Mira el mundo en el que vives... abre bien los ojos. Sí, cierto, eres una minúscula parte de una pelota llena de prisas, meteduras de pata, líos de cabeza... y no sabemos que lo que nos falta son manos entrelazadas. Tenemos miedo de morir, tenemos miedo de perder el tiempo, y sin darnos cuenta, intentando no perder el tiempo, perdemos tiempo buscándolo, sin darnos cuenta que está enfrente nuestro, lo pisamos, y parte sobre el cual ya hemos caminado... nuestro tiempo muere por correr ya que creemos ver en el horizonte el tiempo. Ahora estás sentado frente a una pantalla, leyendo algo que seguramente no te proporcione nada como persona... sí... preferirías estar con alguien o algo que crees que te proporcionará felicidad, te creerías en la cima del mundo, creerías observar al resto del mundo como si fuesen hormigas, pero cuando vuelves a la realidad, te das cuenta de que no eres más que una hormiga, observada con una lupa grande, titánica... Darte cuenta de eso puede, con el tiempo, hacerte sentir menos hormiga. Por eso yo creo que en un mundo de ciegos, el tuerto es el rey... ¿Eres tú otro rey tuerto?