Era un dia como todos, Luis se dirigia a su trabajo, lleno de preocupaciones; por su casa, sus hijos y su esposa.
Esta última lo habia recriminado fuertemente por su falta de apego a su familia. Ella le decia siempre que desde que se casaron ya no hera el mismo y que solo le importava su empleo.
Decidido Luis a enfrentar un agobiente día, se dispuso ha iniciar sus labores.
A medio día recibio un llamado telefonico.
Don Luis. Tiene teléfono de su casa, -le gríto su compañero de oficina.
¿Quién es? -Pregunto Luis.
Es su hijo mayor, -le respondierón.
Ya!, ire enseguida.
Una vez cerca del lugar en donde estaba el aparato teléfonico, le pregunto a su hijo que era lo que pasaba en casa.
Al escuchar a su padre el muchacho le conto que su madre sufrio un grave accidente en el coche, cuando se dirigia a comprar los enceres para el hogar.
¿En donde está? pregunto Luis.
En la clinica "Las Lilas".
Tan pronto como escucho el lugar en donde estaba su mujer, nuestro protagonista se dirigio rumbo a dicha clinica.
Una vez en aquel lugar, rapidamente preguntó a la recepcionista en donde se encontraba su pareja.
La respuesta fue tajante:
Su esposa esta en la uti (unidad de tratamiento intencivo) -le respondio la enfermera.
con premura, se hacerco al pabellón que le indicarón. Al ver a su mujer completamente lastimada y en coma se hacerco a ella y arrodillandose frente a su cama, como un pecador frente a Dios. Le tomo su mano izquierda y susurrando en su oido le dijo:
- Si tan solo hoy me hubiese quedado en casa no estarias aqui peleando por tú vida.
Señor Perdoname, por no haberla cuidado como se merecia.
Perdoname Señor, por ser un estupido.
No te la lleves.
Cuando termino de decír estas palabras, su mujer tubo un atizbo de lucidez y le dijo con voz tenue:
- Se fuerte, ya no me queda nada más por vivir, hoy me regreso a casa. Solo te pido que te cuides y cuides a nuestros hijos.
Si la vida me permitio estar junto a tí hoy y entregarte mi ultimo alineto, doy gracias al Altisimo, por averme permitido vivir junto a tí.
-Si decides buscar a otra para reacer tu vida, no busques un reemplazo, solo busca un nuevo amor.
Luego de estas palabras sus ojos se cerraron por última vez, para no abrirse jamas.
Luis por su parte, lleno de triztesa, cubrio su rostro y lloro en su lecho, sobre su cuerpo, qué aún estaba tibio.
Pasarón tres meses desde ese momento y Luis, se dirigia como todos los días a su trabajo. Pero esta vez con la responzabilidad de ser el mejor ser humano emulando todas las enseñanzas de su mujer.....




















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