- Y así nadie nunca te querrá

- ¿Y es tan importante papá que lo quieran a uno?

- Algún día te hará falta, ya lo verás - dijo el padre orgulloso apuntando el culito de su barbilla hacia el Ávila. Y mientras apoyaba la mano sobre el hombro del chico le robaba energía.

A medida que el chico fue creciendo le criticaba a sus novias. Luego llamó "Puta" a la chica que él más quería y enfrentó al muchacho con la mirada. ¡Vaya reto!, el chico perdió; bajó la cabeza y perdió a la muchacha que él más quería, no tuvo fuerza para enfrentarse a su padre.

Durante diez años permaneció castrado y el padre comenzó a hacer chistes entre sus amigos de que el chico le había salido marico... el rumor se fue regando.

Una noche de luna llena salió con un propósito a la calle y a los tres días regresó igualmente tarde durante la noche. Entró en el cuarto donde dormía su padre, le metió el cañón en la boca y disparó.