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Inicio / Cuenteros Locales / juarecillo / La increíble historia de Pelayo Espinoza

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Pelayo Espinoza bajó las escaleras hacia el estacionamiento subterráneo con la desconfianza natural de un hombre solo en un espacio tan grande. Cada diez pasos miraba atrás para asegurarse que nadie lo seguía. Hoy estaba más nervioso que lo acostumbrado. Intuía que no era un buen día para trabajar.

En pocos minutos avanzó en la longitud asfaltada del aparcamiento, apretando con fuerza el maletín negro en su pecho. Con la mano derecha, acomodó el cuello de su camisa y soltó la corbata para sentirse más relajado.

Un golpe seco. Eco. Silencio. Pelayo comenzó a correr con la cabeza gacha. El nerviosismo se apoderó de él. Tomó aire para seguir caminando lento. “Tranquilo Pelayo, sólo fue un ruido”, se dijo a sí mismo.

Una gota fría que nació detrás de su oreja, recorrió su apretado cuello.

Pelayo Espinoza dio un nuevo vistazo una vez que estuvo al lado del Mercedes Silver, una verdadera joya. En la penumbra, el hombre del maletín notó un sutil movimiento que luego se trasformó en la carrera desesperada de una sombra bastante robusta. Utilizando el Mercedes como escudo, siguió el recorrido de la figura tenebrosa hasta que desapareció en la puerta de ingreso del estacionamiento. Minutos más tarde, la silueta se había esfumado.

La respiración de Pelayo Espinoza se aceleró con la sorpresiva aparición de esa sombra. Comenzó a respirar profundo hasta que pudo calmarse. Antes de subir, guardó la corbata en el fondo del maletín y aprovechó de sacar desde un bolsillo mediano la “llave del auto”

El aliento de Espinoza se detuvo en seco al ver en el interior del Mercedes Silver el cuerpo muerto del dueño del auto. Un tiro en la sien había coartado su negocio redondo: un Mercedes Silver abandonado hace tres días en el estacionamiento. Alcanzó a ponerse la corbata justo antes que la policía llegara.

Sintió que no había tenido la misma suerte que el asesino y que su carrera como ladrón de autos hasta aquí llegaba. “Yo sólo quería el Mercedes”, gritaba Pelayo Espinoza mientras la policía lo llevaba a lo que luego seria su cadena perpetua.


© Derechos reservados.

Texto agregado el 16-01-2007, y leído por 641 visitantes. (8 votos)


Lectores Opinan
09-02-2007 buena trama, buen cuento mis estrellas curiche
20-01-2007 oye, es algo que enrealidad me a gustado, felicidades. cancan
20-01-2007 muy bien me enkanto el relato me atrapo la historia ;) un beso negro AMEBA
16-01-2007 Buenisimo cuento, me arrastró en su lectura***** gfdsa_elisa
16-01-2007 Excelente texto. Tenso de principio a fin, cautiva. Una lluvia de estrellas para ti. Dainini
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