesta de ese domingo soleado arre costado en la cama de ella. Comencé a pensar en mi familia, en Analía, en todos mis amigos; y de cómo estarían las cosas en mi mundo. Extrañaba mucho estar en mi pieza, acariciar a mi perro, extrañaba comer y dormir, es decir, llevar una vida de carne y hueso. Pero luego ese sentimiento triste se me diluyó al pensar en esta niña, no la conocía todavía pero había algo que me atraía, posiblemente mi yo quinceañero tendría muy en claro este aspecto, ya que tienen la misma edad, Rocío juega al Hockey, Máximo al básquet (tienen la misma pasión por el deporte) a los dos les gusta escribir, y creo que los dos buscan a la misma clase de persona, con las mismas cualidades, con la misma esencia. Pienso yo, que la “media naranja” no tiene que ser diferente una del otra, o sea, me refiero que uno se puede complementar del otro tranquilamente con las mismas pasiones y preferencias, no necesariamente tienen que desconcordar con sus aficiones para que uno aprenda del otro. Con esto, queda desmentido el mito de que las dos personas tienen que desacordar con ciertos aspectos en la vida para que uno aprenda del otro.

Al llegar la noche, lo confirmé. Definitivamente Rocío le gustaba escribir. Escribía y mejor dicho, confesaba: sus estados de ánimo, las andanzas del subi-baja de su corazón, si estaba triste, si estaba alegre y los motivos. ¿Como supe esto? Fácil, cuando la niña se dispuso a escribir en la computadora, me introduje en su mente para ver específicamente lo que ponía. Veamos entonces algo que me llamó la atención y que con mucho esfuerzo memoricé:
Hoy, domingo a la noche, teniendo 15 años, no sé si soy feliz, si estoy contenta con la vida que me tocó, si estoy triste, si me arrepiento de cosas.
Solo sé que la confusión que tengo no me va a llevar a ninguna parte. Tengo que empezar a pensar que será de mí en lo que me espera del año, ya que el campeonato pasó y perdí; ¿pero sabes que diario? También gané: gané amigos, gané experiencia, gané el respeto y el reconocimiento dentro de la cancha de mis rivales y ahora sé muy bien donde me encuentro parada, no soy mucho, pero tampoco soy nada.
Las ganas que tengo de jugar de nuevo el torneo son enormes, pero es mejor esperar, porque ahora es tiempo de practicar, de aprender y enseñar, de escuchar y hablar, y por sobre todas las cosas es tiempo de buscar lo que mas quiero en la vida: la persona que me llene el vacío que tengo en mi alma. No encuentro a nadie o mejor dicho, ellos no me encuentran a mí. Pero no los culpo, porque yo tampoco soy abierta, siempre me cierro en mi mundo, en un mundo en que sólo hay bochazos, sumas y restas y decirte a vos diario lo que me sucede día a día, siento que me falta algo. Ese algo es lo que necesito para que mi felicidad sea completa.
Adiós diario, ya me puse tristona y un poco melancólica, perdoname, no te quiero llenar la cabeza de vuelta… adiós

Rocío…


Me dio mucha pena lo que puso. Deseo con todas mis fuerzas que Máximo no dude en ningún momento en querer tenerla y ojalá se cumpla todo lo planeado.

Los días lunes, martes, miércoles y jueves los utilicé para conocer y aprender mucho sobre el “Diario De Los Sueños”, con la incondicional ayuda del “Manual” obviamente. Aclaré muchísimas dudas sobre mi aventura, y me quede súper tranquilo al saber que mi plan era excelente. El “Manual” quedo boquiabierto con la rapidez que manejé las cosas, estaba sorprendido y me dijo que la voz que escuché, esa que me ayudó y me dio un par de pistas y consejos, era la del mismísimo Emili Pharrel, el creador de todo este imperio. Me comentó que Emili era muy boca suelta, y que tenía la mala costumbre de intervenir y darles consejos a los elegidos, para que no se dispersen y no se pierdan por caminos equivocados. También aclaré el asunto del tiempo, me dijo que si la química se producía, no habría problemas con el tiempo determinado por el “Parlamento de Ensueño” (una semana), ya que de lo demás, es decir, el enamoramiento de los dos chicos, la naturaleza propia del ser humano se encargaría de eso; era inútil que intervenga.
Rocío estos días se la pasó en casas de sus amigas, en práctica de hockey, en la escuela y corriendo. Escribía de noche, y yo como un fiel espectador, detalladamente leía todo lo que introducía en el texto de World.

Llegó el viernes, el día que más esperado había llegado. Rocío, se levantó como de costumbre en un día semanal a las 6hs, se bañó, desayunó y partió para el colegio. La mamá ya estaba al tanto de que su hija a las 18hs en el día de hoy iba a ir con Magali a la feria del libro. Quedo un poco sorprendida por la noticia, ya que no estaba enterada de la nueva afición de su hija. Hasta se ofreció en llevarlas, para quedarse tranquila de que no se perdieran en el camino, era lógico que no les creyera.
Yo, toda la mañana estuve en mi casa, ¡bah! , en mi casa de hace cuatro años. Quería asegurarme de que concurra a la feria, imagínense si no pudiera ir, sería toda una catástrofe.
Por suerte, escuché decirle a Máximo que ni por loco se la perdía, en la conversación que tuvo con mi mamá a la media mañana.
Estaba todo en orden, todo en su lugar, solo faltaba que sean las 18hs, que los dos niños se conozcan, y listo; volvería contento y feliz a mi hogar.
Eran las 17:30hs, yo estaba jugando al veo-veo con el “Manual”, cuando llega Magali a la casa de Rocío. Ésta última estaba cambiándose en la habitación.
Magali entra al dormitorio y las dos se ponen a hablar sobre quien sabe que - posiblemente sea un chusmerio del colegio-(susurró el “Manual”).

Mamá - se hace tarde chicas, apurence ahí arriba.
Rocío- ahí vamos mamá… (Le grita desde el otro lado de la casa)

Finalmente, ya dentro del auto, estaba nerviosismo, ansioso y muy preocupado por lo que podría llegar a pasar.
El reloj de rocío marca las 18:04hs, veo por detrás de la ventanilla un gran cartel que dice: Gran feria del Libro.
Mi corazón se está que explota, no para de pensar las mil y una posibilidades de que todo pueda salir mal. ¿Y si no son el uno para el otro?, ¿y si me equivoque en elegirme para ser el 3er pilar de Rocío? Si total, ¿que soy yo para merecer semejante tesoro? O ¡peor todavía!, ¿si Máximo no va? , ¿Si le pasa algo en el camino? , y suponiendo que los dos vallan, ¿como demonios se van a presentar? , yo seré demasiado lanzado y cara rota en estos casos, pero ¿y si ella le cae mal eso? ¡Con un demonio! , ¡Estoy alteradísimo!, hubiera pensado mejor las cosas antes de jugar al Veo-Veo con el “Manual”.

Las dos niñas salen del auto. Rocío se veía tranquila, estaba de buen ánimo como siempre, su cara no transmitía nada; se encontraba en un paseo por innumerables de obras literarias, mientras yo me encontraba en el momento más importante y más traumático de mí vida. El sueño de niña estaba en juego y yo sólo podía cumplírselo, era el responsable de hacerla feliz, de que por fin encuentre lo que tanto busca.

Las dos ya estaban adentro, saludan a un par de amigas, posiblemente ya habían acordado encontrarse ahí. Logré reconocer un par de rostros, como el de Mika y valee. Todas empezaron el recorrido por la sección de Historia. Las seguí obviamente, estaba inquieto, nervioso, faltaban solo 45 minutos para que sean las 19hs y todavía no había pasado nada. No lo veía por ninguna parte a mi otro yo; ¿donde demonios se habrá metido que no llega?, al ser memoria, me acordé que en esos tiempos siempre andaba con un grupo de amigos que se caracterizaban por llegar impuntuales a todos lados, era tal la fiaca que teníamos que si salíamos de mi casa a las 17hs, podríamos llegar a la feria a las 18:30hs (caminando obvio).
Pero las chicas se me adelantaron, se encontraban ya, en la sección de novelas y cuentos cuando me vieron. Si amigos, me vieron, pero no a mi fantasma, si no a mi de carne y hueso con sólo 15 años. Me sorprendí tanto que una de ellas me conociera tanto, me acerque al cuchicheo que estaban manteniendo, para poder escuchar todo lo que decían acerca de mí:

-Mika: ¡hay no!, miren quien está allá; ¿lo ven?
-Magali: ¿a quien? ¿A ese chico que esta ahí como hipnotizado leyendo “el principito”?
-Mika: ¡sí, sí ese! , ¿No lo conocen? le dicen “Max”, es bastante conocido según mis amigas del club.
-Valee: ¿conocido en donde? En su barrio seguramente porque ¡yo no lo he visto nunca!
-Magali: si mika, ¿quien lo conoce? Aparte ¿que pasa si es conocido o no? A mí que me importa si lo conoce el presidente. (Y hace una mueca de soberbia)
-Mika: ¡hay bueno!, es que mis amigas siempre viven hablando de él, nosé que le ven porque te digo la verdad, es común y corriente a todos los chicos, ¿o no? , pero ellas dicen que es esto, que es lo otro, me tienen podrida.
-Magali: ¿tanto gustan de él?, habría que conocerlo, ¿no?
-Mika: No gustan de él, no, ¡no! Nada que ver, es que me contaron una vez que ese chico… ¡Pafffff! (Rocío que se encontraba al otro lado del salón, se le habían caído como diecisiete ejemplares de una lápida enorme que se titulaba: “¿Que significan nuestros sueños?” y mas abajo se subtitulaba: “Manual de autoayuda que te sirve para revelar los secretos escondidos de tus sueños”). ¡Hay! ¡Esta Roci! (dijeron las tres en coro, con algo de lamento).

De pronto, veo que mi otro yo, se da vuelta muy bruscamente y pone fijamente la mirada sobre Rocío. Quedo totalmente sorprendido por lo que había ocurrido. Ella estaba de espalda tratando de recoger todos los libros que se le acababan de caer. Él, que estaba al otro lado del salón, empezó a caminar hacia el lugar en donde se encontraba)

Yo, dije improvisadamente y muy rápido: “deseo con todas mis fuerzas saber que es lo que está pensando en este momento Máximo, por favor concédemelo Máximo, esto tiene que ver con el sueño de Rocío, ¡por favor! (grité).
Al instante, me desvanecí y en un santiamén estaba dentro de los pensamientos de él.
Este iba caminando despacio, dudando realmente si ir o no a ayudarla; mientras ella, estaba cada vez mas pérdida entre libro y libros de tapa blanca y azul marino.
Las amigas sólo se le burlaban y reían de su torpeza.

“Sólo tenes que ayudarla con los libros, dale Máx, no seas bobo, es tan linda, encima agarró el libro que a vos mas te gusta, ¿o no?, es tu oportunidad de encararla. No seas idiota…” (Se repetía una y otra ves en su mente)
Pero algo estaba mal. ¿Encararla? Que palabra tan fea por Dios, parece que fuese un objeto la pobre niña. Tenia que ayudarlo de alguna manera a este chico, no puede ser tan infeliz.

Me daba mucha lástima, no podía ni acercársele a la niña, pobre Max. Sin embargo, el plan estaba funcionando, al chico le había llamado la atención Rocío, pero la mala suerte era que ésta no se había percatado de su presencia.
Necesitaba un consejo de un sabio en estos casos. “Necesito hablar urgentemente con Emili Pharrel por favor” (Me susurré a mi mismo, con la intención de que el “Manual” me escuche y acuda a mi petitorio).

Emili: ¿Me has llamado Máximo?
Máximo: ¡Oh!, ¿eres tú, Emili Pharrel?
Emili: Si, él mismo. El “Manual de Auto-Ayuda” me ha mandado una carta solicitando que me haga presente en tu sueño, hemm déjame ver, ¿1.739? ¿No es así?
Máximo: Sí, así es. Pero se lo mandé recién, ¿tan rápido es la correspondencia en este mundo?
Emili: por desgracia si amiguito. Es que tenemos innumerables Dioses mitológicos encargándose de absolutamente todo lo que sea necesario para que este mundo sea cada día mejor. ¿Me entiendes?
Máximo: Sí, lo entiendo. Bueno, lo llamé porque necesito que me aconseje. ¿Como debo hacer para que Máximo se anime a hablarla a Rocío?
Emili: Si quieres te presto su cuerpo por unos minutos. ¿Que dices?, eso si, no digas nada porque es contra las reglas ayudarte. ¿Esta bien?
Máximo: ¡wauu!, ¡si!, por supuesto Emili, soy una tumba. No lo puedo creer, ¡voy a poder tener 15 años de vuelta!
Emili: Si, pero mejor apurate ya que sólo tienes 30 minutos.
Máximo: ¡huy! ¡Cierto!, Gracias, muchas gracias Pharrel por ayúdame.
Emili: no me llames así, dime simplemente Emmi Dreamm… adiós.
Máximo: Adiós.

Al momento que se desaparecía la voz de “Emmi Dreamm”, comencé a sentir en mi cuerpo de fantasma muchas convulsiones. Mi cuerpo se estaba mutando poco a poco. En unos segundos, sentí por primera vez el respirar de mis pulmones, el latido de mi corazón, el tacto de mis manos, la calefacción del ambiente y pelo en mi cabeza.
Era yo, pero yo a los quince años. Era increíble. Empecé a saltar, pero a los cinco segundos me contuve porque vi que todos me miraban con caras raras de ridiculez.

Rocío ya estaba parada junto a sus amigas, que todavía no paraban de reírse por su accidente con los libros. La miré fijo a los ojos, sentí una gran emoción en mi corazón. Realmente estaba segurísimo de lo que estaba por hacer. Nunca en mi vida experimente algo tan grande y tan hermoso por una persona, menos por una mujer menor que yo. Sus ojos me decían tantas cosas, caminando hacia ella me perdí en un mar de confusiones, ¿que me estaba pasando? ¿Me estaba enamorando de una niña de quince años que ni conozco?, no lo sé. Pero que es amor a primera vista, lo es.
Su silueta, su olor, su pelo, absolutamente todo se encontraba sin barreras ahora, ahora no sólo podía mirarla, sino besarla; poder continuar la escena de la computadora, aquella noche en su pieza. Mi panza experimentó un cosquilleo constante al caminar hacia ella. ¿Serán esas mariposas que tanto me ha mencionado Analía?

Me encontraba exactamente atrás de ella, sus amigas ya se habían dado cuenta de que yo estaba ahí.
Me acerque muy suavemente a su pelo, éste olía a flores de primavera recién regadas. Le toque suavemente con un dedo el hombro, ésta se da vuelta con una cara de sorpresa tremenda, me mira, nos miramos. ¡Hay! Si pudieran imaginarse como late mi corazón en este momento se darían cuenta de lo hermoso que se siente estar enamorado.

Ella increíblemente no me dice nada, era como si estuviera hipnotizada con mi presencia, de pronto como cayendo del sueño que taba viviendo, me despierto y le digo muy suavemente, casi susurrándole: “Soy tu sueño hecho realidad…” y la beso.

Tic, tic, tic, tic… (Se escucha de fondo); Tic, tic, tic, tic (cada vez el sonido se hace mas fuerte).

Analía: ¡Ey Nene!, dale despertate, ¡son las 19hs ya!, ¡pensé que estabas muerto! , ¿Cómo pudiste dormir tanto? , ¡Te estuve esperando hasta las 12 de la mañana en la plaza! , ¿Podrías haberme avisado no? (los reproches se hacían cada ves mas cansadores)

No le respondí. Solo agarré la almohada que estaba detrás de mi cabeza, y me tapé la cara para gritar con todas mis fuerzas: ¡Noooooooooooooooooooooooooooooooooooo!
Lloré todo lo que resto del día, le supliqué a Analía que se quedara esa noche conmigo porque necesitaba desahogarme y para contarle el sueño más grande que había tenido en toda mi vida.

Después de tres meses, y de dibujar 150 veces el retrato de Rocío con lápiz A4. Se me ocurrió una idea brillante: escribir el sueño que tuve y publicarlo. El libro no sólo tuvo éxito a nivel local, sino mundial. Superé todos los record, la mayoría impuestos por la inglesa J.K. Rowling, convirtiéndome a mí en el escritor mas joven en la historia en vender un millón de ejemplares en todo el mundo.

Los días pasaron, los años también (Ahora con 35 años arriba.), Analía y yo seguimos siendo amigos, es ahora también mi asesora y manager.
Un día, a Analía se le ocurre que yo le podría ser de gran ayuda en el supermercado ¿Para que?, no lo sé. Eran ya las 19hs cuando entramos, el supermercado estaba cerrando. Nosotros nos encontrábamos en la sección de golosinas.
De pronto sentí que algo me respiraba atrás mío. Al segundo, siento que suavemente un dedo se desliza por mi hombro. Me doy vuelta, muy sorprendido y miro hacia la mujer que estaba en enfrente de mí. Me susurra al oído: “vengo a devolverte el favor Max…”





Fin.


Autor: Little Dreamm



































































Texto agregado el 25-07-2007, y leído por 81 visitantes. (0 votos)


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