Somos dos en el tiempo en que quisimos ser dos
En el tiempo de esperar hemos dejado a la espera ser la proximidad
y en la mañana en que por fin digamos quienes somos
dejaremos de contar para dos
o para dos

Somos en uno lo que uno no puede ser en si mismo
Somos el tiempo que escogimos ser en uno y en dos
pero no en uno
Somos la mitad de las veces que pensamos volver
y a medio día escoger lo que no quisimos cavilar

Hablemos como lo otorgue el silencio
Porque no siempre escuentro en tu silencio la palabra que me otorga ser silencio para ti y para mí.
Ser es lo que impide imaginar el ser que dejé en mis harapos
Regresar sería retomar mis manos, mis dibujos, tus consejos.
La tristeza no es asunto de la noche
Es mas bien una danza entre dos vulnerables bailarines
que amaron lo que no pudieron predecir y que prefirieron ser nada, ser dos o hacer uno.

Entonces
con que contamos en la hora en que debemos decidir
Contamos con dos
y contamos con uno
Pero contamos con la verdad destemplada
la muerte
y la añorada proximidad que en esta lejana danza
se escribe para dos y para uno.