Posibilidades al azar

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tan terrible es el odio
que ni te atreves
a mostrarme tu desprecio
L. E. Aute

Hola. Hola y a dios. Espera, mujer, no te marches. Tengo que hacerlo. Dime un buen motivo. Llegaste. Nop. Si, mira, estás aquí, a mi lado. Tan terrible es el odio, que ni te atreves a mostrarme tu desprecio. Me gusta mostrarlo, pero me hastía el hecho de que vos no lo entiendas. Sólo te pido cinco minutos, hoy. Mmm, puta mierda, me sentencias con que habrá otros días. Eso depende. No me salgas con esas cosas. Bueno, dame los cinco minutos. Te los debo, pero dejaré que me saludes todo el año y así hasta se completan unos siete; saldrías ganando. Anda, mujer, nada te cuesta. Si, me cuesta mucho, pero anda, mientras más rápido mejor. Bueno, hace mucho que yo quería hablar contigo y decirte que. Que me amas, que si te faltara morirías y demás cursilerías que se dicen en aquellas declaraciones de amor, yo sólo te digo que si así lo tenés planeado, pues, me retiro. No blasfemes, yo nunca di indicios de querer hacer eso. Estás aquí, no creo que tengas alguna buena causa. Malinterpretas, cómo sabes que vine a eso cuando también pude haber venido a decirte que te están esperando afuera o algo así. Te quedan cuatro minutos. Y qué harás en los otros quince restantes. Cualquier cosa que no tenga que ver contigo. Sos tan distinta que me sorprendes. A qué te referís. Sí, como cuando estás con papi, te ves tan espléndida, tan frágil y vulnerable que cuesta reconocer que sos vos esa niña. Hay que saber controlar el temperamento, saber quien debes de ser en qué momento. No me vengas con clases de moral ni nada por el estilo, no soy tan pendejo como lo aparento. Pues deberías- dijo ella y luego se rió- eso haría más fáciles las cosas en estos momentos, más entretenidas. Pero a la ves más rutinarias, digo, tomando en cuenta que estás acostumbrada a que te digan que te aman y demás para luego mandarlos a que se metan los dedos. En eso sí tenés razón, es tan lindo saber que se derrapan por ti y aún así los mandas a chingar a su madre, no eres tanto desperdicio de tiempo como en un principio lo llegué a pensar. Vos estás acostumbrada a que te acosen, te miren las piernas y lancen dos que tres chiflidos al aire. Es divertido . O que de vez en cuando te sigan tus amigos, te toquen, pero eso sí, a discreción. Si vos me querés tocar, estás en un error. No hace falta, mujer. Pero no niegues que te gusto . Claro, pero sos una tonta, que dice ser una cosa para ocultar que es otra, a fin de cuentas tus problemas, sin embargo admito te sale bien tu papel de rebelde sin causa, sin motivo y desorientada. Comenzaste bien