¿Por qué me derrumbo ante tan poquita cosa?
Hay baches... ¡claro que sí!
Eso ya lo tenía claro...
Riñas, días mejores, días peores y días en los que mejor no levantarse de la cama... pero así es la vida.
Quizá me acostumbré a sonreír demasiado para mí y los demás sin darme cuenta que sigo haciendo algunas cosas mal, que hay que remediarlo.
Quizá es que mis días felices ya serán menos a partir de ahora y tendré que aceptarlo.

Y no rendirme por un fallo...

Y aguantar... aguantar...