Suelo odiar cuando me dejas y no he terminado de mirarte.
Suelo odiarte, angustia mía, porque desapareces invisible y no me dejas.
Suelo odiar cuando la noche me abriga fría y no me puedo mis pies ni mis ojos.
Suelo odiar cuando me quedo quieta y mis manos ya no caminan como antes.

Hoy mis lágrimas son olas que revientan en mis ojos inmensos.
Si hoy dejo de sonreír es porque me golpea la soledad del desierto.
Hoy el sol no calienta mis tardes de agosto.

Suelo odiar cuando me dejas y yo no te he podido tocar.
Suelo odiar cuando te alejas y no he terminado de hablar.
Suelo odiarte, vida mía, error de mis errores, versos de mis versos.
Suelo odiar cuando el piso me pronuncia el fin.