Adan se encontraba sentado en una silla en el centro de su habitacion, sin encender ninguna luz, solo pensaba, las palabras que habia oido hace unos momentos hacian eco en su cabeza todavia:
-fue agradable salir contigo, yo te llamaré.
Detras de esta cordial frase, Adan hallaba un significado oculto, algo que el ya sabia por experiencia, estas palabras querian decir en realidad que no queria volver a verlo nunca mas.
Era la decima vez que le ocurria en este mes, quizas las citas por internet no sean tan efectivas como el pensaba, estas eran su ultima esperanza de hallar su otra mitad, a sus 34 años aun se encontraba en absoluta soledad, desde que tenia memoria siempre habia sido asi, el ofrecia su corazon pero nunca era aceptado por nadie.
Ese parecia ser su destino- cuanto mas he de esperar- se decia a si mismo, en este instante de tristeza, intentó recordar cuando habia sido la primera vez que habia sentido algo asi, sus recuerdos lo llevaron a cuando tenia 4 años, estaba en el jardin de niños, donde conoció a una hermosa niña cuya belleza infantil brillaba como el sol. Adan no lo pensó mucho, se armó de valor y se le acercó, le tocó timidamente el hombro y las palabras brotaron por si solas de su boca, sin rodeos.
-me gustas.
La niña dirigio su tierna mirada hacia el, y de la misma forma tan directa con la que el le habló, la niña le dijo:
-tu no me gustas.
Para Adan esa sensacion en su pecho era nueva, al no saber que era le preguntó a su madre quien le contestó de la manera mas simple que pudo.
-eso que sientes se llama decepcion.
- ¿y de donde surge?
-Ese sentimiento surge de tu corazon.
-O sea, que si no tuviera mi corazon ¿ dejaria de sentir esto?
-No seas tonto, pronto se te pasará.

El timbre de la puerta lo trajo de nuevo al presente, pero no sentia animos de abrir, poco despues el timbre dejó de sonar. La decepcion crecia cada vez mas en su pecho amenazando con reventarlo, sentado aun en la silla pensó- esto tiene solucion, la noche aun es joven.

Doña Martha estaba feliz, era el dia de cobrar la renta, decidio irle a cobrar primero a Adan, ya tenia mas de una semana sin verlo, fue hacia su departamento y tocó el timbre, nadie le respondió, inquieta por esto tomó su juego de llaves y abrió la puerta, nada parecia estar fuera de lugar, fue a la otra habitación y ahi estaba, sentado aun en la silla, doña Martha miró hacia el suelo y ahi encontró algo, algo que pertenecia a Adan, una parte de su cuerpo, se trataba de algo que nunca pudo usar y que solo le hizo sentir decepción.