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Las cosas ahora
me saben casi siempre a desagrado
tus recuerdos dentro de mí
creo que se han olvidado

No soporto la idea
que mi tiempo sea para ti
en las cascadas del agua de mi pasado
nadabas como y a donde querías

Eso no cambió nunca
pues tu pelaje lo reemplazabas por uno nuevo
pero nuevo en sutileza
más no en colorido

Algunas cosas se pueden escribir
con agrado y facilidad
tu soñar impregnas y vuelas entre átomos de tinta
y descansas sobre ilusiones hechas de papel

Existen otras variantes
cuando tu mano se insensibiliza
autodefensa de la poesía
para protección de la vida

Y te das cuenta de que las cosas te fueron reales
auténticas melodías de primavera
agradables aromas que acariciaban tu alma
cálidos parajes con suelo de terciopelo

Pero el cambio estremece tus cabellos
los eriza como violento golpe de electricidad
y del cuerpo se expelen todos los dolores y malas angustias
en forma de humo negro de calcinación

El aposento sobre tu cascada permanece intacto
siempre igual
clausurado por aquellas semejantes experiencias
a la espera de la llave más perfectamente escogida

El ojos sagaz de águila se agudiza
hasta la metamorfosis de un sabio inspector
plantado calculador y frío
siempre en lo más recóndito de tu interior

Las causas ya no te duelen
y los efectos ya no sacuden tu equilibrio
has llegado a gritar con determinación
“¡Estaré muy bien sin ti!”

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