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Era una noche extraña, el ambiente era pesado, afuera llovía y ese imperceptible olor a muerte reinaba en todos los rincones del lugar. Los relámpagos hacían que las ventanas retumbaran y, ahí, parada frente a la puerta se encontraba Alexa. Contemplando esa puerta que solo lograba intrigarla, y le llenaba la cabeza de preguntas "¿¡Qué hago aquí!?, ¿Cómo llegue aquí?".

A su alrededor se oían quejidos, ella no los había notado. Al acercarse a la puerta e intentar abrirla un sonido lastimero llamo su atención hacia la derecha de la puerta, en un rincón donde la poca luz de la luna y de los relámpagos no llegaba. Alexa se acerco para ver mejor, ante sus ojos apareció la imagen de una mesa, parecía que había caído, pero al acercarse se dio cuenta de que no era así alguien la había colocado ahí. Un fétido olor se apodero de su sentido del olfato, casi podía augurar que era lo que iba a encontrar en el otro lado de la mesa, sin embargo siguió adelante, la mesa totalmente ensangrentada, llena de marcas, hechas sin duda, por garras, se encontraba delante de ella, solo debía moverla y podría ver la causa del repugnante olor. Se detuvo a unos centímetros de ella, su cordura le gritaba que no lo hiciera, que saliera de ahí, que pronto amanecería y su sueño acabaría. Pero su cabeza daba vueltas como si una especie de droga se hubiera apoderado de su cabeza. "Además", se decía a sí misma, "todo es tan real".

Sin pensarlo más quito la mesa. Al mismo tiempo un relámpago iluminó la escena, fueron segundos pero la imagen se quedó grabada en su mente para siempre. Un cuerpo humano en pleno estado de descomposición yacía ante ella, un grito de horror salió de su garganta pero fue apagado por el trueno, intento borrar esa imagen de su mente, dio media vuelta dispuesta a salir de la habitación, pero una voz la detuvo.

Era, lo que hasta el momento ella creía, un cadáver. Se acerco a él y olvidándose de la repulsión que sentía le tomo del brazo y comprobó su pulso, era estable, a pesar de encontrarse en estado de descomposición su pulso era estable. Para sorpresa de ella empezó a hablar, su voz entrecortada y llena de sufrimiento le advirtió de un interruptor de luz cercano. Ella fue hacía él y dudando un poco, encendió el interruptor. La luz entró en sus pupilas haciéndolas dilatarse al deslumbrarla, lo que hizo que ella cerrara los ojos. Al abrirlos su sorpresa fue enorme, las paredes del cuarto manchadas de sangre, simulaban un matadero, el piso lleno de cuerpos regados por el suelo simulaba una masacre de alguna guerra, la mayoría había sido masacrados, sus cuerpos se encontraban destazados, de los cuerpos podía verse claramente, los gusanos se paseaban por entre los cuerpos y el suelo, el festín para estos debió ser enorme. Cientos de casquillos se encontraban regados por el suelo. Aún así la sangre era poca para la cantidad de cadáveres, todos ellos se encontraban en estado de descomposición.

Volvió su cabeza hacía el rincón donde se encontraba la mesa, y vio como el cadáver intentaba levantarse, instintivamente dio un paso hacía atrás y tropezó con uno de los cadáveres, cayendo al suelo inmediatamente. Un gusano entrando en una cuenca ocular vacía despertó en ella una repulsión enorme, se levanto de inmediato sintiendo que los gusanos la dominaban y llenaban su cuerpo, se sacudió corrió por alrededor del cuarto gritando y esquivando cuerpos en estado de descomposición, de pronto un sonido la detuvo, detrás de ella se oía un sonido gutural que causo que todo su cuerpo se estremeciera presa del terror.

Al volver la cabeza se quedo sin aliento. Uno de los cadáveres se había levantado y caminaba con dificultad hacía ella. El horror la paralizó y no pudo moverse, sus piernas no respondían a sus deseos de salir corriendo del lugar. El cuerpo seguía avanzando hacía ella, y Alexa seguía parada de frente a él. Estaba sorprendida y aterrorizada a la vez. A cada segundo el cuerpo se acercaba cada vez más, Alexa pudo sentir como, con las manos extendidas hacía ella, una de las manos rozo su cara, al dar el siguiente paso las manos del cadáver se recargaron sobre sus hombros. Alexa sabía que debía moverse pero simplemente no podía. Cuando el cadáver volvió su rostro hacía el de ella, Alexa pudo verlo a los ojos, y su sangre se heló. Solo contaba con un ojo, el otro parecía haber sido "chupado" por los gusanos, en el otro ojo solo podía observarse un color blanco perlado, que mostraba el dolor y sufrimiento que padecía. El cadáver abrió la boca y Alexa supo entonces que sería su fin, el cadáver la mataría a mordidas y ese sería el fin.

En cuanto ella esperaba la mordida, un sonido ensordecedor lleno la habitación. En el rincón con una escopeta en mano se erguía con dificultad el cuerpo del hombre, que hace unos minutos ella consideraba un muerto, ahí parado al lado de ella, pudo percatarse que llevaba puesto el uniforme de un policía, su apariencia repugnante no había cambiado en lo mas mínimo.

El policía se acercó a ella y ante su asombro empezó a hablar:

- ... De-debes... huir...

- ¿Quién es usted?

- ... eso es lo de menos... debes salir de la ciudad...

- pero no sé ni donde estoy...

- ...¿No sabes?... ¡esos desgraciados!... Pertenezco a lo que queda del Departamento de Policía...

- Entonces usted puede decirme ¡qué fue...

- ... Lo que paso aquí?... Nadie sabe, de la nada estos zombis empezaron a caminar por la ciudad y desde entonces todo fue un caos...

Un aullido interrumpió al oficial, he hizo que la piel de Alexa se estremeciera y se helara. Inmediatamente Alexa se asomo a la ventana que daba hacia el frente de la casa. La imagen fue estremecedora, un brillo cegador provenía del cielo y este iluminaba cientos de cuerpos caninos que dejaban entrever sus afilados colmillos, los cuales brillaban gracias a la luz de la luna.

- Será mejor que te vayas ahora ¡¡UNGGH!!

- ¿¿Que es lo que pasa??

- ¡¡Nada!!... Solo... ¡¡vete!!... antes de que ellos entren

- Pero... ¿y Usted?...

- Yo... est-estare bien... ahora ¡vete!

Alexa no sabía que era lo que debía hacer, pero lo supo en pocos segundos. El oficial, cayo al suelo presa del dolor Alexa al intentar acercarse se detuvo, se limito a observar como poco a poco recobraba su postura. Le extendió la mano para ayudarle a levantarse, pero al ver su rostro retrocedió inmediatamente.

El rostro había palidecido completamente, empezó a cubrirse con llagas de las que la pus brotaba cual si fuere sudor, sus ojos empezaron a perderse hasta conseguir un blanco perlado que demostraba una ausencia de razón en él, de su boca empezó a escurrir un hilillo de sangre, que choco con el suelo logrando salpicar con diminutas gotitas la bota de Alexa. Alexa empezó a retroceder hasta que choco con la pared, aterrorizada se pego al muro, gimiendo y temblando fue retrocediendo y poco a poco, casi sin darse cuenta, fue quedando arrinconada. Las paredes del cuarto llenas de sangre y él frente a ella empezaba a transformarse, Alexa sabía que debía salir cuanto antes pero todo parecía perdido los canes fuera acechando, y ella dentro, viendo un cuerpo en proceso de descomposición.

Un estruendo acompañado de una luz cegadora, que ilumino la habitación, solo para despues llenarla de oscuridad. Por fin el oficial dejo de quejarse, expectante Alexa abrió los ojos lo más que pudo, un relámpago le ayudo a visualizar con mejor la escena, la luz entró por las dos ventanas que se encontraban a la derecha del oficial, las paredes del cuarto se iluminaron y Alexa volvió a experimentar el terror en su máximo esplendor. Ahí parado frente a ella un cuerpo que se movía con dificultad, avanzaba directamente hacia ella, y otra vez Alexa se encontraba paralizada del terror.

Instintivamente empezó a buscar a su alrededor algo que pudiera ayudarla, sus manos palpaban todo a su alrededor, los gusanos emepzaron a subir por sus brazos, y la sangre podrida, llenaba sus dedos. En más de una ocasión sus dedos se encontraron con un cadaver y se introdujeron en el, a través de sus ojos o su boca abierta, llena de gusanos, pus y costras de sangre. El crujido de los cristales aparto la atención de Alexa, e hizo que se concentrara en las ventanas, por donde docenas de perros empezaron a entrar.

Alexa no supo cual fue la primera de miles de mordidas que recibió, otro relampago ilumino la habitación, y un espejo fue lo último que Alexa vio. Su cuerpo destazado, y decenas de canes mordiendola, su chammarra color rosa, aquella que había recibido el día de su cumpleaños, regalo de su hermano y, ahora, traje funebre.

Texto agregado el 18-05-2005, y leído por 113 visitantes. (0 votos)


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