Fue un segundo de arrebato no, fue un impulso tampoco, fue mirarte a los ojos y ver mas allá de un deseo, no fue jugar con fuego, fue compartir contigo un deseo, un sentimiento, lo dulce de tu mirada que no poseía el morbo de un ingenuo retorno del cual se acaba en Cuba y comienza en otro lado del mundo.

No se por donde empezar, se que él nos estorbo, se que nada me importo mas que estar contigo, un segundo, un minuto, disculpa si no puedo decírtelo a la cara perdona por ser tan cruel, pero mi miedo me impide saberte en mi y conmigo, no es un deseo carnal, no lo es.

Si pienso en ti, te recuerdo y me encuentro, lamento el sentimiento de lo incompleto, alejo las ganas que me sigues provocando, con tu boca, en tus labios, en tu risa, y con tus lamentos, no se si te hice daño espero que no sea cierto, no juego, ni invento te siento, es cierto.

La que estuvo contigo era la real, no la que juega ni la que se defiende, la que estuvo contigo es la que siente y se entrega, aunque en un segundo siento el rechaza de la soledad, la que estuvo contigo no es la que camina por la calle, ni la que juega a ser madura, ni es psicóloga, solo soy yo, la infantil la inmadura, la que no se ni querer ni que la quieran, la que tiene miedo y la que siente los latidos de un corazón el cual le tuvo confianza.

No fuiste un capricho, ni las ganas de un rato, quería mas, pero me dio miedo pedirlo, pero no solo de tus actos, quería mas de tu boca quería sentir la confianza de saberte, de tenerte, de saber que estabas ahí, si no para mi, solo conmigo.

En un segundo, logre contigo lo que no lograba con nadie, y para colmo, no me importo tu pasado, ni tus miedos, ni tus secreto, solo me importaste tu, y en la noche pienso en ti y dejo el miedo de lado, y realmente me moría por hablar contigo por decirte la verdad, por tener mas, de ti del hombre que conmigo estuvo.