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La sala de espera en el juzgado del pueblo estaba casí vacía.
Una radio, vieja y maltrecha, trasmitía canciones de los Beatles, mientras que la secretaria de turno se pintaba las uñas de las manos esperando, como el resto de los presentes, la determinación del juez en el expediente número 003/01. Honradez y Buena Ventura asociados contra Sotneivsol.

Honradez y Buena Ventura eran los abogados que representaban a la E.E.Company, Empresa que había ganado el concurso para la construcción y el usufructo de una usina eléctrica basada en la fuerza del viento.

Un fuerte alza en el precio internacional del petróleo y la creciente demanda de energía eléctrica habían traído a la empresa hasta este lejano y olvidado pueblo con el propósito de explotar los vientos que en forma permanente soplan en esta región.
''Los mejores de todo el país'', Según lo afirmado por los ingenieros eólicos, que realizaron los estudios de terreno .
Con la llegada de los agentes compradores, la mayoría de los vecinos vendieron sus propiedades.¡Cuándo se les presentaría una ocasión como esa para poder dejar el pueblo! No así los Sotneivsol que se negaron, en forma rotunda, a vender, sus tierras y los vientos a esa multinacional que, sin sentimientos, venía a despojarlos de lo suyo.

Como un juego del destino, justo en el momento en que el auxiliar del juez le entregó a la secretaria la resolución judicial, un parte meteorológico informó que no se producirían grandes cambios de temperatura y, como era de suponer,que los vientos mantendrían una velocidad de más de ciento cuarenta kilómetros por hora.
Al tiempo que se soplaba los dedos para secarse el esmalte, luego de ojear el expediente, la secretaria entregó una copia a cada una de las partes.

Despues de leer el veredicto Sotneivsol miro con desconcierto a su mujer y a paso lento, por el peso de los años, buscó la salida del recinto.
Al abogado le brillaron los ojos, no por la sorpresa de haber ganado (eso era algo sabido especialmente para él y para su amigo el juez), si no por la alegría de saber que por fin podría abandonar estas tierras y sus vientos infernales. Con una mal disimulada sonrisa se dirigió a los ancianos y les dijo:
-Ustedes saben que no tengo nada personal en contra suyo, es más, hasta podría decir que los aprecio por la tenacidad con que pelearon por sus tierras. Incluso diría que empecé a entender su negación a vender esa parcela, que a pesar de ser la más pequeña de todas,( hoy puedo confesar), es la más importante por su ubicación. En vuestro patio será instalado el molino principal.En verdad les digo que lo lamento, pero negocios son negocios.
Ahora será mejor que vayan a empacar sus cosas más queridas e indispensables ya que mañana deberán entregarnos la casa. Un camión de la empresa vendrá a transportarles todas vuestras pertenencias sin cargo alguno.

A la mañana siguiente, al llegar el camión, los ancianos Sotneivsol salieron de la casa cargando cada uno, en las manos temblorosas, unas pequeñas vasijas y, sin mirar siquiera al conductor que los esperaba, emprendieron una larga caminata en busca del nuevo hogar dónde poder abrir sus queridas vasijas de barro.
En la radio del camión se pudo escuchar la voz alarmada del locutor informando a los oyentes que desde esa madrugada habían cesado los fuertes y huracanados vientos, tan propios de esta zona, en forma repentina e inexplicable, y según el parte meteorológico no habrán de renovarse al menos en los próximos años.


© Norberto Adrian Mondrik.









Texto agregado el 08-08-2005, y leído por 715 visitantes. (4 votos)


Lectores Opinan
14-08-2005 Wow... pero que bueno, me gustó la forma y la historia, lo bien narrado. Ese final me pareció formidable. excelente Adrián, felicidades. ***** amayrany
14-08-2005 Muy buen trabajo. Como he mencionado en alguna parte, toda la literatura patagónica está soplada por el viento. Y el viento no es simplemente un fenómeno atmosférico, sino que es una presencia mística, mágica, que tiene una fuerte consustanciación con los habitantes. Muy buena metáfora de la relación que los pataagónicos tenemos con el viento. Felicitaciones, 5* saraeliana
12-08-2005 Muy buena esa! ¡saludos! compa
08-08-2005 La justicia humana regaló sonrisas en unos y sembró lágrimas en otros.Después la naturaleza puso orden en la sala,pero ya era tarde ,se había dictado sentencia.Así lo viví Adrian.Muy bello.*****Un beso. Gadeira
08-08-2005 jajaja, excelente! me encantó muchísimo. Esos ancianos dueños de los vientos se los llevaron con ellos, de que les servirán ahora esas tierras a sus nuevos poseedores. Bien, muy bien (el juez corrupto y el abogado interesado, bien detallados y con pocas palabras). Besos y estrellas. Magda gmmagdalena
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