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ETHERETLÓN


La coherencia en las palabras es relativa según quien la intérprete, en casi todas las mentes que se consideran cuerdas los pensamientos que lentamente fluyen están fuertemente atados a una concordancia demasiado real, y nunca nos paramos a pensar como y de donde salen muchas fantasías y pensamientos oscuros que imaginamos, fuera, en una realidad aparte.

Marginamos a los locos como si lo que dicen algunos de ellos, por el estado en que se encuentran, solo pudieran ser tonterías sin sentido alguno. Pero todos ellos están convencidos de lo que hablan y sueñan, ¿porque, quien no ha dudado alguna vez de la veracidad de algo que ha leído, alguna historia fantástica que le haya hecho estremecer?

Yo no soy escéptico a ninguna de estas historias, ya que la he vivido muy de cerca en mi profesión , soy medico especializado en psiquiatría, más de una vez se me ha encogido el estómago ante algún susurro de uno de mis pacientes y me doy cuenta de la cantidad de mundos creados en el subconsciente de cada uno, y justo en tan sorprendente lugar nacen y se destruyen todos, algunos pacientes ingresan con una pequeña desviación de la percepción de la realidad, otros la tergiversan , pero a todos les envuelve una sombra de la que no podrán escapar.

Aunque sin ir más lejos hemos construido los pilares de la humanidad desde cero en medio de un gran espacio vacío.



Estudié medicina porque quería estar cerca de los enfermos investigando las desviaciones de la mente, uno de los campos con más potencial y menos considerados a explotar, espiando sus causas, y también por una extraña inquietud ante lo desconocido que muchas veces se ve reflejado en el cerebro de una persona por estar cansado de estar entre tanta mente cuerda demasiado convencida de su falsa sabiduría.

Porque cuando dormimos y soñamos esto influye en nuestro posterior estado, cuando estamos despiertos nos podemos sentir cansados y confundidos aun durmiendo 8 horas que se supone que el cuerpo descansa después de un sueño agitado o una pesadilla. El subconsciente avanza y se abre paso a través de los rincones más alejados de nuestro cerebro recogiendo y mezclando imágenes, ideas conceptos, situaciones , diálogos de una forma incoherente y distorsionada dentro de un campo de comprensión que nos deja dudosos, pensativos....sorprendidos.

Algunas personas no distinguen estos estados y confunden la realidad con el sueño o algo más oscuro aun.

Vivo solo en un piso a las afueras en un pueblo pequeño donde esta instalado desde hace muchos años un sanatorio mental y en diez años que llevo en la profesión he visto muchos casos de esquizofrenia, oligofrénia de diversos tipos, autismo, hiperactividad cerebral, profetas que han perdido el contacto con la realidad, y algunas extrañezas inclasificables e incurables, mentes perdidas en un mar que no tiene tierra a la vista. Pero no todos son irrecuperables, también he visto salir del pozo a muchos pacientes totalmente curados, o por lo menos, listos para una no muy agitada reinserción en la vida cotidiana.


He oído a pacientes pedir clemencia a la vida para irse de ella y a otros agarrarse hasta el último suspiro antes de ser arrancados de este mundo para siempre, sabía que algún día me tocaría a mí, pero no podía saber lo que sentían ellos en esos momentos, no todas las clases de locura son clasificables, como la de aquel pobre diablo que gritaba : -Ayuda por favor!, no intentéis sacarme de mí, dentro tengo calor ¿sabéis?, Él no entiende la racionalidad con la que os tomáis todo, ¿no os dais cuenta que bajamos en picado por las ominosas esporas de algún ser lleno de vacío?--, su diagnóstico era oligofrenia de un cerebro bipolar, tenía crisis periódicas en las que se ponía muy nervioso y alterado, teníamos que sedarle con calmantes muy fuertes, que no siempre actuaban de inmediato a pesar de ser fuertes como para tumbar a un caballo; murió después de una de ellas, no fue un infarto, el corazón se le paró en medio de una angustia que sobrecogió a todos los allí presentes.


Otros en cambio como el ‘predicador de los mares’, le llamábamos así porque antes era pescador, decían ver y haber estado en mundos fantásticos y tierras lejanas, algunos de sus escritos he leído y son historias llenas de imaginación abstracta que hablaban de personas con el poder del equilibrio silencioso que se mantiene flotando mágicamente entre la conciencia de los inquietos, que desesperados por la irrupción en su mente de visiones y pensamientos reveladores, no saben de este poder oculto para manejar las llaves del universo,....habían trozos indescifrables por la escritura frenética y nerviosa....ellos pueden romper y explotar hundiendo leyes y humanidad en un espasmo no doloroso de calor e incomprensión...., estas historias estaban en su expediente, y aunque algunas eran como cuentos de ficción, otras incomprensibles, y algunas ilegibles , en todas se adivinaba el tono de melancólica resignación que se tiene cuando parece que todo está perdido.

En el sanatorio había una zona para los enfermos más jóvenes, que no entraba dentro de mi dominio, pero normalmente eran chavales con pequeñas depresiones, a los que se le aplican terapias orales y normalmente no hay que medicarlos, los enviaban allí sus familias porque no sabían que hacer con ellos, pero pasadas unas semanas se recuperaban, y volvían a hacer vida normal, nunca iba a verlos, bastante tenía con los míos. Pero alguno de ellos me llamo la atención, cuando paseando por las inmediaciones del recinto me cruzaba a alguno con la cabeza baja y la lagrima asomando, hablaba con el, para darle ánimos o hacerle reír, por pura distracción, y lo que les pasaba es que estaban confusos por pasar por épocas marcadas por la moda donde, o te dejas llevar, o te levantas protestando y criticando todo cuanto te rodea. Lo gracioso esta en que todos critican el agua por donde navegan, se crean grupos que solo se diferencian por el vulgar palabreo de alguien al que a los dos minutos del discurso se le ve chapoteando en uno de los charcos de falsedad contradiciéndose descaradamente, pero tarde o temprano llegan a la conclusión de que no puede encontrarse el punto medio entre pensamiento y ambiente, aunque a veces choques y creas que lo encuentras aprovéchalo porque no durará. Ante la situación te planteas adoptar dos posturas, o maneras de actuar, te haces el sordo y miras perdido entre rocas que no se mueven, ni te sorprenden o hablar con las rocas que te rodean con resignación. Cuando yo tenía la edad de éstos chavales no me gustaban, personalmente, ninguna de las dos medidas, así que cree mis propias épocas, a cada época le tocó su pensamiento, la más divertida y difícil de encontrar es la de reírte de tu situación, verlo todo a través del cristal que te aísla de la corriente, quizá lo superes, quizá te sumas en un abismo depresivo para el resto de tu vida, yo creía que superé aquellas épocas de confusión con más o menos dificultades....

Pero ese día hablé con uno de ellos que me hizo recordar cuando yo también era un chaval desorientado que buscaba algo en lo que creer por andar perdido, y que un día una mágica coincidencia derribó los pilares de sus falsas creencias para construir otros de mayor consistencia....nada volvió a ser igual, nada de lo cotidiano tuvo nunca la destreza de llenarle sus ganas de saber verdadero. Hasta otro día cuando la misma persona que indirectamente intervino el día de la mágica coincidencia, le hablo de saberes ocultos, leyó libros que eran recuerdos de otros libros más antiguos aún ya casi olvidados e innumerables , quiso saberlo todo, asomarse al muro que da al otro lado, pero las estúpidas obligaciones terrenales y cotidianas le retuvieron y mermaron su inquietud inculcándole falsos valores que se asentaban en pésimos cimientos para la disparatada locura que es vivir sin saber, de vivir con la duda, y un día se olvidó de volar , y el muro se hizo más alto, optó por volverle la espalda.....pero solo consiguió mirar hacia otro lado.

Después del trabajo me fui a casa pensativo, de camino solía pasar por un parque, que por cierto estaba bastante abandonado, donde frecuentaban los bancos ancianos, vagabundos y yonkis, todos encorvados como si la tierra les llamara, que dotaban al parque de un espectral aire de decrepitud. Me senté junto a un vagabundo que hablaba solo mientras daba de comer a las palomas, hacía frío, siempre he tenido curiosidad de saber como estas personas llegan al estado en el que se encuentran, pero ahora sé que la mayoría de ellos pierden la cordura en algún momento crucial de su vida, en un hecho aislado que congela su espíritu de un espasmo que no puede asimilar, a partir de ahí pensamos que esta perdido en algún lugar...lejos, y así es.

Este hombre, bastante mayor me produjo una extraña sensación en el cuerpo, cuando le vi la cara, ni buena, ni mala, nunca antes lo había visto por allí, pero me resultaba familiar, me hizo gracia al notar que hablaba solo, se le veía muy convencido de lo que decía, volvió la vista hacia mí como queriéndome dar conversación y yo le escuché como hacía a veces con los enfermos del sanatorio, le hacía preguntas de vez en cuando a los que ni siquiera yo les veía sentido, pero bueno, pensé que me divertiría, era amable, me ofreció de su cartón de don Simón que acepté gustosamente, yo por mi parte saqué una bolsita de hierba que un amigo me había traído de la India y me lié un cigarrillo que compartió mi nuevo amigo con gran placer.


Contaba historias de extraños mundos, distorsionaba la realidad hasta torcerla y parchearla de tal modo que en un momento te dabas cuenta de que habías perdido el hilo de la conversación, no le daba la menor importancia y seguía escuchando sus palabras sin sentido pero amables al oído, eran como melodías tranquilizadoras. Pero no obstante la extravagante sensación de que algo extraño reinaba dentro de su alma me ponía nervioso, sin darme cuenta me agarró del brazo mirándome fijamente, clavándome el negro de sus pupilas balbucearon unas palabras incomprensibles que hicieron que imaginara el miedo como una forma caótica y poderosa donde lo impuro se concentraba alrededor de sombras que giraban de manera grotesca en torno a ella, de repente volví en mi, sudando, me vi solo en el banco , con las fracciones de la cara desencajadas. Seguramente me habría quedado dormido, no lo sé, me levanté y me fui corriendo a casa, no llevaba reloj pero se había hecho de noche y hacía mucho frío, no pude pensar en nada, ¿de donde habría salido ese hombre?, no me di cuenta de cuando se levantó, la verdad, perdí la noción del tiempo y de la vista como cuando aveces pasa que te quedas mirando fijamente un punto y no ves lo que estas mirando. Ya sé de que me sonaba ese hombre, me recordaba a mi abuelo y a las historias que le contaba a su nieto, éste, ante alguna sorpresa cuando todavía estaba descubriendo el mundo le hacía alguna pregunta difícil a su abuelo, lleno de sabiduría, la cual no sabía responder de otra manera mas que contándole una bella historia, que no perdura en la memoria del niño inquieto, pero es suficiente para despistarle y no hacerle pensar demasiado.

Cuándo llegué a casa eran las 11:30, ¡habían pasado 4 horas!, Me fui a dormir sin cenar, mañana entraba a las 7:00; cuando conseguí dormirme tuve sueños incoherentes, todos lo son pero guardan un lazo con las situaciones que normalmente ocurren, esa noche fueron cosas que nunca había pensado, y allí se me presentaban de forma tan real..., me levanté dolorido y cansado, mecánicamente me vestí y fui al sanatorio, esa madrugada había muerto al que llamábamos el predicador de los mares , ya no volveríamos a oír sus historias , me caía bien este hombre, a pesar de su profunda pena, se veía un brillo en sus ojos cuando estaba de buen humor, cuando contaba alguno de sus imaginarios viajes, que conmovía solo con escuchar.

Me lleve una copia de los escritos que había en su expediente, no se porque lo hice, pensé que así sería recordado un último momento antes de desaparecer en el olvido de la clausura de su caso. Después de rellenar un montón de papeleo pendiente, cuando salí de trabajar fui al parque en busca del anciano que encontré el día anterior, le había comprado un bocadillo y algo de beber, creí que le vendría bien, el invierno se acercaba y no tendría muchos recursos para comer bien. Pero al llegar al parque no encontré más que el mismo paraje gris de todos los días. Busqué en todos los bancos pero no estaba por allí, de cualquier manera sabía que aquello no quedaría así, no me quedaría con la duda esta vez de la procedencia de este hombre.

En los días sucesivos fui al parque para charlar con él al salir del sanatorio, mi búsqueda fue en vano, no encontré rastro alguno de aquel vagabundo, quizá se hubiera ido a otro lugar más cálido, ya que solía nevar.

Esa noche leí algunos de los textos del ‘predicador de los mares’, en sus primeros escritos antes de ingresar ya se vislumbraba los principios de esquizofrenia, donde el sujeto va perdiendo interés por lo que le sucede en realidad e imagina lugares claustrofóbicos que incrementan la ansiedad que finalmente llevan a un estado de desorientación y perdida del contacto con el mundo real, aunque no lo había perdido todavía pero tenía el razonamiento complicado de un enfermo aturdido por la duda, que se da cuenta que se hunde , uno de ellos me llamó especialmente la atención, lo cito a continuación, otro eran una especie de conversaciones consigo mismo, luchando por dar una explicación que no encontraba:

Tu cabeza como la de Juan el Bautista perdida en la soledad de la locura no desperdicia ni un segundo para recrearse en detalles sin importancia, oyes lo que quieres escuchar, una utopía cantada, que tu mismo creas, no hay esquina en esta habitación, te quitan el sueño...descansa, surge, resurge, persiste pero no intentes prenderle fuego a la mecha si no tienes chispa; ¿qué haces?, lo que yo te diga?, entonces estás perdido, herido, hundido en tu putrefacta falta de consideración que la carencia de culto por tu alma falsifica y te envía a la deriva.Un mareo, ¿por qué no ajustan los horarios?, una ola, ¿acabas de llegar a puerto seguro?, Ahora mismo partimos, no levantes la cabeza, , en este viaje puede que te perviertas, necesitas dejar de ser el niño mimado y consentido cuyos hilos cortan cuando de ti se cansan; miro dentro del espejo, y solo escucho vacío sordo que llena de calamidad una forma de vida realmente extraña, ¿Con que comparas?, no tienes más medios que una pequeña fracción de tu capacidad deductiva para encontrar el parecido, no abandones tu cordura en cualquier parte, dos hemisferios de materia gris inexistente, parálisis reprogramada para el combate final, un choque de intelectos selectamente sutiles que lanzan destellos cuando comprenden que desde aquí solo se divisa un fino hilo de luz que apenas tiene fuerza para levantarte de la cama con ganas de vivir un nuevo día.

El hombre, un tiempo atrás, había estudiado física, impartió clases en una universidad de renombre, especializado en astrofísica; Otro que me llamó la atención fue este intento de auto psicoanálisis, en los días previos a su internamiento definitivo como enfermo terminal:

Noto un cambio progresivo de un pensamiento del que un tiempo atrás nadie nunca hubiera podido destronar de la inmensa base en la que se asentaba, ahora me asomo por encima del muro del pasado a una meseta llena de ruinas devastadas por el paso del tiempo, quizá un suspiro a escala cósmica, pero suficiente para dañar cualquier imperio de ideas perjuradas verdaderas.
Todo es una historia sin acabar, nadie sabe cuando acaba ni porqué, no se puede calcular, porque es imposible de comprender morando en frágil materia, una vez más allá de cualquier impedimento terrenal habrá otros mundos que visitar, otras mentes que comprender, sino, ¿qué utilidad tiene que se unan miles de millones de pequeñas chispas de vida para formar una conciencia colectiva con autonomia propia privada de los saberes más ocultos?, de una libre elección de pensamiento pero sobre vanidades que no solucionan nada al ente aturdido por la duda, la pregunta y la verdadera respuesta a esa pregunta.


Quizá estas personas no están tan mal de la cabeza como normalmente se diagnostica, incluso podríamos pensar que se puede estar evolucionando hacia otro nivel, hacia un mejor aprovechamiento del cerebro, pero sin control , es verdad que la mayoría necesitan ayuda, por eso me metí en esta profesión, pero también se demasiado bien que a algunas no podemos ayudarlas por estar perdidas y por nuestra incapacidad de tranquilizar su mente hiperactiva si no es con fármacos que duermen a un caballo, eso no satisface ni a uno ni a otro bando porque esa solución es pasajera, y la enfermedad no cesa solo descansa.

Dos o tres páginas más tarde me dormí, tuve sueños agitados, muchas veces les encontraba relación con los escritos del ‘predicador’, supongo que bajo la influencia de haberlos leído y haber reflexionado sobre unos cuantos de manera evasiva y fantasiosa, imaginando que fueran verdad esas tierras lejanas, dando forma y sentido a sus palabras, intentando comprender que le aturdía. Otras veces los sueños eran pensamientos fugaces materializados en imágenes que se desenvolvían de una manera que consciente no hubiera podido asimilar, conceptos abstractos como el bien y el mal se presentaban como pura perspectiva. A la mañana siguiente me levanté cansado, fui al cuarto de baño y cuando me miré en el espejo me estremecí de terror, era mi imagen pero con los ojos desorbitados y la mandíbula desencajada, me miraba como desesperado, ¿era yo?, Empezó a golpear el espejo, no podía creer lo que estaba pasando, de repente paró de golpear, me miró con expresión de miedo en sus fracciones....o mías, levantó la cabeza mirando hacia arriba y lanzó un grito ensordecedor, yo también grité preso del pánico y entonces el espejo se rompió en mil pedazos saliendo despedidos por todo el cuarto de baño cristales llenos de sangre, sangre que no era mía; me pareció ver en el momento que miró hacia arriba una sombra que caía sobre él, o sobre mí!, tampoco estoy seguro, salí de allí corriendo desesperadamente dando tumbos por el pasillo, más largo de lo normal, hasta la calle. Seguí corriendo aturdido y en pijama hasta el sanatorio, al principio me confundieron con un interno pero al momento el guarda me reconoció y pasé a mi despacho a cambiarme y pensar un poco en lo que había pasado, pero...¿qué coño había pasado?, ¿Una alucinación?, a veces el cerebro te juega estas malas pasadas sin venir a cuento, pero, joder!, demasiado real; Había manchas de sangre en el pijama y tenía pequeños cortes en los brazos, supongo que algún trozo me rozaría cuando se rompió. Tenía miedo de volver a casa pero tenía que hacerlo, debo afrontar esto como un trastorno mental pasajero y no hacer caso a estas absurdas alucinaciones, son irreales, no ocurren.
Seguramente se habrían producido por el estrés, o por no dormir bien, tal vez por los extraños y extravagantes relatos, poesías y escritos leídos estos días atrás, puede que hasta yo mismo fuera quien rompió el espejo, tuve la misma sensación que cuando desperté en el parque solo en el banco, quizá ya entonces mi cabeza empezaba a notar los síntomas de un posible trastorno.
Entré en el cuarto de baño y recogí los pedazos de cristal esparcidos por el suelo, no había tanta sangre como había esperado encontrar, supongo que exageré y me asusté demasiado, tiré los cristales a la basura y lo limpié todo, mañana mismo me pondría en manos de un psiquiatra para que me diera su opinión y contrastáramos las posibles causas, porque dos personas piensan mejor que una y puede que me obcecase en no ver la raíz del problema yo solo.
Pero una vez en la consulta no vi más que la figura de un hombre mediocre que se gana el pan tranquilizando a los demás, haciendo preguntas estúpidas con un pequeño tono de evasión del problema que concernía, además aprecia harto de tratar con tipos como yo, me aconsejó unas pastillas y unas vacaciones, me tomé lo segundo, aunque no me solucionó nada, salí de su consulta peor de lo que había entrado.

Se sucedieron los extraños sueños, intente escribirlos para ver si estudiándolos mejor podría llegar a comprender que me ocurría y así tranquilizar mis nervios que día a día me llevaban a un estado más degradante como persona.
Tuve un sueño, en el que aparecía sentado en una silla en medio de una habitación sin ventanas, se repitió varias veces sin cambiar en un solo detalle, tampoco había lámparas o bombillas que alumbrasen, frente a mí había una puerta cerrada, yo estaba inmóvil mirándola fijamente, no tenia pomo alguno para abrirla, pero por el hueco que queda abajo se deducía que había una habitación contigua a la que yo me encontraba y con luz, luz que no parecía provenir de una bombilla ya que no tenia un color definido, una de las veces me levanté y fui hacia la puerta para averiguar que había detrás pero no pude abrirla, no sabía como, no tenía la llave.
A veces comparaba mis sueños con los textos del ‘predicador’, que empecé a tomármelos más en serio, ya que aparecían símbolos que sugerían brechas abiertas en el mismo campo de los sueños, el texto póstumo lo copiaron de la pared de su celda, lo escribió con la sangre de su dedo, se lo había mordisqueado, al leerlo apartó de mi cualquier duda que yo mismo era una de esas personas que tienen el don o la mala suerte de poder abrir sus concepciones de la realidad hasta encontrar lo que busca o perder la cordura en el intento, de cualquier manera lo que leí me produjo una sensación de inseguridad y miedo, miedo a lo desconocido, el más antiguo y más intenso de los miedos, pero el subconsciente avanzaba y ya no había marcha atrás.

Así decía mi última cruz:

Diferentes realidades nos rodean, cada una hermética, pero no sin puertas que las comuniquen entre sí. No hará más falta la comprobación, algo se sabe cuando uno está seguro de ello.
Que pena que pienses que quieres cuando no puedes. Cuando no estás preparado, cuando no hay certeza estoy dentro de una de ellas diferente a la que dejo, está por explorar desde los albores de la humanidad, no se ve el camino hasta que se viaja por él y cuando avance en el viaje capa tras capa, detrás de cada puerta; entonces la escepticidad no tendrá lugar, no habrá ninguna pregunta sin respuesta, ni duda sin aclaración, el simple hecho de sentir las cosas para comprenderlas, todo en ti y tu en todo, sentirse la nada retorcerse contra sí misma, caer sin para por llegar a ser la propia caída, inmóvil porque nada queda sin ocupar.
Ocupaciones menores después del momento, vagos recuerdos que llamas ilusión, dudar; no es fácil recordar, por eso los sueños te muestran esa luz que ves cuando una puerta está cerrada, la herida de una realidad de la cual emanan gotas de imaginación que alimentan la esperanza.
Solo la última forma de vida consciente recordaría la historia de la humanidad, luego se olvidará para siempre en el silencio de la muerte.


Todo el puzzle estallaba en mi cabeza, la paradoja de la puerta y la rejilla de luz que asoma por debajo, estaba eufórico, temblando, ¿cómo llegaba a creerme las palabras de un loco muerto?, yo, que objetivamente estudiaba y trataba a estas personas, convencido de poder atravesar esa puerta, creyéndome privilegiado, cuando conseguí conciliar el sueño allí estaba la puerta y yo sentado enfrente sin pensarlo más, con más movilidad y control que había tenido nunca en un sueño, avancé hacia ella sin más llave para abrirla que la propia convicción de tenerla......todo el entorno donde estaba situado se desvaneció y ciego de inconsciencia el último intento de volver a mi estúpida pero feliz ignorancia se perdía mientras era proyectado a través de la brecha latente entre realidades y veía como casi toda mi vida había sido una ilusión, mientras avanzaba en el viaje, fueron pasando secuencias que resumían mi vida, nada de lo que yo creía era realmente así, siempre había temido recordar mi infancia y adolescencia porque la veía oscura, llena de dolor, pero creía que lo había superado, no era así y ahora lo comprendía, nunca llegué a especializarme en psiquiatría , mi rutina diaria no era ir todos los días a trabajar al sanatorio desde hacía cinco años, si lo hacía pero como paciente, y ahora alejado de cualquier enfermedad producida por el fallo de la materia en la cual estás contenido lo entendía, todo era fruto de mi imaginación, de mi enfermedad, no existía un despacho pero si una celda, no iba a reuniones con prestigiosos médicos pero si me examinaban a veces un grupo de ellos, la herencia dejada por mis padres pagaba el tratamiento y el piso donde dormía, como no era un paciente violento no estaba interno, además iba por mi propio pie todos los días al sanatorio debido a mi paranoia...., todo se hacía lejano y distante mientras hasta la tierra se alejaba y desaparecía una explosión de situaciones simultáneas llenas de cosas que no se pueden oír ver o tocar, sino tan solo percibir, y que llegaban con tanta fuerza que no daban lugar a la duda, a veces la curiosidad por los fenómenos que escapan a nuestra comprensión nos lleva a preguntarnos más de lo que podemos asimilar, por eso solo hay una salida para los pocos intrépidos que se atreven a ir más allá de sus posibilidades hacia los límites de la razón, desafiando la corriente ominosa que les arrastra hacia la verdad inminente y de la que una vez llegado a este punto no se puede escapar, la respuesta tras la cual ya no queda nada que preguntar, solo un deseo incontrolable de olvidar porque la angustia que produce la verdad es agoniosa, colapsa cualquier pensamiento o conclusión que puedas llegar a conjeturar.

No era casualidad un encuentro con ella programado en silencio, me convertí en la cruz del francotirador, en el conejo que se da cuenta de su vida cuando nota la bala del cazador entrando en su sien, despacio, deleitando el momento, inesperado, bienvenidos al termino medio; Recuerden : dejen su ultimo suspiro de vida al salir de la sala, van a ver ustedes unas secuencias de lo imposible, el comentarista remarcará sus defectos, nuestras azafatas irán repartiendo frustración individual, disfruten de las limitaciones de su mundo no único ni onírico; dos adversarios , dos entes olvidados bromeaban: los viles mortales no ven más allá de fotos congeladas en su recuerdo, viven en una frustración constante, ellos mismos crean sus falsos conceptos ...llenos de sabiduría...
¿A que final tocaría mi suerte?, pregúntaselo al camarero que te sirve la comida sin rancho, fría y cruda, como la respuesta que no quieres oír, gracias por la nada, es la única que vive convencida de sí misma, la gota de agua que se rompe contra el acantilado, como el cráneo de un suicida en el asfalto impidiendo la búsqueda de su ‘felicidad’, hay muchas formas de morir pero no necesariamente se para el corazón.


Pasé por vestigios esféricos de realidades antiguas, desde la imaginación del hombre arquetípico hasta el último rincón oscuro de cada religión inventada por la mente humana, por la muerte, una más de las de las facetas de un imperceptible resto de vida pululante, todavía consciente. Cualquier ley preconcebida se hundía en el inmenso agujero negro al que estaba siendo arrastrado que no paraba de tragar y expulsar mundos, creándolos y desordenándolos aún más en el caos infinito que construye todo lo concebible, no existía el tiempo, solo el cambio, la palabra ya no tenia sentido, nunca logra expresar lo que de verdad sientes, lo aproxima, el sentido es una invención, y de invenciones vive el tronco que sustenta la fantasía, el horror y el misterio que se extiende más allá de los espacios exteriores.
Dimensión tras dimensión cada vez más alejado de cualquier lazo visceral humano…..pero no era esto lo que siempre había deseado ?, alejarte y conocer todos los mundos imaginados, pasados, futuros, una vista global absoluta de cuanto nos rodea….aquella crisis que no superé me estaba dejando en la molécula de hidrógeno primigenia, no llegaba a saber, solo a conjeturar las extrañas formas de vida que moran en los recodos más oscuros del universo, entes repulsivos que a veces rozan la tierra porque todavía quedan cultos que los hacen venir del mundo del que provienen, peligrosas y malignas bestias para la cordura de toda persona consciente, porque son más de lo que nuestra mente puede soportar. Horrores sin nombre que no distinguen el mal, se retuercen de dolor por dentro, dioses menores se han conocido por leyendas, cuentos de viejas para asustar a los niños. Lejos ellos se retuercen en el centro del universo, condenados a dormir sin soñar y privados de inteligencia como Azathot, el dios ciego e idiota, que aún nos recuerdan, esperan la eternidad pacientes hasta que llegue su día, el día en que todo vuelva a equilibrarse y las fuerzas del mal se igualen a las del bien, para comenzar a luchar por la supremacía del etheretlón de nuevo. La humanidad se extinguirá muchos eones antes, pero ante la aterradora idea, la existencia de otros dioses primordiales se perdía en el olvido, los mismos que condenaron a Azathot lo liberarán y éste con más fuerza reemprenderá su venganza.

Este era el cuadro macabro que tenía delante, me enfrentaba a él lleno de pavor, sin poder hacer nada, ya solo me quedaba un camino de vuelta a nuestra ordinaria realidad, pero en un estado ajeno a ella, algunas veces una supresión total de recuerdos , o el equivalente en términos médicos: estado vegetal. Otras nacías con la imposibilidad de relacionar hechos y pensamientos pero siendo consciente del caótico final, te conviertes en un predicador de incoherencias, típico loco desbordado de esquizofrenia que habla de cosas que nadie entiende, porque si se ordenaran sus pensamientos tal vez, todos los que escucharan, sin querer, sus palabras, serían presos del pánico y por tanto arrastrados con él al pozo de la incomprensión. Éstos y muchos otros estados son en los que se encuentran algunos intrépidos que se atreven a pensar más allá, porque en este viaje el billete de vuelta, es la locura.

Vacío de cordura vuelvo navegando por el llanto de un niño hasta el rincón donde una vez nació un mundo lleno de falsedad vomitado por alguna reacción nuclear, que se formó en los albores a partir de moléculas, átomos sencillos de hidrógeno, nitrógeno y cadenas de cenizas estelares, antes de que el sol y todo lo concebible existiera...;la tierra, hacia donde seré indefinidamente arrastrado. Camino del estanque de los moribundos, veo puertos donde algunas personas atracan y son felices....pasan de largo, la brisa nubla la vista de los débiles, que no se dan cuenta que no hay final feliz, en medio de este río, con los ojos ciegos, la carga hunde mi barco, ante mí espejismos que no merezco ver , ya no hay tiempo para retomar el rumbo, la carta de navegación se quema, el naufragio asoma por el horizonte de la perdición y una tierra lejana y sin retorno posible, acogerá al navegante, que dormido quedará, en los brazos de la desesperación.

Texto agregado el 21-02-2003, y leído por 384 visitantes. (3 votos)


Lectores Opinan
07-05-2003 bravo¡, me apasiona todo lo relacionado con ¿salud mental?, muy bien escrito, en fin completamente de acuerdo con mcavalieri. Lo imprimo pa leerlo mas tranquilamente. Saludos burbuja
21-02-2003 Impresinante!!! Es realmente bueno usted, este relato es impactante, muy bien escrito, las ideas excelentes. Mi opinión es que hay que estar abierto a todas las posibilidades. ¿Quién puede decidir el límite entre locura y cordura?¿Entre realidad y ficción? Muy metafísico todo. Perfecto. Saludos. mcavalieri
 
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