Te ví, te abracé, breve más que casi nunca... Pero ya supe porqué, te ví cuando te marcharchabas. Siemre el recuerdo me abordó de repente, y al abrazarte sentí tu lejanía, ese cuerpo antes dedicado a sentirme, ahora desvanecido.

Esas ideas afines que nunca funcionaron, hoy llegaron a su unto más lejano, el del completo desencanto tardío. Si estuvieras aquí, tendría que decirlo, mis palabras no transmiten lo que siento y tu pareces no entenderlo, no sientes lo que quiere decir mi cuerpo.

Esta es algo así como una declaratoria tardía, lastimera despedida de lo que nunca volverá a ser lo mismo de alguna vez, donde tu voz nunca estuvo más lejana que hoy.