Te vuelves cada vez más recurrente,
materializada, latente y palpitante
dentro de mis venas y mis pupilas.

Estás en el aire, cada vez más presente,
ocasionada, viviente, penetrante
debajo de mi piel y el latir insultante.

Me dueles en forma de sonrisa, flotante,
cada vez menos distorcionada, estimulante,
a nivel del subterraneo discimíl ondular constante.

Estás frente a mí, desnuda y jadeante,
aguda y fatigada resultas inclusive lacerante
hasta con la distancia en que te encuentre distante.

Te materializas canora y disonante,
mientras el sudor llega a mis labios y amante,
rodeo tu breve cintura por un sólo instante.

Tarde de pronto cansante, insistente
me haces de mi sueño regresar sudante,
mientras despierto y escapas por mis axilas.