“En el auditorio, junto a la sala de grabación en la academia de cine fueron encontrados los restos del señor Spook. Misteriosamente odió a todos sus enemigos por igual, por lo que fue bastante más difícil averiguar cual de ellos tendría más motivos para asesinarle.
Se habló con los sospechosos, y tras muchas conclusiones equívocas y algunas detenciones totalmente fuera de regla se dedujo que el asesino no era un ser humano. El caso quedó cerrado con la detención del auténtico culpable.”

Existió la pequeña lectora que leyó la historia del señor Spook asesinado en una academia de montaje, fue tal su obsesión por conocer los paradigmas que envolvían la historia de intachable fraudulencia que optó por rescribir la obra. “A mi modo esta vez” pensó.

Hacía frío en la sala de edición, alguien habría encendido el aire acondicionado en pleno mes de Enero. Las mesas estaban vacías, ocupadas tan solamente por los temores de un hombre sombrío y gris. El señor Spook, con su traje y su sombrero de copa habitual pesaba en el frío ambiente. Estudió varias veces el formato de sus cintas y tras recortar algunos de los negativos encendió unas velas rojas y desapareció tras la puerta para no volver jamás.

El Señor Spook mantuvo relaciones con algunos de sus alumnos algunos días atrás, ésta vez fue sorprendido por la espalda.

Fue encontrada la bolsa con las extremidades del señor Spook, en ella habían escritas dos figuras, una parecía ser la de un corazón y la otra la de algún tipo de insecto halado.

Dos agentes extraordinariamente bien constituidos y dos pacientes del hospital psiquiátrico de la ciudad fueron hallados manteniendo relaciones sexuales en una de las habitaciones contiguas a la sala de montaje de la academia de cine donde fueron hallados los restos del trágico cineasta, el señor Spook.

Dos agentes heterosexuales parecían dispuestos a resolver de una vez por todas el misterio que envolvía el caso del asesinato del señor Spook. Lástima que se tratase de una novela de ficción, y por tanto un mundo en el que difícilmente podrían inmiscuirse.
Por lo que decidieron mantener relaciones sexuales entre ellos.

Tras muchas preguntas y algunos quebraderos de cabeza la verdad salió a la luz. El señor Spook no fue asesinado, tan solo amordazado y secuestrado. ¿A quién pertenecían las extremidades encontradas en una bolsa con las figuras del corazón y el insecto halado?. La solución era algo más que evidente. Pero los agentes denominados para el caso, tras no obtener respuesta a los enigmas que apuntaban en un sin fin de direcciones opuestas en el particular caso de la desaparición del señor Spook, optaron por encerrar a todos los sospechosos en celdas contiguas.

Tras varios años de tormentos y castigos uno de los encarcelados habló finalmente: “El final de ésta historia conduce al señor Spook a una amarga libertad” .

FIN