Mientras una noche; observaba desde el balcón de mi pequeño apartamento, las luces de los faroles iluminan la plaza del frente, los perros vagabundeando, revolviendo la basura, buscando aunque sea una migaja de alimento, y a su lado veo a una mujer andrajosa haciendo lo mismo, mi memoria se activa como por arte de magia, recuerdo cuando me vine del campo, siempre me decían frases como estás: “ hay esta el futuro” o “ nadie pasa hambre en la ciudad”.

Miro de nuevo a la mujer, pero yo solo me voy a dormir. Esta ciudad me enseñó que la vida es así.