¿Porque te acuestas sola?

Cuando te miro desguarnecida, en tu pulcra soledad
no me queda más enmienda que unirme
no solo a ésta tempestad que nos une, sino;
a todo aquello que no conllevamos.

¿Porqué te sientas sola?

Mujo como el bovino que no tiene edad
pero que se nutre y bien te teme
bajo ese recelo, eso nos reúne,
y los recuerdos han pasado y nos vamos.

¿Me levanto?

Es ésta escoria que llega a mi cara
la misma que hoy has de pisar,
sobre el camino arduo y ligero
que nos encauza a un nada.

¿Me recuesto?

Diriges muy clara la mirada, ya rara; casi extraña,
y verla muy lejos izar
para poder ser impresa fuerte y con acero
en tu cama solitaria; tú, mi segura Hada.

El pequeño dolor superfluo que tenemos en común,
es aquel que:
Muy seguramente nos da el final de esperanza
y en el pantanal de la hormiga negra con su
vida a pasos da comida sobre un tisú;
que vistes y estrenas para mí.

Ya te exprese, tu lo sabes,
los deseos de mi cuerpo al dormir,
ahora no queda nada solo el celeste regalo,
que tú me has dado.
Cuándo me cantas y también me calmas,
esa es mi vida.

Escondo en tu vida la palabra mágica
contigua a la luz clara de aquella estrella,
muy distante y muy cercana a mi corazón.
Levanto en tus besos una tenue plática convertida
entre lo hondo y hoy se sella
sin ti; ni mi; sin tu; ni yo;
la verdadera razón.

Cámbiate a mi lado,
ven a mi izquierda me veo solo y
muy triste sin verte
Ven sola
ponte de rosado
y que el día se pierda,
si te tengo lo he ganado en este polo,
y muy segura me retienes, casi inerte,
ponte el celeste el que sabes y vuela.

Te has cambiado a mi forma
- quizás he sido yo el moldeado
- ya no se cual de las dos
de nueve a cinco
igual que ayer y hoy
te he buscado bajo todo estrato
te cambias de nuevo
ponte lo que quieras
hay una luz mutua que te observa
ven nuevamente de regreso
antes de que eso pase;
y ya habrá pasado el día soñado.

Te he contado los bellos
sin tocar tus labios,
algunas veces rosados,
no pretendo ni quiero quitarte todo el tiempo
y te dediques a mí.

No vistes lo odiado solo el reposo del amor
casi a ciencia materna
te regresas y mi besas.

Ya ha pasado el día 22 del mes
ya estamos en 3 del mes siguiente
ya me cantas en voces de lirio
ya entiendo lo escondido de tu canto.


Subo en el carro marrón y me temes
al recordar el preciso lugar que tenemos de frente
son con aquellas flores en las que hoy río
y ya conoces el fondo
el que yo te descubrí aquel 22
sin tenerte y ser mía por siempre
como Nidia
como Luz
como tu alto cabello
jugado por mis manos; y hoy en este día
te recuerdo sobre mis brazos
te recuerdo y te sonrío.

Por los caminos polvorientos, de mi imaginación,
te he visto caminar semi-desnuda
y al regresar sudada y bella
es cuando mas tengo el poder.
Por los ladrillos brillantes,
que he visto instalar,
te miro llorar casi a solas
y el tiempo pasar;
contenta estás
es cuando no tengo el derecho de amarte.

Es la romanza de tus movimientos el que me capto el orgullo
con la sangre interpuesta
- entre tus bulbos
la que me castigó para producir
lo más integro de un amor lejano
cada semana que éstas en un país
- el que tú odias.


¿Fue cuando escribí “Tell me something”
lo que te llamo a estar bajo mis brazos
dándome lo duro y lo suave de tu amor?
Ya me has castigado con tanto “doing”
lo duro en los mares de los zarpazos
siendo yo: el dueño del clamor.
He aprendido dos lenguas
conocidas y destruidas.


Me llene de sangre en mi primera vez
llene el cuerpo y la cara, de sangre amorosa
tres veces caí dentro de tu cuerpo
tres intentos con resultados.
Ahora; años después conseguimos lo mismo
con mas amor mas deseo
más intento para forjar un mutuo recuerdo.

Juntos
talvez mas de lo que creemos
estamos juntos.

No te sientas sola
no te acuestes sola
tengo un regalo que:Me has dado,
y te he dado un leve consuelo.

De nuevo vístete de rosado
con tu cabello al hombro
para decir más que alto
más que profundo
vuelo por ti
existo para ti.

No extirpes todo el tiempo pasado
recupera todo lo perdido
- en eso estamos
Vistes de claro verde con el corazón de frente
ya vienes y ya te topo.

He pasado en las tardes del verano
soportando el aguacero intransigente
viéndolo pasar lejano, muy lejano
frente a tu fotografía,
que mentalmente poseo en mi mano derecha.
Ya estoy cansado de verte sola
sin el hombro propio que tú tienes
sin sentirte llorar en las tarde
de todos lo veranos.

Ya me canso
ya me muero en este calor cruel
ya me alzo para darte la mano,
ya es ya y ya me arrodillo.

Son los puntos del cabello
los que me entregan tu aliento
con las fulguras de aquella sombra fresca
que un día nos cubrió.
No te sientas sola
no te acuestes sola
no te recuestes en el hombro ajeno.
Sos la Majestad con su fiel plebeyo
al momento que mas me calmo y cuento,
con los sudores del amor
una tarde tropical, en la cual te tuve,
bajo otra sombra, ésta, ahora de “shingle”
con un “A.C.” refrescando
en una tarde más de un verano más.

Es de ti quién mi corazón buja de ansia
con tu regalo celeste, ya sabes, que todavía poseo.
Es de la cosa que tú tienes que mi alma copia
sumando los veranos apasionados, sin aire fresco.


Tienes cinco sangres rondándote
no tienen ni pizca de la mía.
Ya vemos los Ángeles, de los Ángeles tiernos
cuidando al más pequeño, de los pequeños.
Estoy con uno de ellos y ahora recuerdo
que siempre han estado lejos de mí ser.

No te pongas de espalada
no me des tu rencor
que culpa tiene el pobre de ser inculto.

Yerro con yerro sobre un horno frío
caído con ese aceite de Ángeles gloriosos
no tengo el más leve derecho
a estorbar sus caminatas,
junto a tu pulcra soledad,
que ya me he unido, hace mucho tiempo.


Es tu pequeña plataforma,
la que me impide ser yo.
No cambies el semblante,
con el cual te conocí.

Ya es noche
me retiro hacia la morada ajena
en que pernocto sin tu pijama
tengo, ya sabes, el celeste.

Buenas noches.


Refleja el sol sobre mi sábana vacía
sin tu presencia, por supuesto,
la cual he guardado para mi día especial.

Ya estoy cansado.

Buenos días.

Es sobre el vuelo del águila que te conocí.
Un día la grabaste,
la quemaste.
la pintaste;
de una forma increíble
vida le diste aun águila maravillosa.
En el fondo de mi baúl, ahí esta.

Esperando por tu segunda mano,
no te necesita,
pero te sigue esperando.

Ya en estos días
fumas otro tamaño
mismo color, mismo delirio.

Voltéate a tu derecha
a tu izquierda
de frente
detrás.

Reluce sobre la misma sombra lo mismo
que sigo esperando
casi igual casi distinto.

No tuerces tu lindo cuello
no tienes por que.
Fíjate,
estoy a tu punto
ya te he entregado el consuelo
y muestras el color piel que te di.

Me calzo sin tu ayuda
de nada sirve
sigo a la misma altura
en la misma cama con el mismo colchón.

¿Qué me queda por decir?
¿Buenas noches?
¿Buenos días?

He a ti la repuesta en tus manos
en tu piel
en tu corazón.

Buenas noches y buenos días.