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Hoy naci hace treinta y uno
Ring ring
Diez mil ilusos piensan que caeré en su juego de estúpidos. Quizá superficialmente luzca para ellos como uno más. Pero, no moveré un sólo dedo para hacer que me vean de otro modo.

- Aló
- Hola Feliz Cumpleaños
- Gracias te acordaste
- ¿Y cómo la estás pasando?
- Bien ahí y tú
- También
- ¿Qué harás más tarde? Quizá te visite por la noche
- Genial. Años que no te veo
- Bueno entonces que lo sigas pasando bonito
- Gracias por llamarme
- Ya me necesitan te cuidas mucho. Está sonando mi celu
- Ok. Bye

Tarjetitas de saludo, mensajes por mail con corazones y absurdos muñequitos que bailan ridiculamente.

Ex amigos con que solía verme por alguna circunstancia del destino que, probablemente, unía nuestro quehacer diario, o semanal. Con el paso del tiempo ya las cosas cambian entonces sólo nos comunicabamos por teléfono. Posteriormente, y como era de esperarse, caímos en la rutina clásica de la ortodoxia de supérfluos, léase, religión sagrada de todos los estúpidos que teneis alrededor cuyas caracteristicas, entre otras, son el estupor mental varíante bloqueando mas o menos, a unos más que a otros, la región del pensamiento llevándolos a la rutinaria automatización consciente y voluntaria como forma elegida de vida.

Conversaba el otro día con un amigo argentino cuyo nombre no recuerdo o creo nunca supe. Le dicen el Che. Practico mi deporte favorito con él frecuentemente, hace ya muchos años.

- Hey, che, llevo ya más de cinco años jugando contigo y ni la más puta idea de tu nombre.
- Bueno al menos no tendrás que llamarme en mi cumple. Pues no sabrás por quien preguntar.
- Tampoco te llamaría si lo supiera. A menos que sea día de juego.

Siempre espero con particular alegría su llamada.

De pronto interrumpe otra llamada más. Suena el teléfono otra vez y estoy ya pensando en irme de la casa o descolgar el fono quizá regresar dentro de un año pero un día después de hoy.

Hoy naci hace treinta y dos
Ring ring
Diez mil ilusos piensan que caeré en su juego de estúpidos. Quizá superficialmente luzca para ellos como uno más. Pero, no moveré un sólo dedo para hacer que me vean de otro modo.

- Aló
- Hola Feliz Cumpleaños
- Gracias te acordaste
- ¿Y cómo la estás pasando?
- Bien ahí y tú
- También
- ¿Qué harás más tarde? Quizá te visite por la noche
- Genial. Años que no te veo
- Bueno entonces que lo sigas pasando bonito
- Gracias por llamarme
- Ya me necesitan te cuidas mucho. Está sonando mi celu
- Ok. Bye

Tarjetitas de saludo, mensajes por mail con corazones y absurdos muñequitos que bailan ridiculamente.

Ex amigos con que solía verme por alguna circunstancia del destino que, probablemente, unía nuestro quehacer diario, o semanal. Con el paso del tiempo ya las cosas cambian entonces sólo nos comunicabamos por teléfono. Posteriormente, y como era de esperarse, caímos en la rutina clásica de la ortodoxia de supérfluos, léase, religión sagrada de todos los estúpidos que teneis alrededor cuyas caracteristicas, entre otras, son el estupor mental varíante bloqueando mas o menos, a unos más que a otros, la región del pensamiento llevándolos a la rutinaria automatización consciente y voluntaria como forma elegida de vida.

Conversaba el otro día con un amigo argentino cuyo nombre no recuerdo o creo nunca supe. Le dicen el Che. Practico mi deporte favorito con él frecuentemente hace ya muchos años.

- Hey, che, llevo ya más de quince años jugando contigo y ni la más puta idea de tu nombre.
- Bueno al menos no tendrás que llamarme en mi cumple. Pues no sabrás por quien preguntar.
- Tampoco te llamaría si lo supiera. A menos que sea día de juego.

Siempre espero con particular alegría su llamada.

De pronto interrumpe otra llamada más. Suena el teléfono otra vez y estoy ya pensando en irme de la casa o descolgar el fono quizá regresar dentro de un año pero un día después de hoy.

Hoy naci hace treinta y tres
Ring ring
Diez mil ilusos piensan que caeré en su juego de estúpidos. Quizá superficialmente luzca para ellos como uno más. Pero, no moveré un sólo dedo para hacer que me vean de otro modo.

- Aló
- Hola Feliz Cumpleaños
- Gracias te acordaste
- ¿Y cómo la estás pasando?
- Bien ahí y tú
- También
- ¿Qué harás más tarde? Quizá te visite por la noche
- Genial. Años que no te veo
- Bueno entonces que lo sigas pasando bonito
- Gracias por llamarme
- Ya me necesitan te cuidas mucho. Está sonando mi celu
- Ok. Bye

Tarjetitas de saludo, mensajes por mail con corazones y absurdos muñequitos que bailan ridiculamente.

Ex amigos con que solía verme por alguna circunstancia del destino que, probablemente, unía nuestro quehacer diario, o semanal. Con el paso del tiempo ya las cosas cambian entonces sólo nos comunicabamos por teléfono. Posteriormente, y como era de esperarse, caímos en la rutina clásica de la ortodoxia de supérfluos, léase, religión sagrada de todos los estúpidos que teneis alrededor cuyas caracteristicas, entre otras, son el estupor mental varíante bloqueando mas o menos, a unos más que a otros, la región del pensamiento llevándolos a la rutinaria automatización consciente y voluntaria como forma elegida de vida.

Conversaba el otro día con un amigo argentino cuyo nombre no recuerdo o creo nunca supe. Le dicen el Che. Practico mi deporte favorito con él frecuentemente hace ya muchos años.

- Hey, che, llevo ya más de quince años jugando contigo y ni la más puta idea de tu nombre.
- Bueno al menos no tendrás que llamarme en mi cumple. Pues no sabrás por quien preguntar.
- Tampoco te llamaría si lo supiera. A menos que sea día de juego.

Siempre espero con particular alegría su llamada.

De pronto interrumpe otra llamada más. Suena el teléfono otra vez y estoy ya pensando en irme de la casa o descolgar el fono quizá regresar dentro de un año pero un día después de hoy.

Hoy naci hace treinta y cinco
Ring ring
Diez mil ilusos piensan que caeré en su juego de estúpidos. Quizá superficialmente luzca para ellos como uno más. Pero, no moveré un sólo dedo para hacer que me vean de otro modo.

- Aló
- Hola Feliz Cumpleaños
- Gracias te acordaste
- ¿Y cómo la estás pasando?
- Bien ahí y tú
- También
- ¿Qué harás más tarde? Quizá te visite por la noche
- Genial. Años que no te veo
- Bueno entonces que lo sigas pasando bonito
- Gracias por llamarme
- Ya me necesitan te cuidas mucho. Está sonando mi celu
- Ok. Bye

Tarjetitas de saludo, mensajes por mail con corazones y absurdos muñequitos que bailan ridiculamente.

Ex amigos con que solía verme por alguna circunstancia del destino que, probablemente, unía nuestro quehacer diario, o semanal. Con el paso del tiempo ya las cosas cambian entonces sólo nos comunicabamos por teléfono. Posteriormente, y como era de esperarse, caímos en la rutina clásica de la ortodoxia de supérfluos, léase, religión sagrada de todos los estúpidos que teneis alrededor cuyas caracteristicas, entre otras, son el estupor mental varíante bloqueando mas o menos, a unos más que a otros, la región del pensamiento llevándolos a la rutinaria automatización consciente y voluntaria como forma elegida de vida.

Conversaba el otro día con un amigo argentino cuyo nombre no recuerdo o creo nunca supe. Le dicen el Che. Practico mi deporte favorito con él frecuentemente hace ya muchos años.

- Hey, che, llevo ya más de quince años jugando contigo y ni la más puta idea de tu nombre.
- Bueno al menos no tendrás que llamarme en mi cumple. Pues no sabrás por quien preguntar.
- Tampoco te llamaría si lo supiera. A menos que sea día de juego.

Siempre espero con particular alegría su llamada.

De pronto interrumpe otra llamada más. Suena el teléfono otra vez y estoy ya pensando en irme de la casa o descolgar el fono quizá regresar dentro de un año pero un día después de hoy.

Hoy naci hace treinta y seis
Ring ring
Diez mil ilusos piensan que caeré en su juego de estúpidos. Quizá superficialmente luzca para ellos como uno más. Pero, no moveré un sólo dedo para hacer que me vean de otro modo.

- Aló
- Hola Feliz Cumpleaños
- Gracias te acordaste
- ¿Y cómo la estás pasando?
- Bien ahí y tú
- También
- ¿Qué harás más tarde? Quizá te visite por la noche
- Genial. Años que no te veo
- Bueno entonces que lo sigas pasando bonito
- Gracias por llamarme
- Ya me necesitan te cuidas mucho. Está sonando mi celu
- Ok. Bye

Tarjetitas de saludo, mensajes por mail con corazones y absurdos muñequitos que bailan ridiculamente.

Ex amigos con que solía verme por alguna circunstancia del destino que, probablemente, unía nuestro quehacer diario, o semanal. Con el paso del tiempo ya las cosas cambian entonces sólo nos comunicabamos por teléfono. Posteriormente, y como era de esperarse, caímos en la rutina clásica de la ortodoxia de supérfluos, léase, religión sagrada de todos los estúpidos que teneis alrededor cuyas caracteristicas, entre otras, son el estupor mental varíante bloqueando mas o menos, a unos más que a otros, la región del pensamiento llevándolos a la rutinaria automatización consciente y voluntaria como forma elegida de vida.

Conversaba el otro día con un amigo argentino cuyo nombre no recuerdo o creo nunca supe. Le dicen el Che. Practico mi deporte favorito con él frecuentemente hace ya muchos años.

- Hey, che, llevo ya más de quince años jugando contigo y ni la más puta idea de tu nombre.
- Bueno al menos no tendrás que llamarme en mi cumple. Pues no sabrás por quien preguntar.
- Tampoco te llamaría si lo supiera. A menos que sea día de juego.

Siempre espero con particular alegría su llamada.

De pronto interrumpe otra llamada más. Suena el teléfono otra vez y estoy ya pensando en irme de la casa o descolgar el fono quizá regresar dentro de un año pero un día después de hoy.

Hoy naci hace treinta y siete
Ring ring
Diez mil ilusos piensan que caeré en su juego de estúpidos. Quizá superficialmente luzca para ellos como uno más. Pero, no moveré un sólo dedo para hacer que me vean de otro modo.

- Aló
- Hola Feliz Cumpleaños
- Gracias te acordaste
- ¿Y cómo la estás pasando?
- Bien ahí y tú
- También
- ¿Qué harás más tarde? Quizá te visite por la noche
- Genial. Años que no te veo
- Bueno entonces que lo sigas pasando bonito
- Gracias por llamarme
- Ya me necesitan te cuidas mucho. Está sonando mi celu
- Ok. Bye

Tarjetitas de saludo, mensajes por mail con corazones y absurdos muñequitos que bailan ridiculamente.

Ex amigos con que solía verme por alguna circunstancia del destino que, probablemente, unía nuestro quehacer diario, o semanal. Con el paso del tiempo ya las cosas cambian entonces sólo nos comunicabamos por teléfono. Posteriormente, y como era de esperarse, caímos en la rutina clásica de la ortodoxia de supérfluos, léase, religión sagrada de todos los estúpidos que teneis alrededor cuyas caracteristicas, entre otras, son el estupor mental varíante bloqueando mas o menos, a unos más que a otros, la región del pensamiento llevándolos a la rutinaria automatización consciente y voluntaria como forma elegida de vida.

Conversaba el otro día con un amigo argentino cuyo nombre no recuerdo o creo nunca supe. Le dicen el Che. Practico mi deporte favorito con él frecuentemente hace ya muchos años.

- Hey, che, llevo ya más de quince años jugando contigo y ni la más puta idea de tu nombre.
- Bueno al menos no tendrás que llamarme en mi cumple. Pues no sabrás por quien preguntar.
- Tampoco te llamaría si lo supiera. A menos que sea día de juego.

Siempre espero con particular alegría su llamada.

De pronto interrumpe otra llamada más. Suena el teléfono otra vez y estoy ya pensando en irme de la casa o descolgar el fono quizá regresar dentro de un año pero un día después de hoy.

Hoy naci hace treinta y ocho
Ring ring
Diez mil ilusos piensan que caeré en su juego de estúpidos. Quizá superficialmente luzca para ellos como uno más. Pero, no moveré un sólo dedo para hacer que me vean de otro modo.

- Aló
- Hola Feliz Cumpleaños
- Gracias te acordaste
- ¿Y cómo la estás pasando?
- Bien ahí y tú
- También
- ¿Qué harás más tarde? Quizá te visite por la noche
- Genial. Años que no te veo
- Bueno entonces que lo sigas pasando bonito
- Gracias por llamarme
- Ya me necesitan te cuidas mucho. Está sonando mi celu
- Ok. Bye

Tarjetitas de saludo, mensajes por mail con corazones y absurdos muñequitos que bailan ridiculamente.

Ex amigos con que solía verme por alguna circunstancia del destino que, probablemente, unía nuestro quehacer diario, o semanal. Con el paso del tiempo ya las cosas cambian entonces sólo nos comunicabamos por teléfono. Posteriormente, y como era de esperarse, caímos en la rutina clásica de la ortodoxia de supérfluos, léase, religión sagrada de todos los estúpidos que teneis alrededor cuyas caracteristicas, entre otras, son el estupor mental varíante bloqueando mas o menos, a unos más que a otros, la región del pensamiento llevándolos a la rutinaria automatización consciente y voluntaria como forma elegida de vida.

Conversaba el otro día con un amigo argentino cuyo nombre no recuerdo o creo nunca supe. Le dicen el Che. Practico mi deporte favorito con él frecuentemente hace ya muchos años.

- Hey, che, llevo ya más de quince años jugando contigo y ni la más puta idea de tu nombre.
- Bueno al menos no tendrás que llamarme en mi cumple. Pues no sabrás por quien preguntar.
- Tampoco te llamaría si lo supiera. A menos que sea día de juego.

Siempre espero con particular alegría su llamada.

De pronto interrumpe otra llamada más. Suena el teléfono otra vez y estoy ya pensando en irme de la casa o descolgar el fono quizá regresar dentro de un año pero un día después de hoy.

Hoy naci hace treinta y nueve
Ring ring
Diez mil ilusos piensan que caeré en su juego de estúpidos. Quizá superficialmente luzca para ellos como uno más. Pero, no moveré un sólo dedo para hacer que me vean de otro modo.

- Aló
- Hola Feliz Cumpleaños
- Gracias te acordaste
- ¿Y cómo la estás pasando?
- Bien ahí y tú
- También
- ¿Qué harás más tarde? Quizá te visite por la noche
- Genial. Años que no te veo
- Bueno entonces que lo sigas pasando bonito
- Gracias por llamarme
- Ya me necesitan te cuidas mucho. Está sonando mi celu
- Ok. Bye

Tarjetitas de saludo, mensajes por mail con corazones y absurdos muñequitos que bailan ridiculamente.

Ex amigos con que solía verme por alguna circunstancia del destino que, probablemente, unía nuestro quehacer diario, o semanal. Con el paso del tiempo ya las cosas cambian entonces sólo nos comunicabamos por teléfono. Posteriormente, y como era de esperarse, caímos en la rutina clásica de la ortodoxia de supérfluos, léase, religión sagrada de todos los estúpidos que teneis alrededor cuyas caracteristicas, entre otras, son el estupor mental varíante bloqueando mas o menos, a unos más que a otros, la región del pensamiento llevándolos a la rutinaria automatización consciente y voluntaria como forma elegida de vida.

Conversaba el otro día con un amigo argentino cuyo nombre no recuerdo o creo nunca supe. Le dicen el Che. Practico mi deporte favorito con él frecuentemente hace ya muchos años.

- Hey, che, llevo ya más de quince años jugando contigo y ni la más puta idea de tu nombre.
- Bueno al menos no tendrás que llamarme en mi cumple. Pues no sabrás por quien preguntar.
- Tampoco te llamaría si lo supiera. A menos que sea día de juego.

Siempre espero con particular alegría su llamada.

De pronto interrumpe otra llamada más. Suena el teléfono otra vez y estoy ya pensando en irme de la casa o descolgar el fono quizá regresar dentro de un año pero un día después de hoy.

Hoy naci hace cuarenta
Ring ring
Diez mil ilusos piensan que caeré en su juego de estúpidos. Quizá superficialmente luzca para ellos como uno más. Pero, no moveré un sólo dedo para hacer que me vean de otro modo.

- Aló
- Hola Feliz Cumpleaños
- Gracias te acordaste
- ¿Y cómo la estás pasando?
- Bien ahí y tú
- También
- ¿Qué harás más tarde? Quizá te visite por la noche
- Genial. Años que no te veo
- Bueno entonces que lo sigas pasando bonito
- Gracias por llamarme
- Ya me necesitan te cuidas mucho. Está sonando mi celu
- Ok. Bye

Tarjetitas de saludo, mensajes por mail con corazones y absurdos muñequitos que bailan ridiculamente.

Ex amigos con que solía verme por alguna circunstancia del destino que, probablemente, unía nuestro quehacer diario, o semanal. Con el paso del tiempo ya las cosas cambian entonces sólo nos comunicabamos por teléfono. Posteriormente, y como era de esperarse, caímos en la rutina clásica de la ortodoxia de supérfluos, léase, religión sagrada de todos los estúpidos que teneis alrededor cuyas caracteristicas, entre otras, son el estupor mental varíante bloqueando mas o menos, a unos más que a otros, la región del pensamiento llevándolos a la rutinaria automatización consciente y voluntaria como forma elegida de vida.

Conversaba el otro día con un amigo argentino cuyo nombre no recuerdo o creo nunca supe. Le dicen el Che. Practico mi deporte favorito con él frecuentemente hace ya muchos años.

- Hey, che, llevo ya más de quince años jugando contigo y ni la más puta idea de tu nombre.
- Bueno al menos no tendrás que llamarme en mi cumple. Pues no sabrás por quien preguntar.
- Tampoco te llamaría si lo supiera. A menos que sea día de juego.

Siempre espero con particular alegría su llamada.

De pronto interrumpe otra llamada más. Suena el teléfono otra vez y estoy ya pensando en irme de la casa o descolgar el fono quizá regresar dentro de un año pero un día después de hoy.

Hoy naci hace cuarentaiuno
Ring ring
Diez mil ilusos piensan que caeré en su juego de estúpidos. Quizá superficialmente luzca para ellos como uno más. Pero, no moveré un sólo dedo para hacer que me vean de otro modo.

- Aló
- Hola Feliz Cumpleaños
- Gracias te acordaste
- ¿Y cómo la estás pasando?
- Bien ahí y tú
- También
- ¿Qué harás más tarde? Quizá te visite por la noche
- Genial. Años que no te veo
- Bueno entonces que lo sigas pasando bonito
- Gracias por llamarme
- Ya me necesitan te cuidas mucho. Está sonando mi celu
- Ok. Bye

Tarjetitas de saludo, mensajes por mail con corazones y absurdos muñequitos que bailan ridiculamente.

Ex amigos con que solía verme por alguna circunstancia del destino que, probablemente, unía nuestro quehacer diario, o semanal. Con el paso del tiempo ya las cosas cambian entonces sólo nos comunicabamos por teléfono. Posteriormente, y como era de esperarse, caímos en la rutina clásica de la ortodoxia de supérfluos, léase, religión sagrada de todos los estúpidos que teneis alrededor cuyas caracteristicas, entre otras, son el estupor mental varíante bloqueando mas o menos, a unos más que a otros, la región del pensamiento llevándolos a la rutinaria automatización consciente y voluntaria como forma elegida de vida.

Conversaba el otro día con un amigo argentino cuyo nombre no recuerdo o creo nunca supe. Le dicen el Che. Practico mi deporte favorito con él frecuentemente hace ya muchos años.

- Hey, che, llevo ya más de quince años jugando contigo y ni la más puta idea de tu nombre.
- Bueno al menos no tendrás que llamarme en mi cumple. Pues no sabrás por quien preguntar.
- Tampoco te llamaría si lo supiera. A menos que sea día de juego.

Siempre espero con particular alegría su llamada.

De pronto interrumpe otra llamada más. Suena el teléfono otra vez y estoy ya pensando en irme de la casa o descolgar el fono quizá regresar dentro de un año pero un día después de hoy.

Hoy naci hace cuarentaidos
Ring ring
Diez mil ilusos piensan que caeré en su juego de estúpidos. Quizá superficialmente luzca para ellos como uno más. Pero, no moveré un sólo dedo para hacer que me vean de otro modo.

- Aló
- Hola Feliz Cumpleaños
- Gracias te acordaste
- ¿Y cómo la estás pasando?
- Bien ahí y tú
- También
- ¿Qué harás más tarde? Quizá te visite por la noche
- Genial. Años que no te veo
- Bueno entonces que lo sigas pasando bonito
- Gracias por llamarme
- Ya me necesitan te cuidas mucho. Está sonando mi celu
- Ok. Bye

Tarjetitas de saludo, mensajes por mail con corazones y absurdos muñequitos que bailan ridiculamente.

Ex amigos con que solía verme por alguna circunstancia del destino que, probablemente, unía nuestro quehacer diario, o semanal. Con el paso del tiempo ya las cosas cambian entonces sólo nos comunicabamos por teléfono. Posteriormente, y como era de esperarse, caímos en la rutina clásica de la ortodoxia de supérfluos, léase, religión sagrada de todos los estúpidos que teneis alrededor cuyas caracteristicas, entre otras, son el estupor mental varíante bloqueando mas o menos, a unos más que a otros, la región del pensamiento llevándolos a la rutinaria automatización consciente y voluntaria como forma elegida de vida.

Conversaba el otro día con un amigo argentino cuyo nombre no recuerdo o creo nunca supe. Le dicen el Che. Practico mi deporte favorito con él frecuentemente hace ya muchos años.

- Hey, che, llevo ya más de quince años jugando contigo y ni la más puta idea de tu nombre.
- Bueno al menos no tendrás que llamarme en mi cumple. Pues no sabrás por quien preguntar.
- Tampoco te llamaría si lo supiera. A menos que sea día de juego.

Siempre espero con particular alegría su llamada.

De pronto interrumpe otra llamada más. Suena el teléfono otra vez y estoy ya pensando en irme de la casa o descolgar el fono quizá regresar dentro de un año pero un día después de hoy.

Hoy naci hace cuarentaitres
Ring ring
Diez mil ilusos piensan que caeré en su juego de estúpidos. Quizá superficialmente luzca para ellos como uno más. Pero, no moveré un sólo dedo para hacer que me vean de otro modo.

- Aló
- Hola Feliz Cumpleaños
- Gracias te acordaste
- ¿Y cómo la estás pasando?
- Bien ahí y tú
- También
- ¿Qué harás más tarde? Quizá te visite por la noche
- Genial. Años que no te veo
- Bueno entonces que lo sigas pasando bonito
- Gracias por llamarme
- Ya me necesitan te cuidas mucho. Está sonando mi celu
- Ok. Bye

Tarjetitas de saludo, mensajes por mail con corazones y absurdos muñequitos que bailan ridiculamente.

Ex amigos con que solía verme por alguna circunstancia del destino que, probablemente, unía nuestro quehacer diario, o semanal. Con el paso del tiempo ya las cosas cambian entonces sólo nos comunicabamos por teléfono. Posteriormente, y como era de esperarse, caímos en la rutina clásica de la ortodoxia de supérfluos, léase, religión sagrada de todos los estúpidos que teneis alrededor cuyas caracteristicas, entre otras, son el estupor mental varíante bloqueando mas o menos, a unos más que a otros, la región del pensamiento llevándolos a la rutinaria automatización consciente y voluntaria como forma elegida de vida.

Conversaba el otro día con un amigo argentino cuyo nombre no recuerdo o creo nunca supe. Le dicen el Che. Practico mi deporte favorito con él frecuentemente hace ya muchos años.

- Hey, che, llevo ya más de quince años jugando contigo y ni la más puta idea de tu nombre.
- Bueno al menos no tendrás que llamarme en mi cumple. Pues no sabrás por quien preguntar.
- Tampoco te llamaría si lo supiera. A menos que sea día de juego.

Siempre espero con particular alegría su llamada.

De pronto interrumpe otra llamada más. Suena el teléfono otra vez y estoy ya pensando en irme de la casa o descolgar el fono quizá regresar dentro de un año pero un día después de hoy.

Hoy naci hace cuarentaicuatro
Ring ring
Diez mil ilusos piensan que caeré en su juego de estúpidos. Quizá superficialmente luzca para ellos como uno más. Pero, no moveré un sólo dedo para hacer que me vean de otro modo.

- Aló
- Hola Feliz Cumpleaños
- Gracias te acordaste
- ¿Y cómo la estás pasando?
- Bien ahí y tú
- También
- ¿Qué harás más tarde? Quizá te visite por la noche
- Genial. Años que no te veo
- Bueno entonces que lo sigas pasando bonito
- Gracias por llamarme
- Ya me necesitan te cuidas mucho. Está sonando mi celu
- Ok. Bye

Tarjetitas de saludo, mensajes por mail con corazones y absurdos muñequitos que bailan ridiculamente.

Ex amigos con que solía verme por alguna circunstancia del destino que, probablemente, unía nuestro quehacer diario, o semanal. Con el paso del tiempo ya las cosas cambian entonces sólo nos comunicabamos por teléfono. Posteriormente, y como era de esperarse, caímos en la rutina clásica de la ortodoxia de supérfluos, léase, religión sagrada de todos los estúpidos que teneis alrededor cuyas caracteristicas, entre otras, son el estupor mental varíante bloqueando mas o menos, a unos más que a otros, la región del pensamiento llevándolos a la rutinaria automatización consciente y voluntaria como forma elegida de vida.

Conversaba el otro día con un amigo argentino cuyo nombre no recuerdo o creo nunca supe. Le dicen el Che. Practico mi deporte favorito con él frecuentemente hace ya muchos años.

- Hey, che, llevo ya más de quince años jugando contigo y ni la más puta idea de tu nombre.
- Bueno al menos no tendrás que llamarme en mi cumple. Pues no sabrás por quien preguntar.
- Tampoco te llamaría si lo supiera. A menos que sea día de juego.

Siempre espero con particular alegría su llamada.

De pronto interrumpe otra llamada más. Suena el teléfono otra vez y estoy ya pensando en irme de la casa o descolgar el fono quizá regresar dentro de un año pero un día después de hoy.

Hoy naci hace cuarentaicinco
Ring ring
Diez mil ilusos piensan que caeré en su juego de estúpidos. Quizá superficialmente luzca para ellos como uno más. Pero, no moveré un sólo dedo para hacer que me vean de otro modo.

- Aló
- Hola Feliz Cumpleaños
- Gracias te acordaste
- ¿Y cómo la estás pasando?
- Bien ahí y tú
- También
- ¿Qué harás más tarde? Quizá te visite por la noche
- Genial. Años que no te veo
- Bueno entonces que lo sigas pasando bonito
- Gracias por llamarme
- Ya me necesitan te cuidas mucho. Está sonando mi celu
- Ok. Bye

Tarjetitas de saludo, mensajes por mail con corazones y absurdos muñequitos que bailan ridiculamente.

Ex amigos con que solía verme por alguna circunstancia del destino que, probablemente, unía nuestro quehacer diario, o semanal. Con el paso del tiempo ya las cosas cambian entonces sólo nos comunicabamos por teléfono. Posteriormente, y como era de esperarse, caímos en la rutina clásica de la ortodoxia de supérfluos, léase, religión sagrada de todos los estúpidos que teneis alrededor cuyas caracteristicas, entre otras, son el estupor mental varíante bloqueando mas o menos, a unos más que a otros, la región del pensamiento llevándolos a la rutinaria automatización consciente y voluntaria como forma elegida de vida.

Conversaba el otro día con un amigo argentino cuyo nombre no recuerdo o creo nunca supe. Le dicen el Che. Practico mi deporte favorito con él frecuentemente hace ya muchos años.

- Hey, che, llevo ya más de quince años jugando contigo y ni la más puta idea de tu nombre.
- Bueno al menos no tendrás que llamarme en mi cumple. Pues no sabrás por quien preguntar.
- Tampoco te llamaría si lo supiera. A menos que sea día de juego.

Siempre espero con particular alegría su llamada.

De pronto interrumpe otra llamada más. Suena el teléfono otra vez y estoy ya pensando en irme de la casa o descolgar el fono quizá regresar dentro de un año pero un día después de hoy.

Hoy naci hace cuarentaiseis
Ring ring
Diez mil ilusos piensan que caeré en su juego de estúpidos. Quizá superficialmente luzca para ellos como uno más. Pero, no moveré un sólo dedo para hacer que me vean de otro modo.

- Aló
- Hola Feliz Cumpleaños
- Gracias te acordaste
- ¿Y cómo la estás pasando?
- Bien ahí y tú
- También
- ¿Qué harás más tarde? Quizá te visite por la noche
- Genial. Años que no te veo
- Bueno entonces que lo sigas pasando bonito
- Gracias por llamarme
- Ya me necesitan te cuidas mucho. Está sonando mi celu
- Ok. Bye

Tarjetitas de saludo, mensajes por mail con corazones y absurdos muñequitos que bailan ridiculamente.

Ex amigos con que solía verme por alguna circunstancia del destino que, probablemente, unía nuestro quehacer diario, o semanal. Con el paso del tiempo ya las cosas cambian entonces sólo nos comunicabamos por teléfono. Posteriormente, y como era de esperarse, caímos en la rutina clásica de la ortodoxia de supérfluos, léase, religión sagrada de todos los estúpidos que teneis alrededor cuyas caracteristicas, entre otras, son el estupor mental varíante bloqueando mas o menos, a unos más que a otros, la región del pensamiento llevándolos a la rutinaria automatización consciente y voluntaria como forma elegida de vida.

Conversaba el otro día con un amigo argentino cuyo nombre no recuerdo o creo nunca supe. Le dicen el Che. Practico mi deporte favorito con él frecuentemente hace ya muchos años.

- Hey, che, llevo ya más de quince años jugando contigo y ni la más puta idea de tu nombre.
- Bueno al menos no tendrás que llamarme en mi cumple. Pues no sabrás por quien preguntar.
- Tampoco te llamaría si lo supiera. A menos que sea día de juego.

Siempre espero con particular alegría su llamada.

De pronto interrumpe otra llamada más. Suena el teléfono otra vez y estoy ya pensando en irme de la casa o descolgar el fono quizá regresar dentro de un año pero un día después de hoy.

Hoy naci hace cuarentaisiete
Ring ring
Diez mil ilusos piensan que caeré en su juego de estúpidos. Quizá superficialmente luzca para ellos como uno más. Pero, no moveré un sólo dedo para hacer que me vean de otro modo.

- Aló
- Hola Feliz Cumpleaños
- Gracias te acordaste
- ¿Y cómo la estás pasando?
- Bien ahí y tú
- También
- ¿Qué harás más tarde? Quizá te visite por la noche
- Genial. Años que no te veo
- Bueno entonces que lo sigas pasando bonito
- Gracias por llamarme
- Ya me necesitan te cuidas mucho. Está sonando mi celu
- Ok. Bye

Tarjetitas de saludo, mensajes por mail con corazones y absurdos muñequitos que bailan ridiculamente.

Ex amigos con que solía verme por alguna circunstancia del destino que, probablemente, unía nuestro quehacer diario, o semanal. Con el paso del tiempo ya las cosas cambian entonces sólo nos comunicabamos por teléfono. Posteriormente, y como era de esperarse, caímos en la rutina clásica de la ortodoxia de supérfluos, léase, religión sagrada de todos los estúpidos que teneis alrededor cuyas caracteristicas, entre otras, son el estupor mental varíante bloqueando mas o menos, a unos más que a otros, la región del pensamiento llevándolos a la rutinaria automatización consciente y voluntaria como forma elegida de vida.

Conversaba el otro día con un amigo argentino cuyo nombre no recuerdo o creo nunca supe. Le dicen el Che. Practico mi deporte favorito con él frecuentemente hace ya muchos años.

- Hey, che, llevo ya más de quince años jugando contigo y ni la más puta idea de tu nombre.
- Bueno al menos no tendrás que llamarme en mi cumple. Pues no sabrás por quien preguntar.
- Tampoco te llamaría si lo supiera. A menos que sea día de juego.

Siempre espero con particular alegría su llamada.

De pronto interrumpe otra llamada más. Suena el teléfono otra vez y estoy ya pensando en irme de la casa o descolgar el fono quizá regresar dentro de un año pero un día después de hoy.

Hoy naci hace cuarentaiocho
Ring ring
Diez mil ilusos piensan que caeré en su juego de estúpidos. Quizá superficialmente luzca para ellos como uno más. Pero, no moveré un sólo dedo para hacer que me vean de otro modo.

- Aló
- Hola Feliz Cumpleaños
- Gracias te acordaste
- ¿Y cómo la estás pasando?
- Bien ahí y tú
- También
- ¿Qué harás más tarde? Quizá te visite por la noche
- Genial. Años que no te veo
- Bueno entonces que lo sigas pasando bonito
- Gracias por llamarme
- Ya me necesitan te cuidas mucho. Está sonando mi celu
- Ok. Bye

Tarjetitas de saludo, mensajes por mail con corazones y absurdos muñequitos que bailan ridiculamente.

Ex amigos con que solía verme por alguna circunstancia del destino que, probablemente, unía nuestro quehacer diario, o semanal. Con el paso del tiempo ya las cosas cambian entonces sólo nos comunicabamos por teléfono. Posteriormente, y como era de esperarse, caímos en la rutina clásica de la ortodoxia de supérfluos, léase, religión sagrada de todos los estúpidos que teneis alrededor cuyas caracteristicas, entre otras, son el estupor mental varíante bloqueando mas o menos, a unos más que a otros, la región del pensamiento llevándolos a la rutinaria automatización consciente y voluntaria como forma elegida de vida.

Conversaba el otro día con un amigo argentino cuyo nombre no recuerdo o creo nunca supe. Le dicen el Che. Practico mi deporte favorito con él frecuentemente hace ya muchos años.

- Hey, che, llevo ya más de quince años jugando contigo y ni la más puta idea de tu nombre.
- Bueno al menos no tendrás que llamarme en mi cumple. Pues no sabrás por quien preguntar.
- Tampoco te llamaría si lo supiera. A menos que sea día de juego.

Siempre espero con particular alegría su llamada.

De pronto interrumpe otra llamada más. Suena el teléfono otra vez y estoy ya pensando en irme de la casa o descolgar el fono quizá regresar dentro de un año pero un día después de hoy.

Hoy naci hace cuarentainueve
Ring ring
Diez mil ilusos piensan que caeré en su juego de estúpidos. Quizá superficialmente luzca para ellos como uno más. Pero, no moveré un sólo dedo para hacer que me vean de otro modo.

- Aló
- Hola Feliz Cumpleaños
- Gracias te acordaste
- ¿Y cómo la estás pasando?
- Bien ahí y tú
- También
- ¿Qué harás más tarde? Quizá te visite por la noche
- Genial. Años que no te veo
- Bueno entonces que lo sigas pasando bonito
- Gracias por llamarme
- Ya me necesitan te cuidas mucho. Está sonando mi celu
- Ok. Bye

Tarjetitas de saludo, mensajes por mail con corazones y absurdos muñequitos que bailan ridiculamente.

Ex amigos con que solía verme por alguna circunstancia del destino que, probablemente, unía nuestro quehacer diario, o semanal. Con el paso del tiempo ya las cosas cambian entonces sólo nos comunicabamos por teléfono. Posteriormente, y como era de esperarse, caímos en la rutina clásica de la ortodoxia de supérfluos, léase, religión sagrada de todos los estúpidos que teneis alrededor cuyas caracteristicas, entre otras, son el estupor mental varíante bloqueando mas o menos, a unos más que a otros, la región del pensamiento llevándolos a la rutinaria automatización consciente y voluntaria como forma elegida de vida.

Conversaba el otro día con un amigo argentino cuyo nombre no recuerdo o creo nunca supe. Le dicen el Che. Practico mi deporte favorito con él frecuentemente hace ya muchos años.

- Hey, che, llevo ya más de quince años jugando contigo y ni la más puta idea de tu nombre.
- Bueno al menos no tendrás que llamarme en mi cumple. Pues no sabrás por quien preguntar.
- Tampoco te llamaría si lo supiera. A menos que sea día de juego.

Siempre espero con particular alegría su llamada.

De pronto interrumpe otra llamada más. Suena el teléfono otra vez y estoy ya pensando en irme de la casa o descolgar el fono quizá regresar dentro de un año pero un día después de hoy.

Hoy naci hace cincuenta
Ring ring
Diez mil ilusos piensan que caeré en su juego de estúpidos. Quizá superficialmente luzca para ellos como uno más. Pero, no moveré un sólo dedo para hacer que me vean de otro modo.

- Aló
- Hola Feliz Cumpleaños
- Gracias te acordaste
- ¿Y cómo la estás pasando?
- Bien ahí y tú
- También
- ¿Qué harás más tarde? Quizá te visite por la noche
- Genial. Años que no te veo
- Bueno entonces que lo sigas pasando bonito
- Gracias por llamarme
- Ya me necesitan te cuidas mucho. Está sonando mi celu
- Ok. Bye

Tarjetitas de saludo, mensajes por mail con corazones y absurdos muñequitos que bailan ridiculamente.

Ex amigos con que solía verme por alguna circunstancia del destino que, probablemente, unía nuestro quehacer diario, o semanal. Con el paso del tiempo ya las cosas cambian entonces sólo nos comunicabamos por teléfono. Posteriormente, y como era de esperarse, caímos en la rutina clásica de la ortodoxia de supérfluos, léase, religión sagrada de todos los estúpidos que teneis alrededor cuyas caracteristicas, entre otras, son el estupor mental varíante bloqueando mas o menos, a unos más que a otros, la región del pensamiento llevándolos a la rutinaria automatización consciente y voluntaria como forma elegida de vida.

Conversaba el otro día con un amigo argentino cuyo nombre no recuerdo o creo nunca supe. Le dicen el Che. Practico mi deporte favorito con él frecuentemente hace ya muchos años.

- Hey, che, llevo ya más de quince años jugando contigo y ni la más puta idea de tu nombre.
- Bueno al menos no tendrás que llamarme en mi cumple. Pues no sabrás por quien preguntar.
- Tampoco te llamaría si lo supiera. A menos que sea día de juego.

Siempre espero con particular alegría su llamada.

De pronto interrumpe otra llamada más. Suena el teléfono otra vez y estoy ya pensando en irme de la casa o descolgar el fono quizá regresar dentro de un año pero un día después de hoy.

Hoy naci hace cincuentaidos
Ring ring
Diez mil ilusos piensan que caeré en su juego de estúpidos. Quizá superficialmente luzca para ellos como uno más. Pero, no moveré un sólo dedo para hacer que me vean de otro modo.

- Aló
- Hola Feliz Cumpleaños
- Gracias te acordaste
- ¿Y cómo la estás pasando?
- Bien ahí y tú
- También
- ¿Qué harás más tarde? Quizá te visite por la noche
- Genial. Años que no te veo
- Bueno entonces que lo sigas pasando bonito
- Gracias por llamarme
- Ya me necesitan te cuidas mucho. Está sonando mi celu
- Ok. Bye

Tarjetitas de saludo, mensajes por mail con corazones y absurdos muñequitos que bailan ridiculamente.

Ex amigos con que solía verme por alguna circunstancia del destino que, probablemente, unía nuestro quehacer diario, o semanal. Con el paso del tiempo ya las cosas cambian entonces sólo nos comunicabamos por teléfono. Posteriormente, y como era de esperarse, caímos en la rutina clásica de la ortodoxia de supérfluos, léase, religión sagrada de todos los estúpidos que teneis alrededor cuyas caracteristicas, entre otras, son el estupor mental varíante bloqueando mas o menos, a unos más que a otros, la región del pensamiento llevándolos a la rutinaria automatización consciente y voluntaria como forma elegida de vida.

Conversaba el otro día con un amigo argentino cuyo nombre no recuerdo o creo nunca supe. Le dicen el Che. Practico mi deporte favorito con él frecuentemente hace ya muchos años.

- Hey, che, llevo ya más de quince años jugando contigo y ni la más puta idea de tu nombre.
- Bueno al menos no tendrás que llamarme en mi cumple. Pues no sabrás por quien preguntar.
- Tampoco te llamaría si lo supiera. A menos que sea día de juego.

Siempre espero con particular alegría su llamada.

De pronto interrumpe otra llamada más. Suena el teléfono otra vez y estoy ya pensando en irme de la casa o descolgar el fono quizá regresar dentro de un año pero un día después de hoy.

Hoy naci hace cincuenta y cuatro
Ring ring
Diez mil ilusos piensan que caeré en su juego de estúpidos. Quizá superficialmente luzca para ellos como uno más. Pero, no moveré un sólo dedo para hacer que me vean de otro modo.

- Aló
- Hola Feliz Cumpleaños
- Gracias te acordaste
- ¿Y cómo la estás pasando?
- Bien ahí y tú
- También
- ¿Qué harás más tarde? Quizá te visite por la noche
- Genial. Años que no te veo
- Bueno entonces que lo sigas pasando bonito
- Gracias por llamarme
- Ya me necesitan te cuidas mucho. Está sonando mi celu
- Ok. Bye

Tarjetitas de saludo, mensajes por mail con corazones y absurdos muñequitos que bailan ridiculamente.

Ex amigos con que solía verme por alguna circunstancia del destino que, probablemente, unía nuestro quehacer diario, o semanal. Con el paso del tiempo ya las cosas cambian entonces sólo nos comunicabamos por teléfono. Posteriormente, y como era de esperarse, caímos en la rutina clásica de la ortodoxia de supérfluos, léase, religión sagrada de todos los estúpidos que teneis alrededor cuyas caracteristicas, entre otras, son el estupor mental varíante bloqueando mas o menos, a unos más que a otros, la región del pensamiento llevándolos a la rutinaria automatización consciente y voluntaria como forma elegida de vida.

Conversaba el otro día con un amigo argentino cuyo nombre no recuerdo o creo nunca supe. Le dicen el Che. Practico mi deporte favorito con él frecuentemente hace ya muchos años.

- Hey, che, llevo ya más de quince años jugando contigo y ni la más puta idea de tu nombre.
- Bueno al menos no tendrás que llamarme en mi cumple. Pues no sabrás por quien preguntar.
- Tampoco te llamaría si lo supiera. A menos que sea día de juego.

Siempre espero con particular alegría su llamada.

De pronto interrumpe otra llamada más. Suena el teléfono otra vez y estoy ya pensando en irme de la casa o descolgar el fono quizá regresar dentro de un año pero un día después de hoy.

Hoy naci hace cincuenta y cuatro
Ring ring
Diez mil ilusos piensan que caeré en su juego de estúpidos. Quizá superficialmente luzca para ellos como uno más. Pero, no moveré un sólo dedo para hacer que me vean de otro modo.

- Aló
- Hola Feliz Cumpleaños
- Gracias te acordaste
- ¿Y cómo la estás pasando?
- Bien ahí y tú
- También
- ¿Qué harás más tarde? Quizá te visite por la noche
- Genial. Años que no te veo
- Bueno entonces que lo sigas pasando bonito
- Gracias por llamarme
- Ya me necesitan te cuidas mucho. Está sonando mi celu
- Ok. Bye

Tarjetitas de saludo, mensajes por mail con corazones y absurdos muñequitos que bailan ridiculamente.

Ex amigos con que solía verme por alguna circunstancia del destino que, probablemente, unía nuestro quehacer diario, o semanal. Con el paso del tiempo ya las cosas cambian entonces sólo nos comunicabamos por teléfono. Posteriormente, y como era de esperarse, caímos en la rutina clásica de la ortodoxia de supérfluos, léase, religión sagrada de todos los estúpidos que teneis alrededor cuyas caracteristicas, entre otras, son el estupor mental varíante bloqueando mas o menos, a unos más que a otros, la región del pensamiento llevándolos a la rutinaria automatización consciente y voluntaria como forma elegida de vida.

Conversaba el otro día con un amigo argentino cuyo nombre no recuerdo o creo nunca supe. Le dicen el Che. Practico mi deporte favorito con él frecuentemente hace ya muchos años.

- Hey, che, llevo ya más de quince años jugando contigo y ni la más puta idea de tu nombre.
- Bueno al menos no tendrás que llamarme en mi cumple. Pues no sabrás por quien preguntar.
- Tampoco te llamaría si lo supiera. A menos que sea día de juego.

Siempre espero con particular alegría su llamada.

De pronto interrumpe otra llamada más. Suena el teléfono otra vez y estoy ya pensando en irme de la casa o descolgar el fono quizá regresar dentro de un año pero un día después de hoy.

Hoy naci hace cincuenta y cuatro
Ring ring
Diez mil ilusos piensan que caeré en su juego de estúpidos. Quizá superficialmente luzca para ellos como uno más. Pero, no moveré un sólo dedo para hacer que me vean de otro modo.

- Aló
- Hola Feliz Cumpleaños
- Gracias te acordaste
- ¿Y cómo la estás pasando?
- Bien ahí y tú
- También
- ¿Qué harás más tarde? Quizá te visite por la noche
- Genial. Años que no te veo
- Bueno entonces que lo sigas pasando bonito
- Gracias por llamarme
- Ya me necesitan te cuidas mucho. Está sonando mi celu
- Ok. Bye

Tarjetitas de saludo, mensajes por mail con corazones y absurdos muñequitos que bailan ridiculamente.

Ex amigos con que solía verme por alguna circunstancia del destino que, probablemente, unía nuestro quehacer diario, o semanal. Con el paso del tiempo ya las cosas cambian entonces sólo nos comunicabamos por teléfono. Posteriormente, y como era de esperarse, caímos en la rutina clásica de la ortodoxia de supérfluos, léase, religión sagrada de todos los estúpidos que teneis alrededor cuyas caracteristicas, entre otras, son el estupor mental varíante bloqueando mas o menos, a unos más que a otros, la región del pensamiento llevándolos a la rutinaria automatización consciente y voluntaria como forma elegida de vida.

Conversaba el otro día con un amigo argentino cuyo nombre no recuerdo o creo nunca supe. Le dicen el Che. Practico mi deporte favorito con él frecuentemente hace ya muchos años.

- Hey, che, llevo ya más de quince años jugando contigo y ni la más puta idea de tu nombre.
- Bueno al menos no tendrás que llamarme en mi cumple. Pues no sabrás por quien preguntar.
- Tampoco te llamaría si lo supiera. A menos que sea día de juego.

Siempre espero con particular alegría su llamada.

De pronto interrumpe otra llamada más. Suena el teléfono otra vez y estoy ya pensando en irme de la casa o descolgar el fono quizá regresar dentro de un año pero un día después de hoy.

Hoy naci hace sesenta y cuatro
Ring ring
Diez mil ilusos piensan que caeré en su juego de estúpidos. Quizá superficialmente luzca para ellos como uno más. Pero, no moveré un sólo dedo para hacer que me vean de otro modo.

- Aló
- Hola Feliz Cumpleaños
- Gracias te acordaste
- ¿Y cómo la estás pasando?
- Bien ahí y tú
- También
- ¿Qué harás más tarde? Quizá te visite por la noche
- Genial. Años que no te veo
- Bueno entonces que lo sigas pasando bonito
- Gracias por llamarme
- Ya me necesitan te cuidas mucho. Está sonando mi celu
- Ok. Bye

Tarjetitas de saludo, mensajes por mail con corazones y absurdos muñequitos que bailan ridiculamente.

Ex amigos con que solía verme por alguna circunstancia del destino que, probablemente, unía nuestro quehacer diario, o semanal. Con el paso del tiempo ya las cosas cambian entonces sólo nos comunicabamos por teléfono. Posteriormente, y como era de esperarse, caímos en la rutina clásica de la ortodoxia de supérfluos, léase, religión sagrada de todos los estúpidos que teneis alrededor cuyas caracteristicas, entre otras, son el estupor mental varíante bloqueando mas o menos, a unos más que a otros, la región del pensamiento llevándolos a la rutinaria automatización consciente y voluntaria como forma elegida de vida.

Conversaba el otro día con un amigo argentino cuyo nombre no recuerdo o creo nunca supe. Le dicen el Che. Practico mi deporte favorito con él frecuentemente hace ya muchos años.

- Hey, che, llevo ya más de quince años jugando contigo y ni la más puta idea de tu nombre.
- Bueno al menos no tendrás que llamarme en mi cumple. Pues no sabrás por quien preguntar.
- Tampoco te llamaría si lo supiera. A menos que sea día de juego.

Siempre espero con particular alegría su llamada.

De pronto interrumpe otra llamada más. Suena el teléfono otra vez y estoy ya pensando en irme de la casa o descolgar el fono quizá regresar dentro de un año pero un día después de hoy.

Hoy naci hace sesenta y cuatro
Ring ring
Diez mil ilusos piensan que caeré en su juego de estúpidos. Quizá superficialmente luzca para ellos como uno más. Pero, no moveré un sólo dedo para hacer que me vean de otro modo.

- Aló
- Hola Feliz Cumpleaños
- Gracias te acordaste
- ¿Y cómo la estás pasando?
- Bien ahí y tú
- También
- ¿Qué harás más tarde? Quizá te visite por la noche
- Genial. Años que no te veo
- Bueno entonces que lo sigas pasando bonito
- Gracias por llamarme
- Ya me necesitan te cuidas mucho. Está sonando mi celu
- Ok. Bye

Tarjetitas de saludo, mensajes por mail con corazones y absurdos muñequitos que bailan ridiculamente.

Ex amigos con que solía verme por alguna circunstancia del destino que, probablemente, unía nuestro quehacer diario, o semanal. Con el paso del tiempo ya las cosas cambian entonces sólo nos comunicabamos por teléfono. Posteriormente, y como era de esperarse, caímos en la rutina clásica de la ortodoxia de supérfluos, léase, religión sagrada de todos los estúpidos que teneis alrededor cuyas caracteristicas, entre otras, son el estupor mental varíante bloqueando mas o menos, a unos más que a otros, la región del pensamiento llevándolos a la rutinaria automatización consciente y voluntaria como forma elegida de vida.

Conversaba el otro día con un amigo argentino cuyo nombre no recuerdo o creo nunca supe. Le dicen el Che. Practico mi deporte favorito con él frecuentemente hace ya muchos años.

- Hey, che, llevo ya más de quince años jugando contigo y ni la más puta idea de tu nombre.
- Bueno al menos no tendrás que llamarme en mi cumple. Pues no sabrás por quien preguntar.
- Tampoco te llamaría si lo supiera. A menos que sea día de juego.

Siempre espero con particular alegría su llamada.

De pronto interrumpe otra llamada más. Suena el teléfono otra vez y estoy ya pensando en irme de la casa o descolgar el fono quizá regresar dentro de un año pero un día después de hoy.

Hoy naci hace sesenta y cuatro
Ring ring
Diez mil ilusos piensan que caeré en su juego de estúpidos. Quizá superficialmente luzca para ellos como uno más. Pero, no moveré un sólo dedo para hacer que me vean de otro modo.

- Aló
- Hola Feliz Cumpleaños
- Gracias te acordaste
- ¿Y cómo la estás pasando?
- Bien ahí y tú
- También
- ¿Qué harás más tarde? Quizá te visite por la noche
- Genial. Años que no te veo
- Bueno entonces que lo sigas pasando bonito
- Gracias por llamarme
- Ya me necesitan te cuidas mucho. Está sonando mi celu
- Ok. Bye

Tarjetitas de saludo, mensajes por mail con corazones y absurdos muñequitos que bailan ridiculamente.

Ex amigos con que solía verme por alguna circunstancia del destino que, probablemente, unía nuestro quehacer diario, o semanal. Con el paso del tiempo ya las cosas cambian entonces sólo nos comunicabamos por teléfono. Posteriormente, y como era de esperarse, caímos en la rutina clásica de la ortodoxia de supérfluos, léase, religión sagrada de todos los estúpidos que teneis alrededor cuyas caracteristicas, entre otras, son el estupor mental varíante bloqueando mas o menos, a unos más que a otros, la región del pensamiento llevándolos a la rutinaria automatización consciente y voluntaria como forma elegida de vida.

Conversaba el otro día con un amigo argentino cuyo nombre no recuerdo o creo nunca supe. Le dicen el Che. Practico mi deporte favorito con él frecuentemente hace ya muchos años.

- Hey, che, llevo ya más de quince años jugando contigo y ni la más puta idea de tu nombre.
- Bueno al menos no tendrás que llamarme en mi cumple. Pues no sabrás por quien preguntar.
- Tampoco te llamaría si lo supiera. A menos que sea día de juego.

Siempre espero con particular alegría su llamada.

De pronto interrumpe otra llamada más. Suena el teléfono otra vez y estoy ya pensando en irme de la casa o descolgar el fono quizá regresar dentro de un año pero un día después de hoy.

Hoy naci hace sesenta y cuatro
Ring ring
Diez mil ilusos piensan que caeré en su juego de estúpidos. Quizá superficialmente luzca para ellos como uno más. Pero, no moveré un sólo dedo para hacer que me vean de otro modo.

- Aló
- Hola Feliz Cumpleaños
- Gracias te acordaste
- ¿Y cómo la estás pasando?
- Bien ahí y tú
- También
- ¿Qué harás más tarde? Quizá te visite por la noche
- Genial. Años que no te veo
- Bueno entonces que lo sigas pasando bonito
- Gracias por llamarme
- Ya me necesitan te cuidas mucho. Está sonando mi celu
- Ok. Bye

Tarjetitas de saludo, mensajes por mail con corazones y absurdos muñequitos que bailan ridiculamente.

Ex amigos con que solía verme por alguna circunstancia del destino que, probablemente, unía nuestro quehacer diario, o semanal. Con el paso del tiempo ya las cosas cambian entonces sólo nos comunicabamos por teléfono. Posteriormente, y como era de esperarse, caímos en la rutina clásica de la ortodoxia de supérfluos, léase, religión sagrada de todos los estúpidos que teneis alrededor cuyas caracteristicas, entre otras, son el estupor mental varíante bloqueando mas o menos, a unos más que a otros, la región del pensamiento llevándolos a la rutinaria automatización consciente y voluntaria como forma elegida de vida.

Conversaba el otro día con un amigo argentino cuyo nombre no recuerdo o creo nunca supe. Le dicen el Che. Practico mi deporte favorito con él frecuentemente hace ya muchos años.

- Hey, che, llevo ya más de quince años jugando contigo y ni la más puta idea de tu nombre.
- Bueno al menos no tendrás que llamarme en mi cumple. Pues no sabrás por quien preguntar.
- Tampoco te llamaría si lo supiera. A menos que sea día de juego.

Siempre espero con particular alegría su llamada.

De pronto interrumpe otra llamada más. Suena el teléfono otra vez y estoy ya pensando en irme de la casa o descolgar el fono quizá regresar dentro de un año pero un día después de hoy.

Hoy naci hace sesentidos
Ring ring
Diez mil ilusos piensan que caeré en su juego de estúpidos. Quizá superficialmente luzca para ellos como uno más. Pero, no moveré un sólo dedo para hacer que me vean de otro modo.

- Aló
- Hola Feliz Cumpleaños
- Gracias te acordaste
- ¿Y cómo la estás pasando?
- Bien ahí y tú
- También
- ¿Qué harás más tarde? Quizá te visite por la noche
- Genial. Años que no te veo
- Bueno entonces que lo sigas pasando bonito
- Gracias por llamarme
- Ya me necesitan te cuidas mucho. Está sonando mi celu
- Ok. Bye

Tarjetitas de saludo, mensajes por mail con corazones y absurdos muñequitos que bailan ridiculamente.

Ex amigos con que solía verme por alguna circunstancia del destino que, probablemente, unía nuestro quehacer diario, o semanal. Con el paso del tiempo ya las cosas cambian entonces sólo nos comunicabamos por teléfono. Posteriormente, y como era de esperarse, caímos en la rutina clásica de la ortodoxia de supérfluos, léase, religión sagrada de todos los estúpidos que teneis alrededor cuyas caracteristicas, entre otras, son el estupor mental varíante bloqueando mas o menos, a unos más que a otros, la región del pensamiento llevándolos a la rutinaria automatización consciente y voluntaria como forma elegida de vida.

Conversaba el otro día con un amigo argentino cuyo nombre no recuerdo o creo nunca supe. Le dicen el Che. Practico mi deporte favorito con él frecuentemente hace ya muchos años.

- Hey, che, llevo ya más de quince años jugando contigo y ni la más puta idea de tu nombre.
- Bueno al menos no tendrás que llamarme en mi cumple. Pues no sabrás por quien preguntar.
- Tampoco te llamaría si lo supiera. A menos que sea día de juego.

Siempre espero con particular alegría su llamada.

De pronto interrumpe otra llamada más. Suena el teléfono otra vez y estoy ya pensando en irme de la casa o descolgar el fono quizá regresar dentro de un año pero un día después de hoy.

Hoy naci hace sesentiocho
Ring ring
Diez mil ilusos piensan que caeré en su juego de estúpidos. Quizá superficialmente luzca para ellos como uno más. Pero, no moveré un sólo dedo para hacer que me vean de otro modo.

- Aló
- Hola Feliz Cumpleaños
- Gracias te acordaste
- ¿Y cómo la estás pasando?
- Bien ahí y tú
- También
- ¿Qué harás más tarde? Quizá te visite por la noche
- Genial. Años que no te veo
- Bueno entonces que lo sigas pasando bonito
- Gracias por llamarme
- Ya me necesitan te cuidas mucho. Está sonando mi celu
- Ok. Bye

Tarjetitas de saludo, mensajes por mail con corazones y absurdos muñequitos que bailan ridiculamente.

Ex amigos con que solía verme por alguna circunstancia del destino que, probablemente, unía nuestro quehacer diario, o semanal. Con el paso del tiempo ya las cosas cambian entonces sólo nos comunicabamos por teléfono. Posteriormente, y como era de esperarse, caímos en la rutina clásica de la ortodoxia de supérfluos, léase, religión sagrada de todos los estúpidos que teneis alrededor cuyas caracteristicas, entre otras, son el estupor mental varíante bloqueando mas o menos, a unos más que a otros, la región del pensamiento llevándolos a la rutinaria automatización consciente y voluntaria como forma elegida de vida.

Conversaba el otro día con un amigo argentino cuyo nombre no recuerdo o creo nunca supe. Le dicen el Che. Practico mi deporte favorito con él frecuentemente hace ya muchos años.

- Hey, che, llevo ya más de quince años jugando contigo y ni la más puta idea de tu nombre.
- Bueno al menos no tendrás que llamarme en mi cumple. Pues no sabrás por quien preguntar.
- Tampoco te llamaría si lo supiera. A menos que sea día de juego.

Siempre espero con particular alegría su llamada.

De pronto interrumpe otra llamada más. Suena el teléfono otra vez y estoy ya pensando en irme de la casa o descolgar el fono quizá regresar dentro de un año pero un día después de hoy.

Hoy naci hace sesentinueve
Ring ring
Diez mil ilusos piensan que caeré en su juego de estúpidos. Quizá superficialmente luzca para ellos como uno más. Pero, no moveré un sólo dedo para hacer que me vean de otro modo.

- Aló
- Hola Feliz Cumpleaños
- Gracias te acordaste
- ¿Y cómo la estás pasando?
- Bien ahí y tú
- También
- ¿Qué harás más tarde? Quizá te visite por la noche
- Genial. Años que no te veo
- Bueno entonces que lo sigas pasando bonito
- Gracias por llamarme
- Ya me necesitan te cuidas mucho. Está sonando mi celu
- Ok. Bye

Tarjetitas de saludo, mensajes por mail con corazones y absurdos muñequitos que bailan ridiculamente.

Ex amigos con que solía verme por alguna circunstancia del destino que, probablemente, unía nuestro quehacer diario, o semanal. Con el paso del tiempo ya las cosas cambian entonces sólo nos comunicabamos por teléfono. Posteriormente, y como era de esperarse, caímos en la rutina clásica de la ortodoxia de supérfluos, léase, religión sagrada de todos los estúpidos que teneis alrededor cuyas caracteristicas, entre otras, son el estupor mental varíante bloqueando mas o menos, a unos más que a otros, la región del pensamiento llevándolos a la rutinaria automatización consciente y voluntaria como forma elegida de vida.

Conversaba el otro día con un amigo argentino cuyo nombre no recuerdo o creo nunca supe. Le dicen el Che. Practico mi deporte favorito con él frecuentemente hace ya muchos años.

- Hey, che, llevo ya más de quince años jugando contigo y ni la más puta idea de tu nombre.
- Bueno al menos no tendrás que llamarme en mi cumple. Pues no sabrás por quien preguntar.
- Tampoco te llamaría si lo supiera. A menos que sea día de juego.

Siempre espero con particular alegría su llamada.

De pronto interrumpe otra llamada más. Suena el teléfono otra vez y estoy ya pensando en irme de la casa o descolgar el fono quizá regresar dentro de un año pero un día después de hoy.

Hoy naci hace sesentinueve
Ring ring
Diez mil ilusos piensan que caeré en su juego de estúpidos. Quizá superficialmente luzca para ellos como uno más. Pero, no moveré un sólo dedo para hacer que me vean de otro modo.

- Aló
- Hola Feliz Cumpleaños
- Gracias te acordaste
- ¿Y cómo la estás pasando?
- Bien ahí y tú
- También
- ¿Qué harás más tarde? Quizá te visite por la noche
- Genial. Años que no te veo
- Bueno entonces que lo sigas pasando bonito
- Gracias por llamarme
- Ya me necesitan te cuidas mucho. Está sonando mi celu
- Ok. Bye

Tarjetitas de saludo, mensajes por mail con corazones y absurdos muñequitos que bailan ridiculamente.

Ex amigos con que solía verme por alguna circunstancia del destino que, probablemente, unía nuestro quehacer diario, o semanal. Con el paso del tiempo ya las cosas cambian entonces sólo nos comunicabamos por teléfono. Posteriormente, y como era de esperarse, caímos en la rutina clásica de la ortodoxia de supérfluos, léase, religión sagrada de todos los estúpidos que teneis alrededor cuyas caracteristicas, entre otras, son el estupor mental varíante bloqueando mas o menos, a unos más que a otros, la región del pensamiento llevándolos a la rutinaria automatización consciente y voluntaria como forma elegida de vida.

Conversaba el otro día con un amigo argentino cuyo nombre no recuerdo o creo nunca supe. Le dicen el Che. Practico mi deporte favorito con él frecuentemente hace ya muchos años.

- Hey, che, llevo ya más de quince años jugando contigo y ni la más puta idea de tu nombre.
- Bueno al menos no tendrás que llamarme en mi cumple. Pues no sabrás por quien preguntar.
- Tampoco te llamaría si lo supiera. A menos que sea día de juego.

Siempre espero con particular alegría su llamada.

De pronto interrumpe otra llamada más. Suena el teléfono otra vez y estoy ya pensando en irme de la casa o descolgar el fono quizá regresar dentro de un año pero un día después de hoy.

Hoy naci hace sesentinueve
Ring ring
Diez mil ilusos piensan que caeré en su juego de estúpidos. Quizá superficialmente luzca para ellos como uno más. Pero, no moveré un sólo dedo para hacer que me vean de otro modo.

- Aló
- Hola Feliz Cumpleaños
- Gracias te acordaste
- ¿Y cómo la estás pasando?
- Bien ahí y tú
- También
- ¿Qué harás más tarde? Quizá te visite por la noche
- Genial. Años que no te veo
- Bueno entonces que lo sigas pasando bonito
- Gracias por llamarme
- Ya me necesitan te cuidas mucho. Está sonando mi celu
- Ok. Bye

Tarjetitas de saludo, mensajes por mail con corazones y absurdos muñequitos que bailan ridiculamente.

Ex amigos con que solía verme por alguna circunstancia del destino que, probablemente, unía nuestro quehacer diario, o semanal. Con el paso del tiempo ya las cosas cambian entonces sólo nos comunicabamos por teléfono. Posteriormente, y como era de esperarse, caímos en la rutina clásica de la ortodoxia de supérfluos, léase, religión sagrada de todos los estúpidos que teneis alrededor cuyas caracteristicas, entre otras, son el estupor mental varíante bloqueando mas o menos, a unos más que a otros, la región del pensamiento llevándolos a la rutinaria automatización consciente y voluntaria como forma elegida de vida.

Conversaba el otro día con un amigo argentino cuyo nombre no recuerdo o creo nunca supe. Le dicen el Che. Practico mi deporte favorito con él frecuentemente hace ya muchos años.

- Hey, che, llevo ya más de quince años jugando contigo y ni la más puta idea de tu nombre.
- Bueno al menos no tendrás que llamarme en mi cumple. Pues no sabrás por quien preguntar.
- Tampoco te llamaría si lo supiera. A menos que sea día de juego.

Siempre espero con particular alegría su llamada.

De pronto interrumpe otra llamada más. Suena el teléfono otra vez y estoy ya pensando en irme de la casa o descolgar el fono quizá regresar dentro de un año pero un día después de hoy.

Hoy naci hace sesentinueve
Ring ring
Diez mil ilusos piensan que caeré en su juego de estúpidos. Quizá superficialmente luzca para ellos como uno más. Pero, no moveré un sólo dedo para hacer que me vean de otro modo.

- Aló
- Hola Feliz Cumpleaños
- Gracias te acordaste
- ¿Y cómo la estás pasando?
- Bien ahí y tú
- También
- ¿Qué harás más tarde? Quizá te visite por la noche
- Genial. Años que no te veo
- Bueno entonces que lo sigas pasando bonito
- Gracias por llamarme
- Ya me necesitan te cuidas mucho. Está sonando mi celu
- Ok. Bye

Tarjetitas de saludo, mensajes por mail con corazones y absurdos muñequitos que bailan ridiculamente.

Ex amigos con que solía verme por alguna circunstancia del destino que, probablemente, unía nuestro quehacer diario, o semanal. Con el paso del tiempo ya las cosas cambian entonces sólo nos comunicabamos por teléfono. Posteriormente, y como era de esperarse, caímos en la rutina clásica de la ortodoxia de supérfluos, léase, religión sagrada de todos los estúpidos que teneis alrededor cuyas caracteristicas, entre otras, son el estupor mental varíante bloqueando mas o menos, a unos más que a otros, la región del pensamiento llevándolos a la rutinaria automatización consciente y voluntaria como forma elegida de vida.

Conversaba el otro día con un amigo argentino cuyo nombre no recuerdo o creo nunca supe. Le dicen el Che. Practico mi deporte favorito con él frecuentemente hace ya muchos años.

- Hey, che, llevo ya más de quince años jugando contigo y ni la más puta idea de tu nombre.
- Bueno al menos no tendrás que llamarme en mi cumple. Pues no sabrás por quien preguntar.
- Tampoco te llamaría si lo supiera. A menos que sea día de juego.

Siempre espero con particular alegría su llamada.

De pronto interrumpe otra llamada más. Suena el teléfono otra vez y estoy ya pensando en irme de la casa o descolgar el fono quizá regresar dentro de un año pero un día después de hoy.

Hoy naci hace sesentinueve
Ring ring
Diez mil ilusos piensan que caeré en su juego de estúpidos. Quizá superficialmente luzca para ellos como uno más. Pero, no moveré un sólo dedo para hacer que me vean de otro modo.

- Aló
- Hola Feliz Cumpleaños
- Gracias te acordaste
- ¿Y cómo la estás pasando?
- Bien ahí y tú
- También
- ¿Qué harás más tarde? Quizá te visite por la noche
- Genial. Años que no te veo
- Bueno entonces que lo sigas pasando bonito
- Gracias por llamarme
- Ya me necesitan te cuidas mucho. Está sonando mi celu
- Ok. Bye

Tarjetitas de saludo, mensajes por mail con corazones y absurdos muñequitos que bailan ridiculamente.

Ex amigos con que solía verme por alguna circunstancia del destino que, probablemente, unía nuestro quehacer diario, o semanal. Con el paso del tiempo ya las cosas cambian entonces sólo nos comunicabamos por teléfono. Posteriormente, y como era de esperarse, caímos en la rutina clásica de la ortodoxia de supérfluos, léase, religión sagrada de todos los estúpidos que teneis alrededor cuyas caracteristicas, entre otras, son el estupor mental varíante bloqueando mas o menos, a unos más que a otros, la región del pensamiento llevándolos a la rutinaria automatización consciente y voluntaria como forma elegida de vida.

Conversaba el otro día con un amigo argentino cuyo nombre no recuerdo o creo nunca supe. Le dicen el Che. Practico mi deporte favorito con él frecuentemente hace ya muchos años.

- Hey, che, llevo ya más de quince años jugando contigo y ni la más puta idea de tu nombre.
- Bueno al menos no tendrás que llamarme en mi cumple. Pues no sabrás por quien preguntar.
- Tampoco te llamaría si lo supiera. A menos que sea día de juego.

Siempre espero con particular alegría su llamada.

De pronto interrumpe otra llamada más. Suena el teléfono otra vez y estoy ya pensando en irme de la casa o descolgar el fono quizá regresar dentro de un año pero un día después de hoy.

Hoy naci hace sesentinueve
Ring ring
Diez mil ilusos piensan que caeré en su juego de estúpidos. Quizá superficialmente luzca para ellos como uno más. Pero, no moveré un sólo dedo para hacer que me vean de otro modo.

- Aló
- Hola Feliz Cumpleaños
- Gracias te acordaste
- ¿Y cómo la estás pasando?
- Bien ahí y tú
- También
- ¿Qué harás más tarde? Quizá te visite por la noche
- Genial. Años que no te veo
- Bueno entonces que lo sigas pasando bonito
- Gracias por llamarme
- Ya me necesitan te cuidas mucho. Está sonando mi celu
- Ok. Bye

Tarjetitas de saludo, mensajes por mail con corazones y absurdos muñequitos que bailan ridiculamente.

Ex amigos con que solía verme por alguna circunstancia del destino que, probablemente, unía nuestro quehacer diario, o semanal. Con el paso del tiempo ya las cosas cambian entonces sólo nos comunicabamos por teléfono. Posteriormente, y como era de esperarse, caímos en la rutina clásica de la ortodoxia de supérfluos, léase, religión sagrada de todos los estúpidos que teneis alrededor cuyas caracteristicas, entre otras, son el estupor mental varíante bloqueando mas o menos, a unos más que a otros, la región del pensamiento llevándolos a la rutinaria automatización consciente y voluntaria como forma elegida de vida.

Conversaba el otro día con un amigo argentino cuyo nombre no recuerdo o creo nunca supe. Le dicen el Che. Practico mi deporte favorito con él frecuentemente hace ya muchos años.

- Hey, che, llevo ya más de quince años jugando contigo y ni la más puta idea de tu nombre.
- Bueno al menos no tendrás que llamarme en mi cumple. Pues no sabrás por quien preguntar.
- Tampoco te llamaría si lo supiera. A menos que sea día de juego.

Siempre espero con particular alegría su llamada.

De pronto interrumpe otra llamada más. Suena el teléfono otra vez y estoy ya pensando en irme de la casa o descolgar el fono quizá regresar dentro de un año pero un día después de hoy.

Hoy naci hace sesentinueve
Ring ring
Diez mil ilusos piensan que caeré en su juego de estúpidos. Quizá superficialmente luzca para ellos como uno más. Pero, no moveré un sólo dedo para hacer que me vean de otro modo.

- Aló
- Hola Feliz Cumpleaños
- Gracias te acordaste
- ¿Y cómo la estás pasando?
- Bien ahí y tú
- También
- ¿Qué harás más tarde? Quizá te visite por la noche
- Genial. Años que no te veo
- Bueno entonces que lo sigas pasando bonito
- Gracias por llamarme
- Ya me necesitan te cuidas mucho. Está sonando mi celu
- Ok. Bye

Tarjetitas de saludo, mensajes por mail con corazones y absurdos muñequitos que bailan ridiculamente.

Ex amigos con que solía verme por alguna circunstancia del destino que, probablemente, unía nuestro quehacer diario, o semanal. Con el paso del tiempo ya las cosas cambian entonces sólo nos comunicabamos por teléfono. Posteriormente, y como era de esperarse, caímos en la rutina clásica de la ortodoxia de supérfluos, léase, religión sagrada de todos los estúpidos que teneis alrededor cuyas caracteristicas, entre otras, son el estupor mental varíante bloqueando mas o menos, a unos más que a otros, la región del pensamiento llevándolos a la rutinaria automatización consciente y voluntaria como forma elegida de vida.

Conversaba el otro día con un amigo argentino cuyo nombre no recuerdo o creo nunca supe. Le dicen el Che. Practico mi deporte favorito con él frecuentemente hace ya muchos años.

- Hey, che, llevo ya más de quince años jugando contigo y ni la más puta idea de tu nombre.
- Bueno al menos no tendrás que llamarme en mi cumple. Pues no sabrás por quien preguntar.
- Tampoco te llamaría si lo supiera. A menos que sea día de juego.

Siempre espero con particular alegría su llamada.

De pronto interrumpe otra llamada más. Suena el teléfono otra vez y estoy ya pensando en irme de la casa o descolgar el fono quizá regresar dentro de un año pero un día después de hoy.

Hoy naci hace sesentinueve
Ring ring
Diez mil ilusos piensan que caeré en su juego de estúpidos. Quizá superficialmente luzca para ellos como uno más. Pero, no moveré un sólo dedo para hacer que me vean de otro modo.

- Aló
- Hola Feliz Cumpleaños
- Gracias te acordaste
- ¿Y cómo la estás pasando?
- Bien ahí y tú
- También
- ¿Qué harás más tarde? Quizá te visite por la noche
- Genial. Años que no te veo
- Bueno entonces que lo sigas pasando bonito
- Gracias por llamarme
- Ya me necesitan te cuidas mucho. Está sonando mi celu
- Ok. Bye

Tarjetitas de saludo, mensajes por mail con corazones y absurdos muñequitos que bailan ridiculamente.

Ex amigos con que solía verme por alguna circunstancia del destino que, probablemente, unía nuestro quehacer diario, o semanal. Con el paso del tiempo ya las cosas cambian entonces sólo nos comunicabamos por teléfono. Posteriormente, y como era de esperarse, caímos en la rutina clásica de la ortodoxia de supérfluos, léase, religión sagrada de todos los estúpidos que teneis alrededor cuyas caracteristicas, entre otras, son el estupor mental varíante bloqueando mas o menos, a unos más que a otros, la región del pensamiento llevándolos a la rutinaria automatización consciente y voluntaria como forma elegida de vida.

Conversaba el otro día con un amigo argentino cuyo nombre no recuerdo o creo nunca supe. Le dicen el Che. Practico mi deporte favorito con él frecuentemente hace ya muchos años.

- Hey, che, llevo ya más de quince años jugando contigo y ni la más puta idea de tu nombre.
- Bueno al menos no tendrás que llamarme en mi cumple. Pues no sabrás por quien preguntar.
- Tampoco te llamaría si lo supiera. A menos que sea día de juego.

Siempre espero con particular alegría su llamada.

De pronto interrumpe otra llamada más. Suena el teléfono otra vez y estoy ya pensando en irme de la casa o descolgar el fono quizá regresar dentro de un año pero un día después de hoy.

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Diez mil ilusos piensan que caeré en su juego de estúpidos. Quizá superficialmente luzca para ellos como uno más. Pero, no moveré un sólo dedo para hacer que me vean de otro modo.

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Ex amigos con que solía verme por alguna circunstancia del destino que, probablemente, unía nuestro quehacer diario, o semanal. Con el paso del tiempo ya las cosas cambian entonces sólo nos comunicabamos por teléfono. Posteriormente, y como era de esperarse, caímos en la rutina clásica de la ortodoxia de supérfluos, léase, religión sagrada de todos los estúpidos que teneis alrededor cuyas caracteristicas, entre otras, son el estupor mental varíante bloqueando mas o menos, a unos más que a otros, la región del pensamiento llevándolos a la rutinaria automatización consciente y voluntaria como forma elegida de vida.

Conversaba el otro día con un amigo argentino cuyo nombre no recuerdo o creo nunca supe. Le dicen el Che. Practico mi deporte favorito con él frecuentemente hace ya muchos años.

- Hey, che, llevo ya más de quince años jugando contigo y ni la más puta idea de tu nombre.
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- Tampoco te llamaría si lo supiera. A menos que sea día de juego.

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- Aló
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- ¿Qué harás más tarde? Quizá te visite por la noche
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Ex amigos con que solía verme por alguna circunstancia del destino que, probablemente, unía nuestro quehacer diario, o semanal. Con el paso del tiempo ya las cosas cambian entonces sólo nos comunicabamos por teléfono. Posteriormente, y como era de esperarse, caímos en la rutina clásica de la ortodoxia de supérfluos, léase, religión sagrada de todos los estúpidos que teneis alrededor cuyas caracteristicas, entre otras, son el estupor mental varíante bloqueando mas o menos, a unos más que a otros, la región del pensamiento llevándolos a la rutinaria automatización consciente y voluntaria como forma elegida de vida.

Conversaba el otro día con un amigo argentino cuyo nombre no recuerdo o creo nunca supe. Le dicen el Che. Practico mi deporte favorito con él frecuentemente hace ya muchos años.

- Hey, che, llevo ya más de quince años jugando contigo y ni la más puta idea de tu nombre.
- Bueno al menos no tendrás que llamarme en mi cumple. Pues no sabrás por quien preguntar.
- Tampoco te llamaría si lo supiera. A menos que sea día de juego.

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Conversaba el otro día con un amigo argentino cuyo nombre no recuerdo o creo nunca supe. Le dicen el Che. Practico mi deporte favorito con él frecuentemente hace ya muchos años.

- Hey, che, llevo ya más de quince años jugando contigo y ni la más puta idea de tu nombre.
- Bueno al menos no tendrás que llamarme en mi cumple. Pues no sabrás por quien preguntar.
- Tampoco te llamaría si lo supiera. A menos que sea día de juego.

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Diez mil ilusos piensan que caeré en su juego de estúpidos. Quizá superficialmente luzca para ellos como uno más. Pero, no moveré un sólo dedo para hacer que me vean de otro modo.

- Aló
- Hola Feliz Cumpleaños
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- ¿Y cómo la estás pasando?
- Bien ahí y tú
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- ¿Qué harás más tarde? Quizá te visite por la noche
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- Bueno entonces que lo sigas pasando bonito
- Gracias por llamarme
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Tarjetitas de saludo, mensajes por mail con corazones y absurdos muñequitos que bailan ridiculamente.

Ex amigos con que solía verme por alguna circunstancia del destino que, probablemente, unía nuestro quehacer diario, o semanal. Con el paso del tiempo ya las cosas cambian entonces sólo nos comunicabamos por teléfono. Posteriormente, y como era de esperarse, caímos en la rutina clásica de la ortodoxia de supérfluos, léase, religión sagrada de todos los estúpidos que teneis alrededor cuyas caracteristicas, entre otras, son el estupor mental varíante bloqueando mas o menos, a unos más que a otros, la región del pensamiento llevándolos a la rutinaria automatización consciente y voluntaria como forma elegida de vida.

Conversaba el otro día con un amigo argentino cuyo nombre no recuerdo o creo nunca supe. Le dicen el Che. Practico mi deporte favorito con él frecuentemente hace ya muchos años.

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- Tampoco te llamaría si lo supiera. A menos que sea día de juego.

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Conversaba el otro día con un amigo argentino cuyo nombre no recuerdo o creo nunca supe. Le dicen el Che. Practico mi deporte favorito con él frecuentemente hace ya muchos años.

- Hey, che, llevo ya más de quince años jugando contigo y ni la más puta idea de tu nombre.
- Bueno al menos no tendrás que llamarme en mi cumple. Pues no sabrás por quien preguntar.
- Tampoco te llamaría si lo supiera. A menos que sea día de juego.

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Conversaba el otro día con un amigo argentino cuyo nombre no recuerdo o creo nunca supe. Le dicen el Che. Practico mi deporte favorito con él frecuentemente hace ya muchos años.

- Hey, che, llevo ya más de quince años jugando contigo y ni la más puta idea de tu nombre.
- Bueno al menos no tendrás que llamarme en mi cumple. Pues no sabrás por quien preguntar.
- Tampoco te llamaría si lo supiera. A menos que sea día de juego.

Siempre espero con particular alegría su llamada.

De pronto interrumpe otra llamada más. Suena el teléfono otra vez y estoy ya pensando en irme de la casa o descolgar el fono quizá regresar dentro de un año pero un día después de hoy.

Hoy naci hace sesentinueve
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Diez mil ilusos piensan que caeré en su juego de estúpidos. Quizá superficialmente luzca para ellos como uno más. Pero, no moveré un sólo dedo para hacer que me vean de otro modo.

- Aló
- Hola Feliz Cumpleaños
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- ¿Y cómo la estás pasando?
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- Gracias por llamarme
- Ya me necesitan te cuidas mucho. Está sonando mi celu
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Ex amigos con que solía verme por alguna circunstancia del destino que, probablemente, unía nuestro quehacer diario, o semanal. Con el paso del tiempo ya las cosas cambian entonces sólo nos comunicabamos por teléfono. Posteriormente, y como era de esperarse, caímos en la rutina clásica de la ortodoxia de supérfluos, léase, religión sagrada de todos los estúpidos que teneis alrededor cuyas caracteristicas, entre otras, son el estupor mental varíante bloqueando mas o menos, a unos más que a otros, la región del pensamiento llevándolos a la rutinaria automatización consciente y voluntaria como forma elegida de vida.

Conversaba el otro día con un amigo argentino cuyo nombre no recuerdo o creo nunca supe. Le dicen el Che. Practico mi deporte favorito con él frecuentemente hace ya muchos años.

- Hey, che, llevo ya más de quince años jugando contigo y ni la más puta idea de tu nombre.
- Bueno al menos no tendrás que llamarme en mi cumple. Pues no sabrás por quien preguntar.
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De pronto interrumpe otra llamada más. Suena el teléfono otra vez y estoy ya pensando en irme de la casa o descolgar el fono quizá regresar dentro de un año pero un día después de hoy.

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Diez mil ilusos piensan que caeré en su juego de estúpidos. Quizá superficialmente luzca para ellos como uno más. Pero, no moveré un sólo dedo para hacer que me vean de otro modo.

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Siempre espero con particular alegría su llamada.

De pronto interrumpe otra llamada más. Suena el teléfono otra vez y estoy ya pensando en irme de la casa o descolgar el fono quizá regresar dentro de un año pero un día después de hoy.

Hoy naci hace noventainueve
Ring ring
Diez mil ilusos piensan que caeré en su juego de estúpidos. Quizá superficialmente luzca para ellos como uno más. Pero, no moveré un sólo dedo para hacer que me vean de otro modo.

- Aló
- Hola Feliz Cumpleaños
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- Gracias por llamarme
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Tarjetitas de saludo, mensajes por mail con corazones y absurdos muñequitos que bailan ridiculamente.

Ex amigos con que solía verme por alguna circunstancia del destino que, probablemente, unía nuestro quehacer diario, o semanal. Con el paso del tiempo ya las cosas cambian entonces sólo nos comunicabamos por teléfono. Posteriormente, y como era de esperarse, caímos en la rutina clásica de la ortodoxia de supérfluos, léase, religión sagrada de todos los estúpidos que teneis alrededor cuyas caracteristicas, entre otras, son el estupor mental varíante bloqueando mas o menos, a unos más que a otros, la región del pensamiento llevándolos a la rutinaria automatización consciente y voluntaria como forma elegida de vida.

Conversaba el otro día con un amigo argentino cuyo nombre no recuerdo o creo nunca supe. Le dicen el Che. Practico mi deporte favorito con él frecuentemente hace ya muchos años.

- Hey, che, llevo ya más de quince años jugando contigo y ni la más puta idea de tu nombre.
- Bueno al menos no tendrás que llamarme en mi cumple. Pues no sabrás por quien preguntar.
- Tampoco te llamaría si lo supiera. A menos que sea día de juego.

Siempre espero con particular alegría su llamada.

De pronto interrumpe otra llamada más. Suena el teléfono otra vez y estoy ya pensando en irme de la casa o descolgar el fono quizá regresar dentro de un año pero un día después de hoy.

Texto agregado el 10-06-2006, y leído por 106 visitantes. (0 votos)


Lectores Opinan
10-06-2006 ... casi inevitable. para mi cumpleaños me voy a las montañas no se molesten. muchos saludos! sussekatze
10-06-2006 Feliz cumpleaños, si tuviera tru fono te llamaba, pero cumples 69 años muchas veces.. Legnais
 
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