En mi mano tenia sin querer el cuchillo delatador de mis actos, ¿qué podría decir? ¿Soy inocente? ¿Yo no lo hice? , Quien me creería, si llegue a tal punto de creer que todo era fantasía y que todo esto en realidad solo fue un mal sueño, brinco de la cama empapado en sudor horas antes del asesinato, de mi asesinato.

Atendía el teléfono, el auricular carcomía mi oreja, mis tímpanos solían llorar por tal brutalidad, no me acuerdo bien lo que paso en ese momento, pero solo me acuerdo que era una amenaza mas que de muerte de asesinato, ya que morir, para mí, es dejar esta vida en forma relajada y no con ese tono de agresividad que me decía aquel tipo en el auricular recién descrito.

Solía llorar mucho por la ausencia de marta, ella fue mi novia durante casi 3 años, los años más felices de mi maldita vida. Sin dudarlo, pero un error en mi vida y comportamiento que todavía aborrezco, hicieron que ella dejara mis brazos con muchas lagrimas, tanto así que dejo un camino de lagrimas que tiempo después no pude ver mas que en mi propio corazón.

Mi vida ya no era la misma, la extrañaba era de esperarse, vivía con en ella, soñaba con ella, ni la inyección de droga maléfica, me hizo olvidarla, es mas, eso me hizo recordarla mucho mas, su rostro, sus labios carnosos, su piel suave, y blanca como la nieve mas pura que tuve en mis manos y ahora se derrite ante tanta desgracia.


Tuve una pesadilla de nuevo, soñaba que aquel tipo el del auricular me daba la puñalada, y que detrás de él, estaba ella gozando mi desangramiento, mientras yo, casi duramente cerraba los ojos sin memoria de algo futuro, solo un ¿por qué? Escuche antes de morir.

Llame a un hombre es misterioso, le decían el maro, no sé por que lo llame, pero lo llame. Tal hombre resulto ser un asesino a sueldo ¿pagar por matar a alguien?, Bueno pedí que matara una persona muy conocida mía, la tenia tan cerca que al momento de perderla, por una culpa mía, tenia que pagar como fuera.


Sostengo la jeringa con mi mano derecha y con mi brazo izquierdo lleno de coraje, decidí inyectarme la ultima droga alucinatoria que quedaba. Era bien rara, esta en ves de hacerme sentir mal, me daba animo de salir a gritarle a la gente en la cara, me daban ganas de hacer todo, reír, llorar, burlarme de la hipocresía de mi vida, pero al fin y al cabo estaba drogado y eso bastaba en mi vida, ya no tenia nada claro, mi vida estaba muerta, sin marta todo estaba muerto.

Esperando el toque de la puerta un poco impaciente, me di cuenta que había un fajo de billetes en mi lado izquierdo, si al lado de la mesita de centro te acuerdas, ¿no es bonita? ¡Que te dije!. Ahora veo que en mi mano derecha tengo un puñal de esos que te lo entierras y te mueres.
No sé que esperaba en este momento pero lo único que sabia es que tenia que ver mucho con la plata y el puñal.

Suena la puerta, veo por el cerrojo, y me doy cuenta que es el maro, ¿por qué lo sabia? Por que era una persona con una gran pistola apuntando a mi cráneo, ¿apuntando a mi cráneo? Si por que yo le pedí que me matara, por eso el fajo de billetes, ¿pero el puñal para que seria? Después de saber que no tenia el valor suficiente de que mataran, pedí la plegaria y me apuñale.

El sueño se volvió realidad, solo con una pequeña diferencia, que en ves de decir yo ¿por qué?, Marta al verme morir, dijo tal bella palabra, desangrado estaba ya había pagado el maldito que me quito a mi único amor, pero también me quito a mí mismo la vida.


Recuerdo la llamada del maro, recuerdo que le dije quiero matar a Raúl Jorre, el maro me dijo no hay problema donde vive, le di mi dirección, pero antes de eso le pedí que llevara consigo a Marta Jolue, para que viera como sufría la persona que le hizo tanto mal y que ahora morirá enterrado por un asesino.

ahora que vivo en este asesinato, no sé cuanto pueda recibir la muerte decente, lo único que se es que el amor, me hace cambiar, y que ese amor que tuve, nunca mas lo tendré, por eso deje la vida por ti, como siempre te lo había dicho, por eso te amo tanto que hasta en el momento de mi muerte, por fin pude encontrar el camino de lagrima que había perdido y que porfin me llevaron hasta a ti