Quiero flotar en el espacio, estar allí frente a la inmensidad de la nada, esa nada que me invade por completo y hace sentir que mi nada es algo tan pequeño...
Que mi cuerpo sea allí perfecto; que sentir su vacío no duela; que sentir no duela...
Ver la Tierra desde un lugar extraño y pensar que ya no pertenezco allí, que ya nada de lo que soy tiene que ver con ella, porque simplemente me rechazó.
Y sentir, tan profundo y tan cercano, que mi silencio es gutural, que grita sin poder dejar de callar.
Emano calor. Pero no lo siento. Ya no siento más que la sensación de la nada.

La nada me está invadiendo, poco a poco, trozo a trozo. Y no me importa.