Aquella gran llanura que caía sobre la planicie resultaba ser un paisaje sorprendente
en una armonía demasiado brillante
para las frías madrugadas bogotanas,
quiso entonces pintar un paisaje desnudo
donde el sol hiciera su entrada virginal
por la ladera del este y que irrumpiera
con su luz primaria sobre la alameda
recostando sus follajes sobre los pastizales
agregó sobre el lienzo algunos animales
como mirlas y copetones
entonces recordó que cuando el sol levanta
se llena el ambiente con el lenguaje de los pájaros y sus trinos el paisaje se llena de neblina
buscó con su mirada sobre el puntal de la cerca el alambre de púas que sostenía algunos gorriones y al lado torcazas picoteando sobre el césped
el pintor escribía, plasmando sobre el paisaje todo el alfabeto en una fiesta de colores
dibujando el perímetro por donde ir y venir
de caminos abruptos y apacibles
los objetos del bodegón eran frutas,
tinajas o botellas de vino
el agua de la quebrada se deslizaba silenciosa entre los surcos acariciando los tallos del trigal
inclinando sus espigas por la caricia del viento
como un punto diminuto se alcanzaba a divisar una choza de techo rustico con su chimenea humeante y en ese universo de papel plegado esbozaría su fabula.

Oswald.