Un día, José Heraldo iba caminando por las calles de Palermo. A José le encantaba pasear los sábados por la tarde.
Mientras iba caminando cerca de la Rural, vió algo que no había visto nunca, y le llamó la atención. A lo lejos, había un cartel muy grande color púrpura.
Siguió caminando, hasta que pronto leyó en el cartel "Zoológico de Personas".
Siguió caminando. Saludó a un amigo que no había visto hace rato. Le preguntó:
-¿De casualidad sabés qué es eso de "Zoológico de personas"?
-No, ni idea. Yo también lo vi pero no me fijé. Debe ser alguna boludés nueva para juntar guita, que se yo.
-Buen. Ahora voy para allá.
-Joya. Después me contás.
-Muen cha.
José le saludó. Siguió caminando.
Llegó al lugar. Había mucha gente.
Leyó "Entrada $20".
-Si, Miguel tenía razón... Hacen guita a lo loco con esto -pensó.
Pero José no era para nada indiferente: ¿Qué era eso de un Zoológico de Personas?

FIN DEL CAPÍTULO PRIMERO

Continuará en la próxima entrega...

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