Hoy desperté sintiendo y pensando, cansado como nunca, confuso como siempre. Siento y sentí que estoy muriendo, que el dolor ya no hará treguas conmigo ni con quienes amo, la tristeza, la nostalgia ya no me dan ninguna pausa ni tiempo fuera, la confusión se convierte en el pan de cada día y la soledad es la sangre de cristo que he de beber en cada comunión de mi espíritu enfermo.


Ya no hay forma de menguar el dolor que he causado, no hay forma de remediar el sufrimiento ni las muertes, no hay marcha atrás, no hay oportunidad, no hay opciones, no hay decisiones, simplemente caerán todos quienes se han involucrado con mi alma y yo mismo, por un balcón de espaldas, sin saber que sucede y corriendo lejos de mi para cuando logre llegar al primer piso…


La música, el cine, los libros ya no dicen mucho, esta alma ha muerto incluso para el arte, sin saber si de alguna forma se repondrá, solo le pido que despierte, que junte sus pedazos y se reponga. No te dejes consumir por esa pena, quizás hay algo que puedas hacer, pero la respuesta es un inmanente obligatorio de verdades poco alentadoras; esta alma ha muerto al igual que otras, ha causado dolor sin retorno y sufrimiento sin tregua, esta alma ha cumplido el sueño enfermo de matar y morir luego, ha hecho lo que su cáscara no ha podido ni quiere hacer, ha hecho por omisión, dejación y abulia el asesinato más grande que he presenciado…


¿Que puedo decir ahora?, no hay nada que hacer, solo deseo estar en la cama hasta que la muerte llegue y acabe con todo, quiero lamer sangre de su guadaña funesta, quiero ser un nombre en el libro interminable de la incomprendida muerte, quiero que este cansancio se extienda, que canse a mi corazón, mis pulmones y simplemente dejen de funcionar, quiero morir de cansancio, de soledad y remordimiento, quiero ofrecer esta alma como trampa en garantía, quiero sanar de alguna forma el dolor causado con una muerte honesta, quiero parar, detenerme de improviso en la calle de tu mano, obligar a ese corazón como a mis pies a parar también, detente, haz lo que debes y deja ir a los demás, quédate tu conmigo como parte de mi, pero detente y muere, suelta su mano y deja que se marche en busca de un sino mejor…


Porque a veces me equivoco, a veces soy protagonista de terribles errores y a veces tengo razón, pero por sobre todo y principalmente por esto, y es que al fin y al cabo, todos mis pecados son pecados…