Hechizada en lo profundo de un recuerdo, escapan de mis ojos aquellas imágenes que siempre llevare y que viajan en el inconciente y nos llevan a algún pasado de felicidad, capturando solo el sentimiento real y sincero, olvidando tal vez lo que resta importancia; esos ínfimos momentos que llenaron mi alma de pura grandeza y que hacen que día a día, esa gratitud que es el privilegio de recordar, destruya las cadenas del encierro, motivos pasados que se liberan de la pobreza de la rutina para sumergirse en un abrazo cómplice, capaz de cargar tanto poder que no encuentra imposible, y que permanecerá inmune en una fortaleza indestructible cuando el futuro nos bese, y nos separe una vez mas un abismo entre la dicha y la realidad.

Agustina