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GARDELITO

Todas las mañanas me despertaba el canto melodioso de un pàjaro que se estacionaba cerca de mi ventana.
-¡Mamà, decile que calle, que no me deja dormir!
-No puedo hijito, ese pàjaro es un zorzal y es muy madrugador.
-¿Pero por què canta tan temprano?
-Es que dicen que Dios lo puso en la tierra para anunciarnos la llegada de un nuevo dìa.
-¡Pero, para eso està el reloj!
-Es que cuando fue creado no existìan los relojes.
-¿Y por què canta en mi ventana?
-A lo mejor quiere ser tu amigo
-¡Pero, ¿Se puede ser amigo de los pàjaros?
-Tienes que tener mucha paciencia, dejarle comida, e ir ganando poco a poco su amistad, sino se va.
Y asì sucediò, todos los dìas dejaba en el jardìn cerca de mi ventana un puñado de alpiste y el zorzal seguìa viniendo y con su silbido penetrante me avisaba que llegaba un nuevo dìa, pero no lograba verlo.
Un dìa cuando ya atardecìa estaba en el jardìn y apareciò. Se instalò en el marco de la ventana de mi dormitorio y entonaba su canto predilecto...¡Juiiiiiiiiiiiiiii,......Juiiiiiii!
Me miraba y movìa su cabecita como un pèndulo. Despacio me acerquè con un puñado de alpiste e intentè que èl comiera de mi mano. Volò, creo que lo asustè
Mi papà que estaba tambièn en el jardìn me dijo.
-Tienes que dejarle la comida en el suelo, son muy desconfiados.
¿Por què desconfìan?
Es que hay personas muy malas que los atrapan para tenerlos en jaulas y ellos no saben que tù tienes buenas intenciones.
Durante varios dìas hice lo que papà me aconsejò, poco a poco el zorzal ganò en confianza y cada vez se acercaba màs a mì, claro el asunto era que yo trataba de acercarlo tirando alpiste cada vez màs cerca, hasta que un dìa coloquè alpiste entre mis zapatillas.
¡Bravo, el zorzal se subiò a una de ellas para comer! Les cuento que yo era como una estatua, no me atrevìa a mover ni un dedo. Cuándo estuvo satisfecho volò a una rama y creo que me agradeciò ¡Jiiiiiiiii....Juiii...Juii:! Eso pienso querìa decir ¡Muchas gracias!
El asunto fue que a partir de ese momento las cosas comenzaron a mejorar, èl llegaba y comìa de mi mano, luego se trasladaba a mi hombro y desde allì me daba las gracias ¡Jiiiiiiiii....Juiiii....juiii!
Un dìa llegò y no comiò, saltaba alrededor mìo y su canto habìa cambiado ¡Jiijiiiiii!
Yo no entendìa hasta que apareciò otro que se mantuvo a distancia, desconfiando.
Mi mamà me dijo.
-¡Gardelito, que asì lo llamàbamos, ha conseguido novia! Seguro que quiere que le brindes comida a ella tambièn.
Asì lo hice, y ella tambièn se instalò en el jardìn de mi casa.
Hicieron un nido y hoy, el jardìn el parque y los àrboles que rodean mi casa estàn poblados de Gardelitos, que me despiertan a la mañana con su canto melodioso.

Tortuga.

Texto agregado el 21-10-2003, y leído por 316 visitantes. (3 votos)


Lectores Opinan
22-10-2003 Excelente cuento para niños. Sigue escribièndolos. espejo
 
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