Pegamento en la caricia de la pequeña ostra.
Los cohetes artificiales movían la cabeza de gelatina.
Asteriscos en el mapa del aire constelación.
Bolsa con arena y arterias. Ventrículos de mariposa.

El timbre quiso fundirse en mi mano. Con un pedazo de queso destino.
Listones de peluche alfombrados con el tatuaje de nuestra historia. Perfecta como la niebla en el color sal y pimienta. Costales de azúcar con relleno de fresa, inmortales con masa de otro corazón.
La copa vacía al lado de una carta de pulmones. Trombones de bienvenida que dejan el pasto deseoso. Levitan con la máquina azteca, untados en la vía de los asteroides.
Partículas de pensamiento doloroso en la salvación del mito incoloro.

Surtirme de caracoles y jalea en forma de princesa galáctica.
Con un martillo en la sien del resplandor hundido en charco cósmico.
Las vibraciones de la marioneta con la falda pegada a la sombra del destructor, inmovilizaron las aureolas de mazapán enamorado.
¡Silénciame de cocaína y delírame con tu posición de pólipo místico!
Murmura un otoño encarcelado, con alquitrán en forma de sentimiento.
Danzante con cicatrices en forma de limosna. Perdidas en la fuente de los encuentros albedríos. Sonoras en la intemperie de la serpiente agitando sus anginas afrodisíacas.

El talismán que regaló la tormenta a la ruptura no en el sistema, conllevó a la escultura del cangrejo en su nueva camioneta.
Tus labios de acrílico perfumaban mis labios por siempre anestesiados por tu metal. Platillo de orgasmos siempre muerto, siempre vivo. Duende electrocutado en los bombones esmeraldas con una última suplica pianista.
Incesto quirúrgico color cocoa, sabor cocoa.
Frágiles con una sonaja escrita con tinta mineral vuduista. Agujeros cubiertos de estornudo disfrazados con tu saliva. Una dulce palpitación con olor a madrugadas. Subterráneos.

Malestar atómico.
Conciencia economista enlodada de realidades telenovela.
Bailando con el sudor de los cuerpos amalgamados.
Utilizando el gas de su materia para fundir el universo y ellos derretirse.
Fríos y selváticos.
En un carnaval con una película en forma de palomitas y una cama inocente con suciedad perfectamente perfecta.
Celulares con velocidad fugaz.
Polvos cupidos.

¡Otórgame la finalidad de nuestra fábula!. pídeme el deseo de respirar mi respiro.., de tocar mis mejillas con mis propias fantasías. ¡Sutúrame con el hilo doctrinal!, no conozco la fibra que emula mi rastro.. pídeme un campeón, una novela, un amor antibalas.
La contestadora boreal grabó un aliento marchito. Llaves de un impacto germinal, misma vez que final.
Supuestas rocas fulminadas con distancia y vejez. Suero ruborizado con un beso embarazado de murciélagos. Puerto con más de mil sogas atadas en una misma sonrisa.

Imposible despertar alegro.
Amamantados con algodones.
Fotografiados con la mirada en el hoyo blanco de sus espíritus.
Abortados de la familia celeste.
Paletas de eternidad entregadas.
Evitando la carretera del búho sacerdote, giraron las persianas del cosmos. Bebieron estrellas neón en runa de curvas peligrosas. Vertieron sus emanaciones en el abrigo del nuestro y cerraron sus ojos en el vaho del vacío.
..fusionando los pétalos de su hedor, izaron la nebulosa en su atardecer y el vapor de su energía derritió el espacio y así, compartieron la galaxia, después se disolvieron..