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Amargura
Amanecía solitaria, pensativa, aquella mujer cuyo rostro había sido presa de los años más duros y difíciles...Cabizbaja, meditando en todo lo que le rodeaba su vida y su existencia.
Arreglo su cama, con una bata puesta a medias y el pelo alborotado, ingresó al cuarto de baño para tomar una ducha que refrescara su piel, su cuerpo, ya no era más aquella hermosa mujer, el espejo lo decía, la balanza en el baño le hablaba del peso que ahora tenía.
Luego del baño, tomó un suculento desayuno, y con el cigarro encendido en su boca, tomó aquella revista de modas.
Rebeca, era el nombre de aquella mujer que tenía en lo más profundo de su vida una amargura que nadie podía ver, pero que todos podían sentir al tratarla, al conocerla más a fondo, al mirar a sus ojos tristes.
Y es que su penar en la vida, no había sido para menos...había sido una mujer activa, hermosa, de músculos robustos, de atractiva apariencia, trabajadora, pero algo le había hecho falta, era el toque noble de un corazón sensible, el abrazo firme de una persona en su vida. La distancia la había separado de sus amigos entrañables de su niñez, en su trabajo ya no era tan buena como antes, ella diseñaba vestidos, dibujaba los modelos que había en su mente.. Rebeca había conquistado el mundo de la confección, pero estaba harta de confeccionar ropa, lo que ella había deseado era confeccionar su propia vida, su corazón.
Siempre pensó que a los diez y seis años toda la vida se venía encima de ella y que jamás pasaría, tenía ilusiones como todo adolescente, soñaba, reía encantada de la vida.
Ahora con cincuenta años se sentía abrumada con el peso de la vida, con problemas... Conoció en su juventud a un hombre apuesto muy prominente en la sociedad, que se había enamorado de ella realmente, pero ella era demasiado celosa y eso aturdía su corazón...no podía ver que alguien se acercaba a Jorge, porque ella ardía en celos y rabia...fué tanto así que Jorge decidió dejarla, nunca más supo de él, después de una fresca mañana en que escuchó por última vez su voz- "Créeme, te amé Rebeca, pero es mejor seguir tu vida, y yo la mía...mejor dicho, te amo aún, pero tú no vas a cambiar, los celos destruyeron lo que soy, es mejor decir adiós ahora, y no que pase el tiempo así"....Rebeca, impávida, había escucha aquella resolución que fué como un impacto que destrozo su ser interior, su alma misma...
Desde aquel día hubo amargura que crecía...crecía y crecía, lo peor fué para ella, que no podía hacer nada, al menos eso creía ella...
Aquella noche, Rebeca se fué a su dormitorio, sin probar bocado, no querí saber de comida, pues le provocaba vómito, náuseas, asco la misma vida...
El sueño le vencía, al final de cuentas, ya nada importaba, ún mareo profundo, una náusea más, un despertar...lo mismo otra vez, se decía ella...
Aquella mañana en su automóvil, cruzó, aceleró y la velocidad subió al máximo, su vida ahora pendía de un hilo, estaba en la cama de un hospital...Rebeca se había estrellado contra un árbol en la carretera, lo médicos hacían lo posible por salvar su vida, jamás pensó que aquella locura de la velocidad, le fuera a costar tanto...
Por fín, era una mañana fría invernal, Rebeca meditaba en que...había sido salva de aquel lamentable accidente, conversaba con una amiga y le decía lo siguiente:
"He sido una mujer que tuvo mucho que dar, pero dí poco, ¿sabías que siempre me sentí menos que nadie, quizás hasta menos que hormiga?, pero al final, tuve que aprender que la amargura no trae nada a mi vivir, ahora tengo la mano tuya de amiga, tengo muchos más amigos que conocí aquellos largos meses de hospital...ahora sentada en una silla de ruedas, veo al mundo distinto, tengo una operación que según me dice el médico más famoso, será exitosa...tengo una oportunidad de vida, María, amiga mía, la amargura no trae nada a nuestra vida, es mejor no afanarse sino depender cada día de lo que venga ese día y ser o tratar al menos de ser felíz con lo que poseemos"...
Rebeca comprendió que los celos, y la amargura la habían enlazado y no podia ser libre, hasta que comprendió la razón de vivir de cada día.

Texto agregado el 08-11-2006, y leído por 112 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
08-11-2006 Me gusto mucho!!*5 terref
 
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