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Voy a contar la história, el cuento de un niño que no tenia pasado.
Pensad que significa esto, todo era nuevo para él:
Tenia plena consciencia de ser un niño y vivía intensamente su presente y toda la significancia de la vida, era ese instante, ese juego, ese momento.

Lo que le hace especial, es que en el momento de cumplir años, nace de nuevo, para él todo comienza, ya no recuerda de lo que hizo el año pasado, ni quien era, sólo tiene consciencia de sus doce años recién cumplidos... pasa el tiempo...
y llegan los 30 años, 31,32,33...

Ha cumplido treinta y tres años, acaba de nacer.
Despierta en una cama, a su lado duerme una mujer, incorporandose, tratando de no despertarla, se queda embelesado mirandola, siente que la ama, escucha su respiración relajada y le maravilla. Se atreve a ponerle la mano en el pecho y siente los latidos de su corazón, como algo mágico y cree que sus vidas laten al únisono.

Insólitamente el niño se pregunta, ¿que hago yo aquí?, ¿quién es esta bella mujer que duerme a mi lado? y se hace la pregunta más importante, ¿quién soy yo?. Mirando a su alrededor descubre los restos de una fiesta, una tarjeta de felicitación le avisa de que acaba de cumplir años. ¿Quién era antes?, ¿quién soy yo?, la pregunta le martillea, cada vez mas persistente y desesperadamente.
El niño de treinta y tres años se volvió hacia la mujer que dormia a su lado, la abrazo y beso. Ella se desperto, besandole y abrazondole a su vez.
Sin darse cuenta empezó a hablar. Le contó lo que le pasaba con total sinceridad:
Le hablo también de su amor, de lo que había sentido velando su sueño, de lo mágico que resultaba verla dormir con total abandono y confianza, como había percibido la existencia de su alma y de su cuerpo conjuntadose con enorme belleza.
Finalmente le pidió ayuda, necesitaba saber quien era y como había llegado a vivir ese momento y porque tenia la suerte de estar allí.

Ella entonces le hablo de superación, de evolución, de sacar lo mejor que había dentro de si mísmo, le hablo de disciplina, de objetivos, de lo fantástico que era conseguir algo, una meta que reportaba gran satisfacción al vivirla y alcanzarla.

El principio de su nueva vida, la pasó practicamente en aquél cuarto, en aquella cama, amando a su mujer, disfrutando y tratando de ser feliz con ese pensamiento, con esa ayuda, con esa orientación que ella le estaba regalando.

Un día, el niño de treinta y tres años se pregunto, ¿de que sirve tratar de ser feliz, pensando en metas, objetivos, en un futuro, si no se porqué estoy aquí?. ¿Quién soy?. ¿Quién era yo hace un año?. De repente un temor muy grande se apodero de él, cuando se le ocurrió otra pregunta;
¿Y el año que viene?,¿sere yo todavía?; Tal vez volvere a nacer y no me acordare de nada de esto.
Quizas llevo así, tratando de saber quién soy, todos los días de mi vida, en una batalla que llevo perdida desde siempre.

Pasó algún tiempo, hasta que de pronto, comprendió que tenia que marcharse. No podia perder más días, el se consciente que sólo disponia de un año para tratar de averiguar quien era, le hacía ser muy impaciente.
Con gran dolor abandono a su mujer. Se marchó. Deambulando, paseando, pensando.

Una amiga en la calle le encontró y le dijo cuanto le había echado de menos, gracias a que ella empezó a contarle de su amistad, empezó a saber quien era ella, como se llamaba, de que se conocian.
Se sintió aliviado, pues, por mucho que se había esforzado por recordar, por encontrar respuestas, no había conseguido nada y pensó que ella, tal vez, podría finalmente ayudarle.

Fue directo y muy sincero, como con su mujer, pero con ella no sólo se preguntaba por él, sino que la incluía a ella en las mismas incertidumbres y aquel intercambio les hizo bien a los dos.

Ella, naturalmente, no tenia las respuestas,(¡bastante tenia con sus propias preguntas!).

El tiempo seguia pasando y él empezo a acomodarse a esa situación. A veces se acordaba de su mujer. Recordaba milimetro a milimetro su cuerpo, la recordaba tal y como la vió la primera noche y deseó tener una mujer a su lado, presentia que nunca iba a encontrar las respuestas y necesitaba ser feliz, vivir una y otra vez lo que había sentido el primer día de su vida.
Y esa necesidad le confundió: Por un lado sabía que sólo disponia de ese año, para vivirlo consciente de su propia personalidad, con unas preguntas por contestarse, por otro lado, necesitaba aprovechar el tiempo, vivir intensamente el presente, tratar de ser feliz, aqui, ahora, ¡YA!.

Empezó a mirar a su amiga de otra forma, sin tratar de cambiar esa relación comunicativa que tenian, quiso abrirla a otra dimensión, en la que pudiera aunar su cuerpo y su alma, sin desvirtuar su amistad.
En una velada muy especial, imáginativa y romántica ella le llevo a la realidad;
Tratando de no dañarle, le hizo comprender que las cosas así no funcionarian, que ellos habían alcanzado un nivel de confianza y comunicación muy profundo y válido y que esto no se podia transformar en amor por decisión consciente o pura necesidad. Le hizo comprender que ella tambien ansiaba amar, pero como algo que debia surgir, no inventar y que lo que ellos tenian era imposible conjugarlo en el contacto físico, pues el proceso no era natural.

El se alejo un poco... y el tiempo siguió pasando, ahora le queda un mes de vida, ya sabe que tiene que hacerlo sólo, no puede jugarselo todo a cara o cruz, tiene que tratar de seguir existiendo el año que viene, sino, todo el esfuerzo, todas las renuncias, sinsabores, equivocaciones, alegrias, deseos, habrían sido en vano.

Todo se perdera en el vacio de un nuevo nacimiento.

Se hace una bola, abrazandose las rodillas en el suelo, como un niño muy grande en la barriga de su madre y trata con todas sus fuerzas de no olvidar, de acordarse de ese momento.

Finalmente suena la campanada final.

Os he contado la história de un niño que no tenia pasado.

Para él todo había comenzado hace un año, cuando tenia treinta y tres y empezó a hacerse preguntas.

FIN.

¡PADRE, PADRE, EL DURMIENTE HA DESPERTADO!
Frank Herbert. Dune

Texto agregado el 28-01-2004, y leído por 352 visitantes. (4 votos)


Lectores Opinan
06-09-2004 m hiciste sentir una especie de envidia empática xo triste en cierto modo...muy bonito :) kassandra
29-01-2004 analisando las peliculas de mi vida me recuerda el dia de la marmota, o algo mas actual, Memento...es bueno el relato, hace tres años lo escribiste, tenias 30..jajaja entrando en el juego del final,me gusto... osito72
28-01-2004 Ese que no tiene memoria se parece a mi hijo que aún no tiene 3 años. Para el lo importante es cada día, no lo que va a hacer mañana, ni lo que hizo ayer y vaya que si es feliz en su simplicidad. Un abrazo Pinocho
28-01-2004 Interesante tu relato corazón, con una muy buena idea, besitos AnaCecilia
 
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