silve una melodia cualquiera
cuando aquel pez se hizo pescado en el anzuelo.
me siento contento y exultante por ello,
el dia esta perfecto para cazar tambien.
me salgo de la orilla del mar caminando,
con la presa fileteada en direccion a donde se encuentra la caña esperando,
con su plomo vivo aun, cual pendulo de un adivino,
y le coloco la carnada de camaron,
sujetada con un hilo de coser de color rosado.
sobre la jaula del chingolo ricardo
yace el elemento tabaco que tanto deseo con pasion fumar a bocanas profundas,
entonces por supuesto,
una vez mas enciendo un nuevo cigarrillo,
el cigarro numero infinito.
no conosco lo que es padecer de ira,
ese sentimiento tan conocido por todos,
ni de que se trata eso,
pero tal vez, no digo que no ni que nunca,
mi potencia sexual latente por salir,
pueda llegar a confundirse con dicha livido pecaminosa, con esa arrogante actitud
de sentir furia sujetado a los motivos con pura obsecion.
a mi me place estar tranquilo y pensar sereno en lo que hare mañana, soñando despierto con una sonrisa alli eterna,
cuando hay motivos verdaderos,
como para matar sin culpas a alguien que lo merece, pienso primero y antes que nada,
en que todo bicho que camina mal va a parar al asador sin remedios,
entonces me tranquiliso con saber,
que luego de aguantar con sagrada paciencia al imbecil, para justamente no explotar de ira,
aparecera al fin, otro en mi lugar,
para cocinar al vaquero molesto como dios manda.