Todo se derrumbó, tenía una conspiración a la que llevé en andas todo el tiempo.
La torre cayó, se desplomó, los ladrillos cayeron desde el cielo, desde la cúspide y se desplomaron arriba de mi. Me aplastaron con tanta fuerza que ni mi cuerpo resistió seguir ocupando espacio en el mundo.
Estuve un tiempo vagando por ahí, no mas de un día negro hasta que te recordé, te hiciste alma, tomaste mi mano y me llevaste a recorrer los recuerdos en los que te encontrabas preciosa y con el mismo peinado celestial. Volamos juntos y todo el tiempo tratabas de hacerme sentir bien. Intentaste decirme algo suevemente. Querias que entienda que te quería y no me daba cuenta.
Ahora hace tiempo que estamos juntos en el cielo, sentados en una nube, mirando hacia abajo contentos y jugando a encontrar similitudes en los rostros...