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Inicio / Cuenteros Locales / la-recien-llegada / El cuento del enano y la felicidad (Lo he creado para un regalo, y agradecería opiniones y consejos

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Cuenta leyenda que un inquieto enano llegó un día a un aldea remota. En aquellos confines del mundo no estaban acostumbrados a tener visitantes, así que, el pequeño ser, causó muchísima expectación.
“¿Qué haces aquí?”- dijo uno de los ciudadanos.
“Verás…Tras muchos años de entrenamiento, tengo la capacidad de dar felicidad a las personas. De hacer que cualquiera que me rodeé experimente una alegría inmensa. Eso sí, esta felicidad, no dura más que unos segundos…
“¡Sí”, “¡Ala!”, “Es increíble”-murmuraban todos-. Convencidos de que, con el enano ahí, jamás serían desdichados.
“Durante los dos últimos años”-continuó el enano-“he recorrido Edmundo haciendo sentir a las personas (a algunas incluso por 1ª vez) lo que es la felicidad.
“¡Por favor, házmelo sentir a mí!”-dijo uno-. “Y a mí”-dijo otro-.
Y así, el enano comenzó a hacer una demostración a los habitantes del pueblo. Con sólo mirar a los ojos de alguien, conseguía disipar todas sus preocupaciones; que su ceño dejase de estar fruncido, que no tuviese miedo, y que se sintiese capaz de arriesgarse a elegir su vida.

Durante días y días, lo fue haciendo con todas las personas del pueblo, cada vez que se cruzaba con alguna. Sin embargo, tras esos mágicos segundos, todo se desvanecía. Y esas personas se sentían aún peor que al principio. Lo que les llevaba a estar constantemente buscando al enano y reclamando sus favores. Su insatisfacción se fue tiñendo de rabia y cólera hacia el enano de tal manera que, 1 día, salieron a buscarle para destruirle. El enano estaba tan débil por todo el trabajo que le habían dado que no consiguió huir. Tras matarlo, para asegurarse de que no pudiese volver jamás lo cocinaron y se lo repartieron como pudieron. Comiéndose, cada uno, un trocito muy pequeñito.

Y…cuenta la leyenda, que el enano, lejos de desaparecer, se quedó. Decidió quedarse para seguir dándoles instantes felices. Pero de un modo tan ocasional y tan fugaz, que sólo les serviría para evocar una sensación que nunca tendrían. Así hasta que el pueblo desapareció.

Y cuenta la leyenda que…hasta nuestros días, el enano está en cada uno de nosotros. Sus ojos, los ojos de nuestra alma, se posan en los ojos de los otros, pues su mirada ha encontrado una manera de salir. Nuestra sonrisa.

Cada sonrisa son segundos de felicidad, propia y ajena, que podemos conseguir cuantas veces queramos, gracias a que un enano que tiene ojos en nuestro corazón.



Texto agregado el 17-03-2007, y leído por 2499 visitantes. (2 votos)


Lectores Opinan
16-07-2007 es interesante leerte, ideas muy deliciosas bien contadas y creativas se me hace curioso como el hecho tan real de que los humanos seamos tan egoistas y envidiosos. Destruir para estar satisfechos, destruir lo que nos hace feliz tanto a los demas como a nosotros mismos... creo que lo dificil es seguir enseñando los ojos del enano cuando los ke te rodean los enseñan poco... alguien_en_algun_lugar
17-03-2007 El contenido es muy bueno. La redacción amerita una supervisión más cercana, por ejemplo se te han escapado algunos errores que molestan como las piedritas en el arroz: "he recorrido Edmundo" ¿No será el mundo? "1 día, salieron a buscarle" Ese uno está bien en un libro de matemáticas, pero acá... Me gustó leerte. Se te lee en forma fluida y con agrado. 5* THEOTOCOPULOS
17-03-2007 Te felicito, es precioso el cuento. Y qué lindo sería poder sonreir siempre verdad? OMENIA
 
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