Cuento con el que participè en Desafìo de la Imagen No. 17 Prosa.
DE MAGOS Y ESTRELLAS.
El anciano miraba y miraba desde la torre màs alta del antiguo castillo. Iba de cuarto en cuarto, asomàndose en todos los balcones, esperando tener una mejor perspectiva del cielo nocturno pero todo era en vano: no encontraba su estrella.....èsa que era la luz de sus noches, la blancura de sus horas, la frialdad gaseosa que mantenìa tibio y latiendo su corazòn.
"Alhenna, Alhenna, ¿dònde te has metido?, ¡esto es terrible.... terrible!"
Alhenna la brillante, la hermosa, la rebelde que una noche dejò su naciòn de estrellas y bajò a la tierra, embrujada por un mago. Consumada su uniòn, ella regresò a su puesto en el cielo y desde ahì lo habìa amado fiel y constante. Fue testigo de los estragos del tiempo, viò su noble barba negra convertirse en una cascada nìvea, el liso de su frente convertirse en barrancas de sal. El habìa cambiado tanto, pero el amor que se tenìan era inmutable. ¿¿Què habìa pasado?? Vencido por una tristeza mortal se dirigiò a su habitaciòn.
Tras incontables horas de derramar làgrimas, èstas habìan hecho un rìo debajo de su lecho. Diminutos peces nadaban en èl siguiendo el curso del agua hasta el sòtano. Libros y muebles flotaban en aquella tristeza acuàtica que minaba los cimientos de la antigua construcciòn. De repente, en medio de la oscuridad, una tìmida luz se hizo presente dentro del dormitorio del anciano. Este mantenìa cerrados los ojos y no la percibiò sino hasta que la pequeña luz se habìa vuelto tan brillante que era imposible ver otra cosa que no fuera ella.
"Oh mi amor, mi dulce amor, Thuban, no llores, mìrame, aquì estoy, ya es hora"
Thuban, el mago abriò los ojos y de inmediato fue cegado por la luz de Alhenna. Un frìo abrasador fundiò su cuerpo con la estrella. Sus ropas se vaporizaron y quedò desnudo. Oleadas de un placer celestial inundaron al viejo, su cansado cuerpo se estremecìa y con cada movimiento la juventud perdida regresaba a èl. Carne, huesos y gases helados, se unieron gozosos para siempre y se elevaron despacio rumbo a su lugar eterno en la noche del mundo. |