Hoy, al fin pudimos volver a conversar.
te das cuenta que eres loco amigo mío...
sí, tú bien sabes por qué...
cambias el mundo de color con tus palabras,
con tu sana alegria.

Hoy me has alegrado el día,
puedo seguir la jornada con otra visión,
con harto ánimo,
porque sé que aunque te olvides de algunos detalles,
no te has olvidado de mí,
no te has olvidado de nuestra amistad...
y eso perdona algunos otros detalles...