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[C:20071]



Habías dibujado niños cabalgando sobre nubes de crayola. Fue por eso que me detuve a mirar tu puerta. Al ver los dibujitos recordé todo el tiempo que llevaba viajando y dejé caer lo que traía en los brazos. Muerto de cansancio me empecé a sentir en un lugar lleno de camas. Las otras puertas por donde pasaba tenían muchas líneas que no lograba comprender. Algunas eran realmente bonitas, tú también las has visto. Quiero decir que habían escogido los colores exactos pero verás, después de unos minutos sentía que no tenía nada mío ahí y seguía caminando. Tus dibujos me mojaron las zapatillas. Fue por eso que me no pude dar un paso mas y guaradándome el miedo al bolsillo me puse a tocar la puerta.

Cuando abriste no me preguntaste qué buscaba ni revisaste mi mochila como suelen hacer. Sólo te me quedaste mirando con esos ojos de lluvia que tienes. Yo no podía creer que fueras como de mi edad y que me estuvieras dejando entrar al cuarto. Tomé una ducha en tu bañera mientras tú me contabas cosas gritando. Tenías muchas ganas de hablar. Cuando salí del baño ya éramos amigos y jugamos sobre la cama con algunos juguetes que sacaste del armario. También revisamos todo lo que yo traía en la mochila. Tenía cosas que ya había olvidado y te regalé las que más te gustaron. Las ponías feliz sobre tus mesas y paredes. Yo estaba sintiéndome nervioso de que fueras tan bonita pero trataba de fingir que no para no arruinar la diversión. Ese primer día nos quedamos dormidos sin darnos cuenta y al día siguiente ya nos pareció tan natural estar ahí, juntos, que ninguno de los dos dijo nada de irse o ándate. En cambio nos dimos una sonrisa enorme de bienvenida y seguimos la vida en la habitación sin firmar pactos ni nada.

Me di cuenta de que a eso del mediodía te quedas dormida sin razón alguna. Decidí entonces que era buena hora de ponerse a cocinar y a escuchar música. - Hay algunas ranas aquí – recuerdo haber pensado la primera vez que vi un par escondiéndose atrás del espejo. No le di mucha importancia, de hecho, me causó una sonrisa el gracioso verde de su piel tan bonita y escurridiza. Como a eso de las tres de la tarde te levantas con mucha hambre. Por suerte te ha gustado la comida que preparo y te comes hasta el último grano de arroz. Yo de alegría me pongo a cantar y después resulta que tú también habías oído las mismas canciones y nos caemos para atrás del asombro. – Mira allá hay otra! Ah.. ya déjalo.. ya se metió atrás de la cocina.

Ayer pegamos las orejas a las paredes y hemos descubierto que hay personas en las otras habitaciones de este pasadizo. Al parecer también están teniéndo visitas de algunas ranas. Te pusiste a darle golpecitos a las paredes y del otro lado te contestaban. Parecias muy divertida y yo también me reia. De tanta risa nos quedamos dormidos. Es mi parte favorita pues es invierno y tu respiración se cola por todas las sábanas poniéndolas tibias. Al amanecer tres ranas nos miraban desde la mesita de noche y otras dos desde el tocadiscos. Que raro ha sido ¿no?

Siempre andamos inventando cosas para pasarnos el dia contentos. Como cuando saco las témperas y te pinto aunque te escapes. O como aquella vez en que desperté y te estabas muriendo de la risa porque habías cometido la travesura de sacar todas las latas de cerveza que tenías. Bebimos tanto que terminamos llamándonos de formas inexplicables. Le dimos un poco a las ranas pero no querian las tontas! Hacían negación con la cabeza y la pata. A veces son cosas ridículas las que inventamos pero igual terminamos en el suelo de la risa o pegados al techo de la desesperación.

Por ratos he pensado que todo eso no ha ayuda mucho pues se nos han trepado todas las ranas a las paredes. Yo no sabía que eran como las moscas que no se caen pero ya las ves. Están hasta en el techo y desde acá, echados en la cama, las vemos a todas como si fuesen constelaciones. Ellas también están un poco asustadas. Claro, no tanto como nosotros. Por debajo de las cobijas, tu mano me ha convertido en piano los dedos y yo quisiera saber que no lo has hecho sólo por los nervios de tener aquí los bichos estos. Al fin y al cabo somos solo desconocidos. Mira! allá en la esquina una está caminando encima de las otras. Já. Ya te estás riendo.

Yo creo que esta es una escena bonita vista desde afuera. Desde acá adentro, es terrible y tengo ganas de salir corriendo contigo a un lugar normal, a una habitación sin ranas. Anoche dormimos abrazados por primera vez. No sé si fuiste tú o yo quien lo sugirió pero al menos por un momento nos olvidamos de ellas. Yo me quedé despierto un poco más y escuché que algunas que dormían en el techo cayeron sobre la cama. Tú estabas soñando muy profundo pero igual sentiste el desorden y me abrazaste un poco más cerca hasta que nuestras rodillas se tocaron. Yo me quedé quieto como mordido por una cobra.

Por la mañana junto con el desayuno nos seguimos trayendo las historias a la cama. Tu me cuentas de cuando eras un puzzle y no te sabían armar y yo te cuento de cuando comía pastillas de colores. Siempre reímos mucho. Miramos de reojo a las ranas, y disimulando no percibirlo, reímos mucho de nuevo. Lo cierto, al fin y al cabo, es que día a día están reproduciéndose como si nada les importase.

Cuando duermes yo me levanto, las espanto con el pie y busco como loco debajo de la cama, por la ventana, atrás del armario y en los huecos de los ratones... una salida, una pared fácil de derrumbar, un pasaje secreto para escaparnos y llevarte a un lugar mas feliz, más parecido a ti. Después vuelvo a la cama sin soluciones, desesperado. Al rato recuerdo en que aún no he buscado en tal o cual lugar y me duermo más tranquilo de saber que aún hay esperanzas.

De una de las otras habitaciones ya no hemos escuchado mas voces. Solo bichos saltanto y haciendo ruidos. Un jarrón cayendo talvez. Paramos de dar golpecitos para no descubir lo que ya parece evidente.

No he querido que te des cuenta pero ahora ya están también en el piso. Tendremos que ir por tus cosas antes de que ya no sea posible andar hasta el armario. Esta debe haber sido una habitación de niños - pienso - la ventana que mira al jardín está enrejada. Ya no recuerdo el día en que entré aquí. Parece que fue desde siempre.

Esta noche la cosa ya está insostenible. Las ranas están como agua al nivel de la cama y están haciendo ruidos horribles pues se mueren ahogadas y aplastadas. Nos hemos quedado al medio abrazados rezando o cantando. Cierra los ojos - pienso mientras veo como una rana se te empieza a subir al pie y siento a la vez dos en mi entrepierna. No es nuestra culpa - pienso - No es nuestra culpa - gritas y te pones a llorar. Te suelto, me sacudo todas las ranas y empiezo a embestir las paredes torpemente, hundiéndome y pisando bichos. Tumbo el armario, intento doblar las rejas de la ventana pero nada resulta y tengo miedo de que las ranas nos hagan algo. Ahora también tú de has dado cuenta de la gravedad y entonces vienes a darle de patadas a las paredes. Ya somos dos y la pared lo siente. Ante nuestra incrédula mirada se empiaza a caer pedazos como si estuviera enferma de lepra. El mundo exterior se empieza a revelar y aparecen colinas. Los rayos de sol se colan como agua llena de pescaditos. Un golpe más y vemos un árbol. Seguimos hasta que por fin el hueco es suficiente, salimos corriendo y entonces es como si por primera vez respirásemos. Las lágrimas se secan con el viento. De las otras habitaciones se asoman y sacan las manos por las rejas gritando como locos de alegría. Algunos solo aplauden pero la mayoría ya empieza a darle de patadas a sus paredes que también están llenas de lepra.

Ahora libre te echas a correr muerta de la risa y yo te miro esperando hasta que ya está bueno de ventaja. Después te persigo entre decenas de chicos que no creen todavía su libertad. También están los que creíamos que habían muerto almorzados por las ranas! Tú los miras y chocamos las palmas con todos al cruzarnos. A los segundos te alcanzo y nos caemos al pasto. Viene un loquito y nos llena de besos, luego se va a corriendo. Tu respiración está agitada. Sonries y yo siento que es como si te viera por primera vez. Se me hace incontenible el espacio. Me acerco hasta que lo único que me queda de ti es la respiración. Algo dolorosamente húmedo se posa sobre mi como una mariposa y entro en un dulce desmayo. Con los segundos y mientras escucho risas y paredes cayendo todo se comienza a diluir velozmente hasta acabar en un grito que estalla en mil pedazos dentro de mi madrugada. Sobre mi cama. De rodillas. Sudando. A miles de kilometros de ti. Despierto.

Toda la luz ha desaprecido pero de pronto comprendo el sueño de un solo golpe. Las ranas especialmente. Las ranas y las paredes con lepra. Aún son las cinco de la madrugada pero me pongo el pantalón y salgo a la calle. Pienso al cerrar la puerta, pienso en el elevador y confirmo de nuevo lo de las ranas y las paredes esas a las que les tememos. Ya no me da miedo soñar. De hecho la palabra soñar me parece exagerada y mal inventada. Mañana cuando te levantes te contaré todo y tú también comprenderás que esto no es más que un asunto de ranas y de paredes llenas de lepra. Basta agarrarlas a patadas con todas nuestras fuerzas ¿ves?. Ya casi no puedo esperar a que levantes para contártelo.

Saltando encima de los muritos de no estacionar me voy a la esquina donde venden jugos y pido ese al que le ponen de todas las frutas y además huevos y leche y qué sé yo. De un solo sorbo me lo acabo y el empleado que me mira absorto pregunta. – Va a tener un día agitado?
- Tal vez más de uno – respondo feliz - Acabo de creerme un sueño y ahora tengo que hacer que el mundo se lo crea también.



Texto agregado el 14-12-2003, y leído por 1901 visitantes. (9 votos)


Lectores Opinan
21-11-2004 ayyy, esta muy lindo pierre, pero dime una cosa :( cuando le fuiste a contar el sueño, te costó mucho? ves, yo tambien se que no son mas que ranas y lepras, pero hay gente que no lo ve, al menos no tan pronto como yo, y es frustrante! y por eso uno se despierta sabiendo asi como dices tu, que no va a ser un solo dia agitado, sino q tal vez sean muchos. mi pregunta es, de verdad si te entiende el sueño cuando se lo cuentas? dime que si, dime que si, anda anda dime que sii... eladoscurodelcorazon
27-07-2004 te leo, y salto al anterior y al anterior, pensando que no hay otro mejor que éste, y una vez más sorprendes y sorprendes... andreacasandra
11-07-2004 no hay palabras.... me encanto. pucha, esa habilidad tuya de hacernos sentir parte del cuento...y el final... no le podia venir mas...no dejes d escribir ya? mojojoja
21-01-2004 Me siento diminuta ante tus creaciones y ante los comentarios de Hache, ambos son excelente. A ti llegue por las recomendaciones de ella, y ella a la vez me recomienda tantos otros escritores en sus comentarios. Terriblemente maravilloso lo que escribes, me da miedo aveces leerte porque significa un desanimo y un animo a la vez. me falta mucho por aprender y de tomo casi todo porque me gusta, Mis besitos y mis admiraciones, las estrellas creo que ni las necesitas, tienes demasidas en tu corazòn kitty
13-01-2004 Hay originalidad en el texto, ésta se mantiene estupendamente. Quizá el final podría ser más fuerte, es solo mi impresión personal. Muy bien, Saludos, FALCON
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