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Todas las noches era igual, sin importar como es que hubiera sido mi día, siempre tenia que terminar en ese puente, era verdaderamente un lugar muy especial, me hacia sentir tan tranquilo y me daba la oportunidad de ponerme a pensar ,cosa que no podía hacer durante el resto del día.
Al parecer no era el único que sentía algo similar al estar ahí, ya que al igual que yo, había muchas otras personas que iban a pasar un rato en el puente, pero de todos ellos yo era siempre el que quedaba hasta el final, eso por alguna extraña razón me hacia sentir como si yo fuera el dueño de aquel lugar, mi lugar para estar tranquilo lejos del mundo. Entonces llegue al puente como de costumbre y me senté en el mismo lugar, en ese momento aun había mucha gente, algunos de ellos conocidos míos, de vista solamente claro, ya que nunca les hable, nunca sentí el deseo de hacerlo, pero aun así los consideraba como compañeros. Como yo, siempre se situaban el mismo lugar todas las noches, aquella dulce pareja de ancianos, tan tiernos al demostrar tan profundo amor a pesar de su avanzada edad, también se encontraba aquel trabajador de una zapatería cercana, siempre con ese semblante de preocupación, debe de haber tenido grandes problemas por la expresión que tenia y a mi parecer iba al puente todas las noches para tratar de olvidar al menos un rato sus penas, también estaba un hombre con una niña pequeña, la niña estaba fascinada con la vista mientras su padre le contaba hermosos cuentos de hadas, otros a los que también recuerdo que iban siempre era aquella pareja dark, tan apasionados, a diferencia de los ancianos en ellos no parecía haber tanto cariño, sino mas bien una extraña mezcla entre complicidad, lujuria y miedo a morir en la soledad, eran siempre las mismas personas, excepto una, al otro lado del puente se encontraba una joven a la que nunca había visto, llevaba un largo vestido blanco, tan blanco como jamás pensé que existiera, el cual hacia un increíble contraste con su cabello que era de un color negro muy hermoso, en ese momento no le preste mucha atención y me puse a mirar hacia el horizonte, tan hermoso, lleno de estrellas con el cielo como fondo negro que parecía ser una imagen sacada de una pintura, abajo en las calles era similar, pero en lugar de estrellas había luces que provenían de los autos que pasaban, mezclándose todos en un gran rió que corría en dos sentidos. Desde donde estaba también podía ver a las personas que se encontraban abajo, eran tantas personas que me parecía increíble pensar en cuantas había en toda una ciudad, pero... a pesar de tan inmensa cantidad no podía evitar tener una sensación de soledad, había un vació en mi interior, creciendo cada vez mas y mas, hasta que llegara un día en el que el vació me consumiría y parece ser que ese día había llegado, ya no podía soportarlo mas, miraba a mi alrededor y podía ver un mundo tan lleno, con tantas personas, y no podía comprender el porque de esa sensación, sentí frió y deje ver a las personas, mejor voltee hacia el suelo de la carretera, tan gris, sin vida, inútil en apariencia, pero que podía servir para llevar a cabo un plan que tenia desde hace tiempo, quería que en ese lugar terminara todo, el puente, un hermoso escenario, y la carretera, el recurso a utilizar, como actor de esta breve y triste obra estaría solo yo, el miedo circulaba por mis venas pero la decisión ya estaba tomada, ese seria el final, yo ya no existía, el vacío había acabado de consumirme.
Iba a empezar cuando me di cuenta de un detalle, el guión de este drama decía que yo debía de estar solo y aun había muchas personas a mi alrededor, yo no quería que fuera así, pero no había problema, siempre era el ultimo en el puente, solo tenia que esperar un rato mas y entonces podría llevar a cabo mi plan, mi ultimo plan.
Paso un tiempo y como lo había pensado ya estaba solo, ahora nada me detendría, el telón se levantaba y ahora comenzaría, hacia tanto frío y sentí duda por un momento, solo un momento, pero pronto pasó, solo que ahora tenia otro problema, me di cuenta que no me encontraba solo, al otro lado del puente aun se encontraba aquella joven del vestido blanco, no se había ido aun a pesar de la hora que era. Después de pensar decidí que es lo que tenia que hacer y camine hacia donde ella se encontraba, muy dentro de mi tenia la esperanza de que se asustaría al ver que un extraño se acerca a ella en medio de la noche y huyera dejándome solo para poder terminar, pero... ella no se fue.
- que es lo que haces aquí a mitad de la noche?
- Buscando la paz que se supone se encuentra dentro de mi mismo, pero no la he podido encontrar aun, la verdad me siento triste ... vacio
- Vacio por que? Estas vivo, no deberías de sentirte así, todo ser humano ha nacido con un propósito en la vida, solo que algunas personas jamás lo encuentran y esas personas son las que llevan una existencia infeliz y triste.
- Todo eso es solo un montón de estupideces optimistas que dicen las personas para hacer sentir mejor a los demás aunque la verdad no crean en nada de lo que están diciendo, solo son mentiras, como todo lo que hay en el mundo.
- El mundo es hermoso, solo que no has aprendido a usar los ojos de tu corazón, es cierto que hay cosas malas en este mundo, pero también hay cosas que todavía valen la pena, un gracias, una sonrisa, esas cosas tan simples son hermosas y vale la pena vivir por ellas
- Mientes, nada tiene sentido ya y no vale la pena continuar así, no tengo idea del porque me estas diciendo todo esto si ni siquiera me conoces. A ti que mas te de si me tiro del puente o no!!
- Solo te lo digo porque quiero que aprendas que la vida es algo demasiado valioso como para perderlo, cambia tu forma de pensar
- ...- no supe que decir, por mas que lo intentaba, no podía, hablar, me había quedado sin palabras, la mire a los ojos, hasta entonces no le había puesto atención, eran de un color negro muy fuerte y con una mirada penetrante que transmitía paz y amor, y sin quitarme la vista de encima me dijo:
- ahora ya ha terminado tu día, pero tu vida va a continuar, ve a tu casa y descansa, mañana, cuando despiertes pensarás de una manera diferente y finalmente podrás vivir, ahora vete
ni siquiera lo pensé, solo me limite a obedecer, me dirigí a las escaleras y baje por el puente, esa noche no había sido el ultimo en el puente y eso hizo que cambiara mi decisión de morir, acababa de ocurrir algo muy extraño que aun no podía comprender y entonces voltee y pude verla ahí, parecía como si estuviera orando, empecé a sentir un ambiente de profunda paz, dejo de orar, alzo su vista al cielo, extendió un enorme par de alas y voló para perderse en la oscuridad de la noche.

Texto agregado el 12-01-2006, y leído por 115 visitantes. (0 votos)


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