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Inicio / Cuenteros Locales / lithium / Bala, el hombre bala esquizofrénico que no recuerda su nombre.

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Soy horrible.. las amnesias de cañón retumbaban en el bosque perdido. perdido en la ceguedad de sus quemaduras, encontró un pequeño sentimiento..
dolido por las lanzas, quebrado por los sirenas de la carretera.
escondido en el hocico negro, tan fuertemente metido, penetró sus pulmones de cocaína negra. comburente solitario... comburente solitario...
esencialmente aturdido.. toOdos lloOran... toOdos lloran... incendiando esperando.. esperando... esta noche inquisición.

las esferas de sus lentes contaminaban de pólvora sus reminiscencias. vertiendo los copos de nieve en la hoguera teatrera.
duele demasiado.. suena demasiado...

bala...
No dejes de mirar...
cañoOnes.. lo sé.. cierra tus pestañas acabadas..
bala...
bala...


desnudo sobre colillas de cigarro... prendió su incandescencia. lejos.., esperó la sangre de su paranoia. para moOrir, en los brazos de su heroína.
bailando con el motor de los autos, giraba y giraba. ¿me regala un poco de su humo? sucediendo después... sucediendo ahora.. ambulancias familiares en el desastre. sintiendo los estallidos, trató de comerse un rayo.
limpiando sus impurezas en la agonía, olvidaba su nombre.. despidiendo el whisky de sus bigotes.
bloqueó sus dientes en el petróleo, desciéndeme... desciéndeme... suéltame.. no acariciaré la tierra.. solo mejor.., explótame.. una última vez.

las estrellas incoloras no perfumaban como la matriz oscura. arrastrando muertos, arrastrando cadáveres, arrastrando el fuego de su cabeza... quítame y despídeme. más medicinas doctor.., más medicinas patrón. cerrar relámpago, función suicida. no me dejaré quemar.. no me dejaré quemar.. besaron sus oídos antes de subir al escenario.. el silencio perforado en la explosión.
las escamas de piel reptil, alimentaron su adicción a la caspa. el nacimiento de la mañana lo hacía salivar.. el tráfico se untaba en las caricias del metal oxidado.
la pólvora desvanecía sus alientos. sed.., sed.., sed... el olvido de su nombre comenzaba a tatuar..

bala.
bala...
deja de llorar sobre el fósforo..
no apagues tu cordón umbilical.. no mires atrás..
bala..


las huellas de sus escarificaciones inhalantes, cortaron las venas titiriteras de la manta de circo. la gasolina que durmió con sus latidos, cruzó el río de veneno pulmonar. más viento ceniza.. más viento ceniza..
las gotas que nunca pararon, comenzaron a convulsionarse. vertiendo el coma en sus pestañas.. no dejó de sacudirse..
la caja de cartón enterraba sus alas de noche. finalizando el cuerpo asqueroso en la sobredosis de aire.
la falsedad de la turbina equivocada, pintó el disparo final real. perdiendo bajo el plomo en movimiento.
adiós hombre bala.
...
.



la sequedad de su cigarrillo comenzó a vestirse de luto. caminó junto a su amigo payaso. caminó junto a su amigo domador.

Texto agregado el 17-02-2007, y leído por 165 visitantes. (0 votos)


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