Ohh mi querida princesa,
las gotas negras y saladas de tus lagrimas
mancillan solemnemente el honor nefasto
de mujer dura que pesa de tus hombros.
Yo se que es peor el sentimiento de venganza,
que cinco balas de acero puro
que penetran mi cuerpo, estrellando,
manipulando y despejando todo cuanto se te ocurra
al apretar el gatillo flojo de tu cañon 0.22.
Ja!! Si las emociones fueran faciles de expresar
cuando te encuentras sola y desmejorada
de tanto suplicar por tan solo
dos de los mas inesperados besos que pudiste disfrutar;
talvez el alegre canto de los pajaros por la mañana
nunca llegue a escuchar de nuevo;
pero pensaste que una carta sin remitente
es como un fantasma sin deseo,
como una flor sin su miel,
como una rosa sin su aroma.
Despues de saborear tus sentimientos vanos,
tus inuteles ancias de desperdiciar plomo,
tus estupidas formas de mandar;
solamente queda algo, un poco de mi algo,
aquel recuerdo que te perseguira siempre,
por haber matado al hombre que te abrio los ojos
que te dijo la verdad del hombre que amas,
que te dijo todo cuanto sabia,
y que tu no lo creiste... no lo creiste.
Tu sabes muy bien que mi muerte no es digna de tu venganza,
de tu ignorancia, de tu desfachatez inedita.
Hay mi princesa, mi querida princesa...
Siento como si una pesada pata de elefante
aplastara lentamente mi pecho,
pizoteando mi verdad y mi locura,
siento como si cada uno de mis latidos fuera un sonar
de los ultimos segundos que me quedan de vida,
Ahhh Señor, mi Señor toma mi mano,
sacame de este mundo donde solamente viven
los que no merencer vivir;
sacame de este mundo de injusticias y de vicios mentales,
por favor Señor... toma mi mano....

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