Vamos, atrévete:
Archiva el entender
y lo entendido.
Cierra los ojos,
y apretando los dientes
deslízate en el
tobogán de los sentidos
por esa vía bohemia
que en su caída
deslizante
bien te puede elevar
a las estrellas.
Busca encontrar
con barro suplicante,
congelar el escorzo imposible
de una cintura
de mujer amando.
Rescata de su prisión
de piedra
aquél perfil simétrico
que sintetiza un beso,
lleva el oído atento
y el pulgar en la sexta:
Hay sonidos
habitando el tiempo,
que sólo esperan tu señal
para vibrar al viento.
Intenta hacer sentir tu sentimiento,
diciendo tu decir,
hablando en tinta;
vive sin entender
- sintiendo -
Que te ciegue la luz de las estrellas,
que te ensordezca la
melodía del viento
...y si un día
no das más,
regresa a tu tibio
cobijo de libros
y de vivir ajeno...
Regresarás sabiendo
lo que entender/sintiendo
significa,
para vivir
en un perpetuo asombro.