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Héroes en el silencio


Una mano ensangrentada de piel oscura a la que se nota curtida, se sostiene del candente y arenoso suelo, se incorpora y corre en medio de explosiones, humo, un ensordecedor silencio domina la sangrienta escena, muchos soldados corren con desesperación se introducen en trincheras algunos caen heridos otros muertos.

Un hombre joven llega al umbral de un edificio antiguo bien conservado donde lee un letrero, que dice “hogar de ancianos”; entra y conversa con la recepcionista y le indica el camino a seguir hasta un jardín donde encuentra a un hombre mayor al cual busca para entrevistar y registrar sus experiencias en la guerra.
Luego de la presentación formal este le narra con tristeza disimulada, las historias de aquella guerra, de una batalla en especial en la cual él participo, él entre ellos como un soldado más.

Algunos soldados marchan rodeados de vegetación seca, espinosa y densa, donde no hay caminos, hacia el lugar donde se encuentra una maltrecha fortaleza cerca de una lagunilla de agua, mal defendida por un normalmente formidable enemigo después de un ataque breve, rinden la posición con facilidad y se retiran, luego de tomada la posición, se prepara una defensa mejorando trincheras y parapetos con ramas y barro, construyendo casuchas y nidos para las armas mas grandes.
Esperan por refuerzos para consolidar la posición, militar y geográficamente estratégica, mientras se vigila los movimientos del enemigo que se reorganiza en el perímetro.

El vuelo de aviones de reconocimiento, retumba en lo alto, sobrevuelan al enemigo que comienza a rodear el teatro de guerra, donde un grupo de aprox. 620 hombres se preparan para la defensa, ajustando armas, comiendo tal vez su ultimo bocado, orando y con impaciencia esperando el ataque, desde allí salen exploradores unos metros fuera de los muretes, para observar el terreno, simple y desértico lleno de matorral de mediana altura, escenario que ya había sido moldeado por artillería y fuego de ambos bandos.

Es cuanto el enemigo se reorganiza y en gran numero, a la vista mas de diez mil hombres, muy superiores en numero a los defensores, inicia su ataque con disparos repetidos de artillería y morteros, seguido de un avance que es rechazado por fuego de fusil y metralla desde detrás de los parapetos y desde los nidos de ametralladoras.

El enemigo responde abriendo fuego, con explosivos de mano, y con constante bombardeo de piezas de artillería, sobre la posición defendida, derruyendo algunos parapetos y eliminando soldados escondidos en ellos.




Se empiezan a producir las primeras bajas prolongando dicha batalla por muchos días en circunstancias similares sin que los enemigos logren siquiera tomar posiciones de avanzada, siendo rechazados en todos y cada uno de sus intentos por retomar la posición.

Con el pasar de los días, la falta de pertrechos tanto logísticos, como militares comienza a notarse, en especial el agua que no abunda en un área árida como aquella, por eso la laguna que esta cerca tiene un valor importante para ambos bandos.

Pasado algunos días se ve llegar por el flanco norte a los tan esperados refuerzos en un numero que no supera a los atacantes, se ven interceptados, e imposibilitados de acudir en su misión de ayuda, pero logran un desahogo en el ataque al distraer al enemigo con su llegada, estos mismos transmiten a los sitiados ordenes de resistir hasta la llegada de un contingente mayor que permita no solo rescatarlos sino asegurar la posición.

Las mismas fuerzas enemigas que en mortal organización se permiten dividir esfuerzos para atacar las defensas del estratégico fortín y retener a prudente distancia las huestes recién llegadas, se despliega para impedir la apertura de un corredor de escape para las tropas asediadas.

El enemigo impide el reabastecimiento o la retirada del pequeño grupo que permanece a pesar de aquella desventajosa posición y se vuelven invulnerables tras sus cada vez más derruidas defensas, pues a pesar de los constantes ataques parecen no disminuir de numero, ni sentir la falta de agua o alimentos o pertrechos médicos para sus heridos.

Se hacen intentos de amedrentar y disminuir al enemigo con no muy efectivos ataques aéreos y pases sobre la posición tratando de dejar caer municiones agua y alimentos, esfuerzos que resultan inútiles, por la altura que deben tomar estos aeroplanos y así evadir el fuego antiaéreo que es ligero pero muy efectivo.
A pesar de ser piloteados con destreza y mala fortuna, por las condiciones del terreno, el clima y el implacable fuego antiaéreo que propician los enemigos, no logran dejar caer los pertrechos mas allá de las líneas enemigas mejor aprovechadas por ellos.

Cuando ya han transcurrido cuatro semanas los defensores se hallan sin balas para disparar a sus enemigos muchos ya han caído, otros la mayoría están heridos unos graves, hambrientos con sed, sucios, con sus ropas raidas, muy agotados, deciden pactar para retirar al menos a los heridos mas graves, pero ni pensar en rendir la defensa.


En el afán de llamar la atención de los oficiales enemigos, muestran una bandera blanca que es interpretada como rendición por los desesperados y también agotados enemigos, que se abalanzan sobre el fortín festejando la victoria, sin esperar mas resistencia de los defensores, este movimiento no es rechazado por falta de munición y fuerza, cosa que el enemigo ignora por completo.
Donde al penetrar el fortín se encuentran con un horroroso y fétido escenario de putrefacción, suciedad, dolor, hambre, sed, desesperación y al mismo tiempo valor y un coraje mas allá de lo humano.

La realidad del grupo de hombres que defendían estos agujeros en el medio de la nada es visible ahora para un impresionado enemigo, que perplejo no entiende como un grupo tan pequeño de hombre en comparación a los que atacaban y con tan poco soporte logístico había logrado repeler tantos y tan intensos ataques.

Las historias emocionantes se convierten en espeluznantes relatos de muerte por una voz trémula titubeante y entre sollozos los recuerdos se hacen vividos.
Lagrimas que caen sin control sobre el curtido rostro del relator de tan tormentosos recuerdos, continúan el relato de las batallas, mientras el periodista presta especial atención al anciano.

Estos victoriosos soldados ven disminuida su alegría al notar que estos hombres en procura de obedecer a su comando y defender su honor, habían estado bebiendo su propia orina, comiendo cuanto bicho rastrero se atrevía asomarse, curando heridas con vendajes improvisados de sus propias ropas, que no lograban mas que disimular, la gangrena de las mas graves heridas de los que habían conservado intacto el cuerpo, porque contaban por doquier los desmembrados en tan brava batalla, las demás no eran menos espantosas y fétidas por la supuración, que por el clima y la falta de higiene y medicamentos, se encontraban infectadas.
Soportando la impresión del panorama y el mal olor que dominaba el aire se dispusieron a ayudar de alguna manera mientras eran hechos prisioneros y capturado todo de lo poco útil que quedaba.

Luego son transportados detrás de líneas enemigas, muchos mas prisioneros estaban con ellos, al desembarcar en el muelle de la capital enemiga, donde son forzados a humillante marcha por las calles en camino a una prisión de guerra, la diferencia entre ellos era evidente, pues se encontraban mucho más delgados, sucios, apestaban a putrefacto, tenían mas vendajes, los menos lastimados cargaban a los heridos, sus uniformes visiblemente mas envejecidos y desgastados los hacia sobresalir del resto de los prisioneros que iban por delante.
A pie transitaban entre la gente para ser abucheados e insultados por dolidas madres que habían perdido la vida de sus hijos a manos de ellos, los hombres y niños que los despreciaban y golpeaban.

La gente al reconocer a los hombres que defendieron tan brava e inútilmente su posición, pues los rumores de tan heroico acto llegaron precediéndolos, donde se contaron las historias de hambre horror, valor y entrega por tan prolongados días de batalla que por mucho tiempo los atacantes habrían pensado que él numero de dichos defensores eran cuatro veces superior a las que alguna vez fue.
La gente en hondo reconocimiento a pesar de ser enemigos en aquella guerra, dieron su reconocimiento a los soldados guardando silencio, en algunos casos mujeres dejaron salir lagrimas al ver a estos destruidos hombres, notándose en los rostros e estos soldados derrotados, que esa actitud de la gente al reconocerlos les devolvía algo de la dignidad perdida y devolvían miradas orgullosas y agradecidas.

Texto agregado el 20-05-2005, y leído por 200 visitantes. (4 votos)


Lectores Opinan
29-08-2005 Tal vez algunos encontremos esta historia mucho mas hermosa de lo que pueda plasmarse con palabras puesto que hemos podido escucharlas incluso de nuestros propios abuelos. Creo que esta narración tuya es estupenda y refleja de muchas muchas maneras tu nobleza y patriotismo querido amigo. Sigue adelante que habilidad e inspiración te sobran. Espero el siguiente ok? randy
25-06-2005 interesante historia, super bien escrita, mis estrellas corazonpartio
04-06-2005 las guerras son siempre absurdas, y no queda dignidad para ningún bando, el que ganó se debió sentir avergonzado de su ineptitud al comprobar que eran tan pocos los que se resistían, y los que se rindieron, debieron pensar si todo el dolor , la desesperación , el hambre, la sed y todos sus compañeros muertos habrían tenido algún sentido... esto, por el texto, y a tí te debo decir que no me pareces un principiante y si es un trabajo académico seguro te pondrán un diez, si no te lo ponen no te preocupes que aquí me tienes para ponertelo yo, tus palabras me hicieron oler la putrefacción y las heridas infectadas, eso pocas veces se consigue, espero tu próximo... sal
03-06-2005 tiene meritos y como guión literario se aprecia bien y claro. no se mucho de ello pero se ve directo y con imagenes fáciles de captar. palcebo
03-06-2005 me gustó la historia, no me gusta la guerra pero si el arte bélico ahora no comparto la finalidad de lo bélico, pero si lo admiro, está buenos los flashback y está bien relatado todo, te felicito porque entregaste fuertes escenas que más de alguna persona a vivido.. 5*.. ( a propósito, tiene algo que ver tu nickname con El Libro de Oror de Saint Germain??).. saludos. mateoroquesk
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