Claro y agudo, así sonó…

Eso es, caer sin pensar, eso es… La esperanza, la esperanza de que un día podamos empezar nuevamente, cuando podamos rehacer el mundo. Antes tómala, una fotografía ¿Qué más? ¿Esperabas algo más? Tú sabes bien, tú sabes lo que somos.
¡¡Calla!! Y no preguntes…

10 segundos, eso no es nada…

Burlas, humillaciones, no respeto, sin sueños, sin ideales, déjate estar, siente, siente. ¡¡No tanto imbécil!!

Necesito más, mucho más…

Conversa con el viajero, hazlo, hazlo rápido. El visitó el mundo, el va muy rápido para oír, muy rápido para escuchar, por eso habla con él, te aseguro que no va a escuchar, te lo aseguro…

¿Sentir? ¿Qué hago? ¿Qué hacer al darse cuenta que no pueden cambiarse las instrucciones de un robot viejo? Que debes ser más feliz, más productivo, más obediente, más feliz. Confórmate con ser proyecto fallido de hombre, confórmate…

No pienses, no vivas, no pienses que no hay nada más, en serio, no lo hay…

Una eternidad, eso es, claro, muy agudo…

Sin sorpresas, un corazón lleno hasta arriba. Tomare esta vida tranquila, sin sorpresas ni alarmas, silencio, silencio. Es mi decisión final, nada que puedas decir o hacer, sin sorpresas ni alarmas. Tendré un bello jardín, una bella casa y sin sorpresas ni alarmas, sin sorpresas ni alarmas. Si eso falla, si aun eso no sirve, si no hay nada por que vivir, si no hay esperanza, si te das cuenta que los sordos no quieren escuchar, que no van a escuchar, escóndete, escóndete, aléjate, llora y espera.

Déjame caer, deja tomar la decisión y volver, déjame volver…

Claro y agudo, así fue como comenzó todo. Nunca olvidare ese día, cuando ese horrendo sonido tocó mis oídos, cuando sonó la alarma y dije: “por favor, media hora más…”