No sé si he dejado de llorar. Las gotas resbalan sobre mi cuerpo desnudo. Me duele la mano y tengo frío. Me escuecen los ojos, son frágiles ante tu mirada, ante tus palabras. Duelen tus palabras, hondas, profundas, hieren en el alma casi sin quererlo, sin tú buscarlo. No te entiendo, no sé qué puedo hacer, porque todo lo hago mal, o no del todo bien, no sé cómo actuar.
Aún me escuecen los ojos. No puedo mirar hacia delante, solo soy capaz de bajar la vista. No puedo mirarte a los ojos, quizás la respuesta que vea en tu mirada no me guste. Tengo miedo. No puedo pensar, no puedo ver, no puedo escribir. Mi inspiración se ha ido contigo y ahora ya ni tengo tu rastro.
Creo que he perdido mi corazón, se quedó en aquel banco, esperándote.