El dinero es para administrarse (UNO MISMO)

(Comúnmente se cree que sólo sirve para gastarlo… y en realidad es para gastarse).
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Fíjate bien en cuál es la forma de cada quien de darle uso; hay quienes lo gastan y hay quienes se administran (administran su vida, pues). Quienes se administran no es que no lo gastan, sino que le dan un uso.
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Quienes le dan un uso al dinero no es que lo disfrutan, lo que disfrutan es de la movilidad, de la oportunidad de ellos mismos de poder moverse: aparece entonces la palabra “ámbito” (“el ámbito en el que me muevo es posible sólo debido a cierto tipo de administración mía”). La profesión elegida también coopera en el tipo de ámbito en el que se opera. Pero en el fondo es cada quien el que crea y el que opera en su ámbito.
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Puede ser que suceda que una vez que el individuo se halla cómodo en un ámbito de conformidad, entonces, por lo general, puede creer que es menos o más que los demás según el dinero que gasta. Bueno, eso no es haber hallado su ámbito, sino haber vivido en uno.

… y entonces aquí aparece la tristeza.