Te amo,
tan sencillamente
como amo al mar,
que al tocar
mi piel me transforma
y me hace suyo.
Te amo,
tan calidamente
como una brisa
de verano,
que de no existir
me llenaría de un frío
olvido.
Te amo,
por que adoro
tus ojos,
tus manos
y todo lo que nace
de ellas.
Amo,
tus miradas
y gestos de enojo,
como pequeños
detalles que te
hacen ser aún
más hermosa.
Amo,
sobre todo
tu caminar,
tu silueta
de flor inalcanzable,
mecida por aquellos
jóvenes vientos
de vida.
Amo,
tu sonrisa
que me procura
la seguridad
que en tu alma
se esconde
la felicidad.
Amo,
tu voz
despreocupada
a pesar
de la inmesidad
de caminos
que transitas.
Amo,
tus penas
porque al ver
tus ojos
se convierten
en mías.

Te Amo...
aunque
en estas
palabras
que hoy
escribo
no me atreva
a mencionar
tu nombre.